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Compendio de castellano: una guía para aprender bien y sin enredos el español

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Por: Luis Fernando García Núñez*

Este Compendio de castellano, arreglado por don Fidel Leal Cruz es, en realidad, una estupenda guía para aprender bien y sin enredos el español: sobre todo la gramática —enseñada con sencillez—, tan indispensable para proponer, argumentar y desarrollar ideas, para construir un pensamiento definitivo y coherente, para precisar y entender el discurso. Este “tratado”, que así lo podemos llamar, tiene además una condición definitiva y reveladora del sentido pedagógico que le quiso imponer el autor: busca una relación indiscutible del estudiante con las nociones gramaticales, pues son muchos los ejemplos que se exponen en el texto, que relacionan al tiempo los temas ortográficos con los sintácticos, los semánticos y los literarios, como lo indica la pragmática. No es una simple —e impenetrable— teorización o conceptualización, sino que se va descubriendo el engranaje de la gramática, en especial de la sintaxis, con la producción del pensamiento y su relación con el lenguaje escrito y hablado.





*Luis Fernando García Núñez.


Periodista, profesor y escritor.



Con El jaguar de Orfeo Tornamesa inaugura su sello editorial

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A mediados de 2014 el escritor Hugo Chaparro Valderrama asumió un reto estimulante por su dificultad: escribir el libreto de una ópera en el que se narrara el mito de Orfeo en el paisaje amazónico.

En la aventura se comprometieron el grupo Mapa Teatro, Christina Pluhar–directora del ensamble vocal e instrumental L’Arpegiatta-, y el Teatro Julio Mario Santo Domingo, donde se presentó la ópera Orfeo chamán en noviembre de 2014.

Cuatro años después, y tras el lanzamiento en octubre de 2016 del disco y el video de la ópera por parte del sello Erato, una división de Warner Classics, la librería Tornamesa, interesada en otra aventura, editar libros y discos bajo el rótulo de Tornamesa Ediciones, decidió inaugurar su empresa editorial con El jaguar de Orfeo, donde se presenta el texto completo en el que se basó parcialmente la ópera.

La intención de Tornamesa fue editar un libro en el que se complementaran varios intereses que han marcado el rumbo de la librería como son la literatura y la música.

Ilustrado por Sandra Restrepo con imágenes que enriquecen la experiencia de su lectura, El jaguar de Orfeo demuestra que el riesgo creativo es una de las formas más estimulantes de la literatura.

Estructurado con un prólogo, cinco actos y un epílogo, el libreto revela que Orfeo, como los chamanes amazónicos, hizo un viaje de ida y vuelta hacia el reino de la muerte para comprender el mundo que le había tocado en suerte y confirmar que la poesía es capaz de contrarrestar la violencia y sus amenazas.

Guadalupe Iglesias publica “Al fin la luz”, la historia de la escritora invidente

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En el prólogo de esta obra, el escritor Leonardo Padura, Premio Princesa de Asturias de las Letras, destaca que cuando conoció a Guadalupe le impactó algo más “que el hecho de que fuese una lectora ciega que, además, me hablaba de sus lecturas de mis textos con el desenfado de la normalidad”. Padura recuerda que en aquella mujer había algo aún más especial, y se pregunta: “¿Fue la expresión de su rostro, medio oculto por sus gafas de ciega, pero alumbrado por una sonrisa que parecía salirle del alma lo que me colocó ante esa sensación de singularidad?”



Huso editorial publica, en colaboración con la ONCE, un libro que mueve las emociones desde las primeras páginas, desde sus epígrafes, como el de Joan Manuel Serrat que dice: “Sin la utopía la vida no deja de ser un largo y aburrido ensayo para la muerte”. La autora de Al fin la luz sabía muy bien por qué había escogido aquella frase de Serrat. Y es que la vida de Guadalupe Iglesias (Madrid, 1961) es un proyecto hacia la vida, es decir, un paso constante hacia esa convicción por la utopía.

Leonardo Padura presentaba uno de sus libros cuando conoció a Guadalupe Iglesias. Pronto el escritor cubano se dio cuenta de que en aquella mujer invidente latía algo más que una pasión lectora, ella era un ser que sonreía de manera plena. En el prólogo, titulado “Creer para ver. Manual del arte de la lucha”, el Premio Princesa de Asturias de las Letras le entrega al lector las claves de aquella experiencia: “Mi primera impresión, o mi premonición de unas semanas antes, se vio ampliamente superada esa noche. Lupe me contó parte de su dolorosa historia de afectada por la retinosis pigmentaria, pero palabra a palabra, acto a acto, me fue ofreciendo otra certeza: la sonrisa que le había visto en nuestro primer encuentro es, más que su ceguera, la seña de identidad de esta mujer que, ya aquel día lo intuí y ahora lo comprobaba, es un ser extraordinario”.

Padura cuenta que “esa noche mágica” Guadalupe y otros lectores ciegos, totales o parciales, “me superaban ampliamente en deseos de vivir”. Tanto fue “el regocijo” del escritor que asegura que a partir de esa vivencia asumió de un modo diferente la existencia. 



Pronto el escritor cubano se dio cuenta de que en aquella mujer invidente latía algo más que una pasión lectora, ella era un ser que sonreía de manera plena

En el inicio de Al fin la luzGuadalupe Iglesias dice que “Con este libro solo he pretendido dar a conocer las experiencias y sensaciones que he vivido junto con mis seres queridos, antes, durante y después de una operación que ha cambiado radicalmente mi vida; también he vuelto a recordar los duros momentos que viví cuando diagnosticaron la enfermedad”. Si asumimos la afirmación de Virginia Woolf en relación a que una buena novela “tiene que dejar vida”, el testimonio novelado de Guadalupe Iglesias derrama vida. Un cúmulo de sensaciones se activan desde sus primeras páginas, pasando por un “glosario de citas y canciones para tiempos de crisis”, hasta una impresionante galería de fotos con otras personas (artistas, deportistas) también activistas de la vida.

“Las experiencias —todo a un tiempo— trágicas, maravillosas, dolorosas y cargadas de esperanza y optimismo que Guadalupe Iglesias narra en este libro son una dramática lección que va dirigida no solo a las personas que, como ella, han sufrido una desgracia tan lacerante como la de perder el precioso sentido de la vista. Su proyección humana va mucho más allá: esta historia, el modo de vivirla y hasta de narrarla es un aprendizaje para todos los seres humanos en la medida en que la vida siempre es un combate contra infortunios mayores y menores, en el sentido de que la existencia es (o debe ser) una lucha eterna por la superación de lo que somos y de la influencia de las circunstancias personales, sociales, políticas en que somos”.

Leonardo Padura


Guadalupe Iglesias Carrero


Nació en Madrid en diciembre de 1961. Inició estudios de Derecho en su juventud sin poder terminarlos a causa de la Retinosis Pigmentaria, una enfermedad visual que, diez años después de su aparición, le causó una ceguera que dura hasta nuestros días. Para remediarla, entre otros tratamientos, se incorporó al proyecto Argus II con el implante de sesenta electrodos en uno de sus ojos, buscando ver los objetos mediante la luz. Esa intensa travesía vital centra las páginas de este libro.

Casada y madre de una hija de treinta y dos años, ha trabajado como camarera en el restaurante familiar, ha sido vicepresidenta de la Asociación Retina Madrid y Fundación Retina España durante doce años. En la actualidad, realiza multitud de actividades y hobbies que le cautivaron siempre y de los que da testimonio en este libro, una historia de vida guiada por la pasión y el sentido positivo de la existencia.

Optimista por naturaleza, está convencida de que —más pronto que tarde— aparecerá una solución que le permita, a ella y a tantas otras personas, volver a ver como antes. 




Se presenta en Bogotá la Poesía Completa de José Luis Díaz-Granados

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José Luis Díaz-Granados
José Luis Díaz-Granados

El próximo sábado 24 de marzo en el Jardín Botánico a partir de las 6:00 p.m., el poeta José Luis Díaz- Granados presenta su Poesía Completa (Tomos I, II y III). La presentación estará a cargo de Federico Díaz-Granados y Carolina Díaz-Granados con la coordinación de Lilia Gutiérrez Riveros.




José Luis Díaz-Granados nació en Santa Marta, Colombia, en 1946. Poeta, novelista, periodista y profesor universitario. Comentarista bibliográfico de Lecturas Dominicales de El Tiempo (1979-2000). Ha sido presidente de la Casa Colombiana de Solidaridad con los Pueblos (1992-2000); presidente de la Unión Nacional de Escritores (UNE) (1996-1997); presidente del Instituto Cultural “León Tolstoi” (1997-2000); miembro del Consejo Nacional de Cultura y delegado de la Ministra ante dicho organismo (2013-2018).

Viajó por la URSS, Europa Oriental, Cuba y China Popular.

Premio de Poesía “Carabela” (Barcelona, España, 1968). Finalista del Premio “Rómulo Gallegos”, 1987, con su novela Las puertas del infierno (1985). Premio Nacional de Periodismo “Simón Bolívar” [Mejor entrevista en prensa] (Bogotá, Colombia, 1990). Premio Nacional de Novela “Aniversario Ciudad de Pereira” (Pereira, Colombia, 1994). Medalla de la Amistad del Consejo de Estado de Cuba (2001). Medalla de Honor Presidencial “Centenario Pablo Neruda” (Gobierno de Chile, 2004). Mención de Honoris Causa de la Universidad La Gran Colombia (Bogotá, Colombia, 2006). Embajador de la Paz (París/Ginebra, 2008).





Libros de poesía: El laberinto (1968-1984), La fiesta perpetua. Obra poética, 1962-2002 (2003) y Poesía completa (3 tomos, 2015). Narrativa: Los papeles de Dionisio. Cuentos, 1968-2012 (2015), Las puertas del infierno y otras novelas (2015).

Otros libros: Las mil caras de la URSS (1987), La muñeca nocturna (teatro, 1996), Cuentos y leyendas de Colombia (1999), El otro Pablo Neruda (2003), Gabo en mi memoria (Ediciones B, 2013), El escritor y sus demonios (2015), Literatura, política y arte [ensayo, periodismo y miscelánea] (9 tomos, 2016-2018).

Proyecta reunir en un volumen titulado Juvenilia todos sus libros para niños y jóvenes.



Soliloquios del desterrado


Es la infancia la patria
dentro de la patria,
la que nadie nos puede arrebatar.

Ningún falso patriota en su cloaca
podrá quitarme ahora
el dulce carnaval de los recuerdos.

Es el tesoro en el exilio,
la leche rica del destierro,
la lámpara del ángel
en la lenta tiniebla del olvido.


Exilio


El exilio te otorga
tres amigos,
ni uno más
ni uno menos,
una amiga completa
y otra a medias.


Mucha sonrisa
y mucha lejanía.

Segura soledad
en la impaciencia.

Un tótem por aquí,
un tabú por allá,
y una sorda y total

inapetencia.

Reseña de “Hace miedo aquí”, de Liliana Díaz Mindurry

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Por: Dioni Arroyo Merino


Manual para aprender a vivir en un mundo sin certezas.




“(…) y era el cielo de Ciudad Oscura cayendo en pedazos sobre la carne amarga, la araña lentísima en el agua, la basura, la delicia.”

La editorial Huso está llevando a cabo una labor maravillosa para la divulgación de la literatura, publicando en España los clásicos contemporáneos que aún no existían en nuestro mercado editorial, corrigiendo una anomalía de la que disfrutaremos los lectores, y con la edición de lujo de Hace miedo aquí, de Liliana Díaz Mindurry, publicado por primera vez en Argentina en el año 2004, podremos sumergirnos en un universo alternativo e insólito, en el que se desdibuja la realidad y nos encariñamos con personajes castigados por la existencia.

Hace miedo aquí, es una de esas obras que no deja de sorprendernos página a página, escrito con maestría por una de las autoras más importantes del panorama latinoamericano actual, que invita a contagiarnos de su prosa poética, del cúmulo de realidades alternativas que se desdoblan y yuxtaponen para mostrarnos la vida desde ángulos diferentes, en los que la realidad solo es una posibilidad, una opción, algo pueril y secundario, prescindible y pasajero.

H.P. Lovecraft, creador de los mitos de Cthulhu, llegaría a decir en La Casa Maldita, que “aquel lugar olía a fiebre…”. ¿A qué huele el miedo? La autora perturbará nuestros sentidos explicándonos que aquí hace frío, miedo, fiebre, dolor, “hace un deseo imposible y hace muerte”. A medida que continuamos con la lectura, somos conscientes de que nos adentramos en los camarotes de un barco a la deriva, y el poder está en manos de quienes son capaces de manipular el lenguaje. El lenguaje, tan maltratado como deificado, símbolo del desencanto del posmodernismo, que nos insiste en que su misión es moldear, crear y desfigurar la realidad a su capricho. El lenguaje genera y produce pensamiento, y quienes tengan el poder de dominarlo, ejercerán un control ilimitado.

Hallaremos le universo de los Tristes, donde todo se encuentra bajo el control de una fuerza desconocida, y la realidad, fenecida tras el retroceso de la razón, muerta en su lucha por comprender las claves del tríptico de “El jardín de las delicias”, se transforma en un “como si…”. En ese inhóspito mundo de los Tristes, las palabras se emplean para mentir, y se prohíben algunos términos, como “jardín”, y otros como “delicia” se dejan en manos de los poderosos.


 

Hace miedo aquí nos invita a disfrutar de una estructura innovadora y del derroche de recursos narrativos, estilísticos y provocadores de una gran escritora, con una calidad literaria de enorme magnitud

Nuestro personaje se desnuda bajo la atenta mirada del lector, presentándose en segunda persona para causar desasosiego, produciéndose el mismo efecto que desarrolló Masahiro Mori en su teoría del “valle inquietante”, un ser que no resulta indiferente a nadie pero que nos provoca rechazo, obligando a abandonar nuestras creencias, dogmas o axiomas, generando un impacto que nos desorienta. Nos encontramos ante un ser siniestro aquejado por la fiebre y pesadillas que lo atormentan, y que consigue traspasar el papel para transmitirnos su maldición. Un joven fascinado ante la presencia de la imagen más seductora de la creación, “El jardín de las delicias”, de El Bosco, repleto de claves y pistas que sacudirán su vida, de elementos alegóricos referidos a la realidad que nos muestran los sentidos, que poco a poco, capítulo a capítulo, nos van comunicando pequeños mensajes que, tal vez, no sean del todo ficción.

Su vida y su mundo, en el que el poder es un juego manipulador al que todos sirven, que esclaviza destinos y desvanece cualquier efímera esperanza. El poder lo poseen quienes controlan el lenguaje a su voluntad, en un laberinto de universos virtuales, porque “hemos inventado las palabras para mentir”. Por eso, los personajes que atraviesan las trincheras del miedo, son un reflejo de la conmoción de una sociedad que ha normalizado el dolor, el sufrimiento, que ha sido incapaz de enfrentarse a sus pesadillas y vive acosada, torturada por ellas. “Como si fuera real”, jugando siempre con realidades alternativas y virtuales, triangularizando el existencialismo y las obsesiones humanas, de manera kafkiana y con la misma lucidez de Murakami al construir la orwelliana 1Q84. Profundizando en los significados de la insatisfacción que produce el posmodernismo, el sinsabor de una época en la que la verdad está ausente, en el dominio absoluto de lo relativo y de las incertidumbres. Nos revelará que “lo que te hace sufrir siempre es real porque no consigues negar el sufrimiento”.

Hace miedo aquí nos describe a los extraños, seres procedentes de otros mundos a los que se les intenta asesinar, lobotomizar, torturar, y entre ellos no pueden faltar los artistas, aquejados de locuras y patologías mentales que les impulsan a guiarse por la libertad, como si fuese posible, convirtiéndose en un guiño, una advertencia a nuestra nueva realidad política, en la que la creatividad artística es vigilada bajo ridículos e inquisitoriales patrones de conducta, y el menor desvío que cuestione el statu quo, el poder establecido, se castiga con la privación de libertad, con la pena de prisión.

Por todo ello, al finalizar el libro, lo más estremecedor es el hecho de que comprendemos que se pueda comparar el miedo con el clima, y sintamos que, en nuestra vida cotidiana, también hace miedo.

Hace miedo aquí nos invita a disfrutar de una estructura innovadora y del derroche de recursos narrativos, estilísticos y provocadores de una gran escritora, con una calidad literaria de enorme magnitud, pero además de gozar, de entretener, consigue que nuestra imaginación y nuestra mente, reflexione sobre las incertidumbres de la vida, sobre lo que significa la verdad, y hasta qué punto la manipulación del lenguaje crea el pensamiento y deforma nuestra realidad.

Este libro es imprescindible en nuestro tiempo, porque parece haber sido escrito para cada uno de nosotros y en este momento de la historia, como un regalo del destino que, si sabemos comprender su intencionalidad, podremos extraer toda su sabiduría, aprender de los mensajes ocultos que se intercalan entre sus páginas. Y os aseguro que dejará una profunda huella en vuestras creencias.

Liliana Díaz Mindurry, porteña de nacimiento, ha publicado cerca de veinticinco libros, alzándose con el prestigioso Premio Planeta del Cono Sur por Pequeña música nocturna, además de numerosos premios y reconocimientos internacionales a lo largo de su carrera literaria. Con Hace miedo aquí, lleva a cabo una acertada incursión en el género fantástico con ambición de renovarlo, y enriqueciéndolo aportando elementos que, sin duda alguna, sabrá admirar el lector de nuestro país.

Mujeres gestoras de paz: su semilla Educar en la paz

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Por: Eugenia Castaño Bohórquez





Éxito rotundo del Consejo Nacional de Mujeres de Colombia en el segundo foro "Educar en la paz", en donde participaron asociaciones de mujeres, académicos, estudiantes y funcionarios del Estado. El éxito se debe a que los hombres fueron parte fundamental en este escenario y no una reunión de mujeres para mujeres, sino un foro de mujeres para la sociedad colombiana conformada por personas de todas las edades y condiciones.

Cabe destacar la presencia del profesor Alexander Rubio, escogido como uno de los 50 mejores maestros del mundo por su estrategia a través de la enseñanza en disciplinas como el yoga y la expresión corporal, cambiando en los estudiantes los comportamientos violentos por los que fomentan la paz.

Concurrieron los organismos de control del Estado para el desarrollo económico y el progreso con el señor Pastor Borda; la Academia de la Historia y la Sociedad Santanderista a cargo de José Asunción Suárez Niño, haciendo un interesante recuento histórico del paso de las mujeres latinoamericanas en donde ellas han ido tomando protagonismo en el poder, así se recordó a varias líderes que han contribuido a ese propósito. También participaron las juventudes colombianas en cabeza de Anderson Alzate, quien ofreció un discurso sobre la mentalidad del latinoamericano y la necesidad de un cambio en la historia reciente.

Hubo participación de académicos que comentaron las distintas formas de hacer posible la paz en el marco de la educación, entre los asistentes se encontraban la ex-senadora Mercedes Rojas de Rivera con su libro Una ventana hacia la paz; Cecilia de Pallini, presidente del Consejo Internacional de mujeres de las Américas; Joseph Berolo, escritor y poeta; Teresa López Gutiérrez, directora de la Universidad Agraria experta en el tema de la mujer rural.

En el segundo foro "Educar en la paz" se abordó sobre la pedagogía para la paz a través de la cultura, la educación, el desarrollo y los medios de comunicación. El eje central fue la búsqueda de aportes concretos en las estrategias para contribuir en ese objetivo, es así como la presidenta Luty Montoya puso en conocimiento el proyecto del CNMC "Niños felices mejores ciudadanos".

El primer foro (2016) giró en torno a la pedagogía para la paz y se suministró a la presidencia de la República el manifiesto "Mujeres gestoras de paz" y en la ciudad de Medellín la presidenta del CNMC, la abogada Luty Montoya, hizo lo propio. La escritora y poeta Eugenia Castaño Bohórquez invitada a representar a Colombia en el octavo Orquídea Fest en Morelia Michoacán con sus obras, entre ellas El Arte no tiene nacionalidad, junto a la pintora mexicana Blanca Torres Torres, hizo entrega del manifiesto “Mujeres gestoras de paz” ante las autoridades de la ciudad, miembros del festival, empresarios y el público, a su directora Cilia Meza, quien luego lo llevara y entregara oficialmente en Playa del Carmen, despertando un gran interés en Michoacán y Cancún, queriendo unirse a la causa de las mujeres colombianas, en una identidad latinoamericana, es así que estarán presentes en el tercer foro en 2018. Colaboraron en la representación de Colombia la Asociación de Productores de Aguacate y otros frutales de Plantarte Anolaima con obsequio relativo a la orquídea colombiana y los frutales realizado por artesanos, la Casa Museo Francisco de Paula Santander con la bandera nacional, Libros y Letras en la promoción y divulgación de la cultura colombiana.

La presidenta del CNMC fue escogida entre todas las organizaciones de mujeres para ir a Medellín a compartir sus conocimientos de las mujeres en el desarrollo del voto de la mujer en Colombia con todas las candidatas presidenciales de todos los partidos políticos. Fue entrevistada por la Organización de las Naciones Unidas ONU, donde habló sobre la participación política de la mujer y los inconvenientes de las organizaciones de mujeres para la realización de los proyectos. También dio una excelente luz del proceso del voto de la mujer en Colombia. Le propuso a la ONU que se diera el apoyo o se hiciera llamado a empresarios o entidades que quieran ser parte de la cristalización del proyecto del CNMC, "Niños felices mejores ciudadanos", elaborado por las mujeres del Consejo, profesionales de diferentes áreas del conocimiento con base en la experiencia de años de trabajo social y académico; con la respectiva veeduría y control de todas las partes para que se lleve a feliz término y se logren los resultados esperados en bien de las nuevas generaciones que se merecen esa oportunidad.

Es urgente llevar a la acción todas estas iniciativas en beneficio de la nueva cosecha de colombianos comprometidos con la patria y que se proyecten en el actual proceso de paz para trabajar con compromiso y sentido de pertenencia por la nación. Sólo los colombianos pueden cambiar o mejorar el rumbo que afecta no solo a Colombia sino al mundo y se extiende logrando nuevas alianzas con nuestros países hermanos en aras del desarrollo y el progreso.

Las mujeres de Colombia han tenido importantes logros en la historia del país, muchos sacrificios y trabajo arduo en el transcurso de los años, por ello, en el 2018 se pretende desarrollar un proyecto puntual, independientemente de posturas políticas, religiosas, económicas y se unan los intereses de Colombia y de América Latina. Hay diversas inteligencias, así como tenemos grandes deportistas y artistas, hay miles de jóvenes que pueden aportar su emprendimiento en distintas ramas del conocimiento y de los oficios. Mujeres gestoras de paz su semilla Educar en la paz.

Líneas y Letras, caricatura de Jorge Consuegra por Camilo Triana

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Jorge Consuegra por Camilo Triana 

Caricatura de Jorge Consuegra por Camilo Triana
Caricatura de Jorge Consuegra por Camilo Triana


Camilo Andrés Triana Cubillos


Nacido en Villeta, Colombia 05/10/77. Diseñador Gráfico de la CUN (2001) e Ilustrador de la ENAC (2009). Desde 1999 ha trabajado como: Ilustrador, Caricaturista, Humorista gráfico, Dibujante y Guionista de Historietas (Clan Nahualli), Animador 2D y Docente de Caricatura-dibujo Humorístico. 

Ha colaborado para diversas empresas y eventos del medio editorial y publicitario. Desde 2008 es el director del blog informativo Noticias de Cartoon Colombia (http://noticartuncolombia.blogspot.com.co/) y ha clasificado y participado en concursos de Humor gráfico y Caricatura a nivel mundial.


PREMIOS (Nacionales e Internacionales):


  • Pergamino de Honor 1 FESTIVAL INTERNACIONAL DE CARICATURA "MEGAMINERÍA, NO TODO LO QUE BRILLA ES ORO"- CALARCÁ 2017 Colombia
  • Primer Puesto Concurso "Buscamos el mejor caricaturista creativo" de futbolred.com Colombia, 2015
  • Tercer Puesto en 2 INTERNATIONAL SALT & PEPPER SATIRICAL ART SALON, Rumania 2012
  • Diploma Especial en VI “NOSOROG” MAGAZINE CARTOON COMPETITION Bosnia y Herzegovina 2012
  • Mención de Honor CONCURSO INTERNACIONAL DE CARICATURA LA CIUDAD DE LAS IDEAS- México, 2012 
  • Primer Puesto en caricatura en el "17 FESTIVAL INTERNACIONAL DE CARICATURA "Ricardo Rendón-Colombia 2010” 
  • Premio "Mejor Historieta" con CLAN NAHUALLI en el XVI SALON INTERNACIONAL DE HISTORIETAS Y CARICATURAS DE CALI - CALICOMIX Colombia 2010
  • Miembro del jurado de "The Competition of a Caricature and a Short Comic Strip, ZIKISON" SERBIA 2008
  • Tercer Puesto en "The Competition of a Caricature and a Short Comic Strip, ZIKISON" , Categoría: Short alternative comic strip SERBIA. 2007.
  • Primer Puesto en "The Competition of a Caricature and a Short Comic Strip, ZIKISON", Categoría: Caricatura SERBIA. 2006.


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311 572 2831

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Ediciones Bohodón publica la edición bilingüe de Colección de Epifanías de Cláudio Guimarães dos Santos

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La obra recoge lo último en poesía del escritor, artista plástico y diplomático brasileiro. Edición bilingüe (portugués/castellano).


Gracias a la Agencia de Servicios Editoriales "Creaturasliterarias", a continuación publicamos las palabras del traductor, Manuel Moya.

Alguien dijo que el oficio de traductor es parecido al del contrabandista. No quisiera frivolizar sobre el particular, pero algo de razón tiene. Traducir entre dos lenguas hermanas como son el portugués y el español parece una cosa fácil, pero no lo es. Uno corre el riesgo de dar un traspié por la barranca y romperse el espinazo o desparramar parte del matute por esas breñas, eso sin contar con la presencia siempre inconsciente, siempre cierta de la pareja de civiles bajo el chaparro. En todo caso, y sorteando los peligros del oficio, no deja de ser hermoso echarse al hombro la carga en las noches claras y, un ojo en el camino, otro en la luna, pasar el contrabando. Pero no nos pongamos dramáticos: en el caso del traductor su carga es sólo de palabras. ¿Sólo? Bueno, digamos que a veces las palabras las carga el diablo y cuando llegan hasta nosotros vienen maleadas, cuando no rebozadas del polvo del camino. Pero, como diría uno de nuestros viejos contrabandistas, no hay más remedio que echarse al monte, ver qué pasa y dejar que se encuentren las lenguas.

Digamos cuanto antes que Cláudio Guimarães dos Santos es un poeta riguroso, culto, claro, con un discurso muy bien definido, lo que convierte a su poesía en un espejo claro y vibrante, cruzado de vivencias personales que, como un puzle espiritual, van determinando una identidad clara y distinta.

Todo en su poesía tiene la precisión de un muro de ladrillos que, lenta, parsimoniosamente, va creando un rico y claro espacio personal, muy marcado por una educación y una infancia llena de ensoñaciones y de lecturas (y no me circunscribo sólo a lecturas literarias). Es la suya una poesía, pues, autorreferencial, humanística, en la que los posos religiosos recibidos de la niñez, las improntas vivenciales recibidas de un musculoso ambiente cultural y toda esa arraigada trama de retornos personales y sociales a sus orígenes, consiguen un armonioso efecto calidoscópico, casi warholiano, lo que convierte su lectura en una extraordinaria experiencia de riqueza poética y personal, pero que trasciende a mi modo de ver lo personal, para converger en un espacio común que tiene mucho de generacional. Sus poemas, de una dicción suave y apacible, suelen abrirse como abanicos de colores brillantes y cálidos, con frecuentes y ajustadas enumeraciones que consiguen expandir el espacio de la mirada (que es el de la introspección), para mostrarnos un campo visual abierto, extensible, plácido, acogedor y, ya digo, de una sutil raigambre, que de igual modo interpela a lo mundano como a lo sagrado. Cláudio Guimarães apela y se busca en la tradición, dejando que su palabra se deje fluir en ese magma en el que entrevemos con igual colorido y sustancia a los mitos nórdicos, como a los hindúes, a los griegos como a los judaicos, a los amerindios como a los lusitanos, sin olvidar las referencias musicales, las teogonías de distintas procedencias, los mitos clásicos y los mitos de la modernidad, pero todo de una manera natural, aprehendida, exacta, creando una malla identitaria —digamos que en la poesía de Cláudio el tema de la identidad es axial— en la que todo queda minuciosamente anudado a través de un tejido personal y transferible. 




Los poemas de Cláudio Guimarães, que tanto deben a la literatura religiosa, no siendo estrictamente la suya una veta religiosa, se muestran al fin como letanías escuchadas en el interior de una habitación o en el remanso de una montaña

Vale la pena transcribir por completo este bellísimo poema titulado Jardín Japonés, que tiene la virtud de resumir de forma bella y eficaz la (cosmo) visión de Cláudio Guimarães dos Santos:



Siento en este jardín japonés
El presente de toda vida,
El pasado de toda edad.

El adormecido silencio de los estanques
Acunando la transparencia de las piedras,
Ocultando el secreto de los mitos,
De las cosas,
De los momentos.

Rehaciendo, en la verde carne
De las hojas que envejecen,
Los olvidados atajos de mi propia historia.



Presente y pasado se hacen uno en este jardín que es a la vez espacio exterior y espacio interior, y donde se respira un aire adormecido y trémulo, vivísimo. Y todo desde un estricto sentido armónico que convierte la lectura de sus poemas en una suerte de experiencia mental, en una oración que no ahorra ni lo cósmico, ni lo moral. Los poemas de Cláudio Guimarães, que tanto deben a la literatura religiosa, no siendo estrictamente la suya una veta religiosa, se muestran al fin como letanías escuchadas en el interior de una habitación o en el remanso de una montaña. Y eso convierte su voz en única, y su espacio mental y moral en un espacio compartido, abierto a la experiencia del lector, que así se une no sólo a la lectura, sino también a la escritura.

Como traductor he de confesar que a veces me he dejado llevar por los versos haciéndolos míos, sin casi darme cuenta he ido comunicándome con ellos a través de puertas secretas y ventanucos donde quedaban expuestas partes de mí y de mis distintas tradiciones. Y es esta curiosa e íntima comunión que el poeta consigue establecer entre autor y lector —en este caso también traductor— lo que confiere a estos poemas, a este libro, un espacio habitable y hospitalario. He aquí su mayor aval. Uno se siente habitado por estos poemas porque al fin se siente inserto en ellos, comunicado con uno mismo por estas puertas y ventanucos a los que hacía referencia más arriba. Un libro, al fin, para leer sosegadamente sin que las garras de la hosca realidad y sin que los sombríos ecos de la desazón nos nublen el placer de visitarnos a través de otros ojos, de una mirada que tiene mucho de nosotros mismos.

Miré al cielo, que azuleaba como si estuviera a punto de explotar,
Despidiéndose del Sur,
Hacia los vientos tormentosos del futuro,
Que ya barrían la Rambla,
Y concluí que todo era verdad.

Para los dioses cualquier suelo es sagrado.




Y bueno, como cualquier contrabandista —como cualquier traductor— tras el largo viaje dejo el matute en el suelo. Miro hacia atrás y veo un hermoso paisaje, una bonita experiencia. Descanso. Me reflejo en los versos, me siento acompañado. Sean otros los que a partir de aquí, disfruten de estos versos.

Fuenteheridos, febrero de 2017



Título: Coleção de Epifanias - Colección de Epifanías

Género: Poesía

Editorial: Bohodón Ediciones

Idioma: Español- Portugues

Fecha de Publicación: 2017

Páginas: 278

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Nota: Manuel Moya nació en Fuenteheridos (Huelva). Estudió filología hispánica en la Universidad de Sevilla. Como poeta ha obtenido prestigiosos premios, como el Ciudad de Córdoba (1997), Leonor (2001), Fray Luis de León (2010) o HH. Machado (2014). Su antología HABITACIÓN CON ISLAS ha sido traducida al francés y al portugués. El libro de su heterónima Violeta C. Rangel, LA POSESIÓN DEL HUMO, es estudiado en universidades españolas y norteamericanas. Ha editado tres libros de cuentos ―LA SOMBRA DEL CAIMÁN (2006), CIELO MUNICIPAL (2009) y CAZA MAYOR (2014)―, así como las novelas LA MANO EN EL FUEGO (2006), LA TIERRA NEGRA (2008), MAJARÓN (2009) y LAS CENIZAS DE ABRIL (2011) ―esta última ha recibido el premio Fernando Quiñones y ha sido traducida al portugués y al italiano―. Su libro de relatos ZORROS PLATEADOS ha obtenido el premio Tiflos (2017). Ha traducido a distintos poetas y narradores ―los italianos Gianni Rodari y Sandro Penna; los portugueses Saramago, Cardoso Pires, Lídia Jorge, Miguel Torga; el mozambiqueño Mia Couto; la santotomense Conceição Lima; el brasileño Cláudio Guimarães dos Santos―. Ha traducido también gran parte de la obra de Fernando Pessoa, de la que es considerado como uno de sus mayores especialistas: LIBRO DEL DESASOSIEGO y FICCIONES DEL INTERLUDIO (ambas para Alianza, 2016), las ediciones de Álvaro de Campos y de Ricardo Reis (Visor, 2015-16), la de Alberto Caeiro (Baile del Sol, 2016), y los CUENTOS de Pessoa (Ed. Páginas de Espuma, 2016).

El teatro “tu papá”, a propósito del Día Mundial del Teatro

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27 de marzo, Día Mundial del Teatro.


En Colombia, y coincidiendo con el día mundial del teatro de este año, conviven tres festivales teatrales: el festival iberoamericano, el festival alternativo y el festival off.


Por: Carlos García Ruiz*

En 1629 se escribió la primera pieza dramática creada por un autor considerado colombiano. El autor se llamaba Fernando Fernández de Valenzuela, un adolescente adinerado y consagrado a la iglesia de no más de catorce años que, en aquel Nuevo Reino de Granada colonial, escribió un entremés cómico titulado Laurea crítica. Muy posiblemente podríamos considerar a este joven dramaturgo uno de los padres del teatro en Colombia.

Desde 1962 se conmemora el Día mundial del Teatro cada 27 de marzo. El Internacional Theatre Institute es el encargado de divulgar el mensaje anual que debe llegar a todos los rincones escénicos del mundo. Este año el mensaje para países americanos es de Sabina Berman, escritora y periodista mexicana. En Colombia, y coincidiendo con el Día mundial del Teatro de este año, conviven tres festivales teatrales: el festival iberoamericano, el festival alternativo y el festival off. Esta patología de la festivalitis que afecta al país del sagrado corazón se explica difícilmente. Desde los conocidos problemas que afectaron (¿y afectan?) al festival iberoamericano, pasando por la rebeldía obstinada del festival alternativo y el festival off, hasta una clara desorganización desde las entidades públicas las explicaciones serían muy largas, pero no infinitas.

Y volviendo a 1629 junto a Fernández de Valenzuela, llega el momento del chismorreo. Algunos investigadores sostienen que aquella primera obrita colombiana se pudo estrenar en España, en Sevilla concretamente, por lo que al cumplirse el deseo del autor y gracias a esos sortilegios extraños que surgen de las familias acaudaladas que todo lo pueden, el hermano mayor de nuestro primer dramaturgo construyó la ermita de Monserrate como ofrenda por el éxito allende los mares de su hermanito. Quizá la historia es tan caprichosa que podría ser real, quizá el origen de uno de los lugares de culto más importantes de este país es una breve pieza teatral cómica. Todo es posible.

De nuevo en 2018, sólo queda decirles que vayan al teatro, vayan, vayan y vuelvan a ir una y otra vez, vivirán experiencias emocionales difícilmente igualables frente a una pantalla. Y vayan en cualquier momento del año, no sólo en época festivalera, queda mal ser selectivo con las buenas costumbres. Además serán mejores personas, se lo aseguro. Y claro, si usted es del tipo religioso y prefiere visitar la basílica de Monserrate, también es buen plan, pero sepa que quizá el teatro es “tu papá”.



*Carlos García Ruiz. Escritor y teatrero. Director del Programa de Arte Dramático de la Universidad El Bosque.
www.carlosgr.info 



Un café en Buenos Aires con Miguel Sardegna

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Por: Pablo Di Marco / Especial para Libros y Letras.

Hace mucho tiempo que tenía pendiente el café en Buenos Aires de hoy. Y no porque Miguel Sardegna sea el autor de Horario de oficina y de Hojas que caen sobre otras hojas. Lo que me convoca a conversar con Miguel es su pasión por la escritura y su lucidez para analizar lo que rodea al mundo del libro. Lucidez que le permite decirme, por ejemplo, que “escritor es el que escribe, no el que publica”. Lucidez que le permite decirme que “una novela se publica cuando se tiene que publicar, ni un minuto antes, ni un minuto después”. Siéntense a nuestra mesa, el café está servido.

—Tengo una lucha interna con la palabra “escritor”. A veces la percibo como a una palabra inalcanzable y enmarcada en bronce, y otras veces me obligo a bajarla del pedestal y me recuerdo que un escritor es apenas un tipo que trabaja de inventar historias. Que así como hay carpinteros que hacen sillas, hay escritores que crean cuentos. ¿Cómo resuena la palabra “escritor” en vos?

Nunca tuve demasiados problemas con la palabra escritor. La uso incluso desde antes de haber publicado. Siempre pensé que escritor es el que escribe, no el que publica. En mi caso implicó también una suerte de salvación saberme escritor. No lo olvidé nunca mientras estudiaba Derecho y me recibía de abogado. No lo olvido tampoco ahora, mientras saco entre treinta y cuarenta dictámenes legales por día, como asesor en un oscuro ministerio. Cuando me preguntan, no suelo decir que soy abogado, mucho menos que soy funcionario público. En este sentido, esto que cuento acá es una gran excepción. No tengo dudas de que soy escritor. Creo que no hay que esconder la palabra escritor, y creo que tampoco hay que colgársela en un cartelito en la frente. A nadie le importa que seamos escritores, Pablo. Los escritores somos gente poco importante.


—Qué rico eso que decís que “escritor es el que escribe, no el que publica”. Hace poco le comentaba algo similar a un chico que estaba desesperado por publicar para “reafirmarse como escritor”. Hay muy buenos escritores que aún no publicaron (y que tal vez jamás lo hagan), así como todos sabemos que hay tipos que publican todos los años y difícilmente lleguen a ser escritores. Parece una obviedad, pero a veces es bueno recordarlo.
De todos modos no le restemos valor a la publicación. Publicar es el resultado de un enorme esfuerzo. Hay un círculo que se cierra cuando el libro por fin llega al lector. Lo que debemos hacer, entonces, como leí hace poco, es publicar y olvidar.

—Claro, lo que te permite publicar es soltar el libro, desprenderte de él tras años de escritura y corrección; en fin, abandonarlo. En 2013 publicaste tu primer libro, Horario de oficina. ¿Qué ganaste y qué perdiste de ahí a hoy, con la aparición de Hojas que caen sobre otras hojas? ¿La experiencia nos hace mejores escritores, o cada libro es un comenzar de cero?
La experiencia nos hace mejores, sin duda. Pero cada libro plantea sus propios desafíos. Yo tampoco soy ahora el mismo que era en 2013, por suerte. Hay temas, estéticas y preocupaciones que se pueden repetir, y sin embargo  el abordaje siempre es nuevo.

—En 2016 tu novela Los años tristes de Kawabata obtuvo la primera mención del Premio Clarín. Uno de los jurados del premio, Juan José Millás, se refirió a ella como “Puro amor a la literatura”. ¿Cómo es posible que al día de hoy la novela continúe inédita?
Hermosas las palabras de Millás de ese día, gracias por recordarlas. Millás fue muy generoso conmigo y con mi novela. Imagino sus palabras, algún día, en la contraportada de Los años tristes de Kawabata. Es inolvidable para mí todo lo que sucedió la noche de la premiación. Tuve la posibilidad de hablar con cada uno de los jurados, antes de que anunciaran los resultados, cuando la noche era puro misterio y esperanza, y también después, con esa rara sensación encima de haber quedado segundo. Las bases del Premio Clarín no decían nada de otorgar menciones, fue decisión del jurado: Leonardo Padura, Sylvia Iparraguirre y Juan José Millás. Ellos tres decidieron por su cuenta hacer esa distinción, y recomendaron la publicación a Alfaguara, que era el sello organizador. Yo solo tengo palabras de agradecimiento por eso. 

—¿Y por qué no se publicó, entonces?
Es difícil saberlo. Creo que una novela se publica cuando se tiene que publicar. Ni un minuto antes (ni un minuto después). Isak Dinesen cuenta que ella escribía un poco todos los días, sin esperanza y sin desesperación. Me gusta esa idea. Digamos entonces que espero la publicación de Los años tristes de Kawabata sin esperanza y sin desesperación, y mientras tanto escribo. Hoy veo a Los años… como la primera novela de una trilogía del suicidio. Estoy disfrutando mucho la segunda historia, aunque cada tanto vuelvo la vista a la primera, no te voy a engañar. Va a ser una gran felicidad verla publicada, que tenga lectores. En este tiempo mucha gente se acercó a preguntarme por ella. Muchos entusiastas de la literatura japonesa y de Kawabata que me contactaron por Facebook. 

Miguel Sardegna. Foto de Bruno Szister

No tengo dudas de que soy escritor. Creo que no hay que esconder la palabra escritor, y creo que tampoco hay que colgársela en un cartelito en la frente. A nadie le importa que seamos escritores, Pablo. Los escritores somos gente poco importante

—Ojalá pronto podamos regalarnos su lectura. Mis agentes secretos me contaron que vas a tener un rol importante en una nueva editorial que se llamará También el caracol. ¿Es así?
Es un sueño hermoso formar parte de También el caracol. Es inminente el lanzamiento de los primeros títulos. La directora editorial es Mariana Alonso. Yo voy a dirigir una de sus colecciones, orientada a la literatura japonesa. Hay una “forma de decir” japonesa, una estética que nos apasiona y creemos que están dadas las condiciones para armar la colección que siempre soñamos. Tanto Alonso como yo estudiamos japonés y eso nos facilita algún vínculo con los traductores y con la comunidad japonesa. El primer libro será un volumen de cuentos de un autor que no tiene traducciones al castellano. Voy a resistir la tentación de hablarte de él. Me gustaría contarte todo, porque sé que se que te va a enamorar. Pero todavía es muy pronto. Estamos convencidos de que con este libro iniciamos un catálogo novedoso y potente.

—No se me ocurre trabajo más hermoso y complejo que estar al frente de una editorial. ¿Sos consciente del adorable lío en el que te estás metiendo?
Por ahora son todas alegrías para mí. Todavía no han comenzado los contratiempos. Claro que yo no tengo el trabajo más pesado en la editorial. Me asomé estos días a conceptos como “escandalio” y “punto de equilibrio” y entreví el horror. ¿Escuchaste hablar de eso?

—Jamás. Contame.
El escandalio sirve para calcular el costo de cada ejemplar y así saber cuál debería ser el precio de venta al público. Junto con el punto de equilibrio son herramientas que te permiten saber cuántos ejemplares tenés que vender para llegar a una cuenta de suma cero. Viendo estos números, uno se convence de que se edita desde el amor en Argentina. Ante ese panorama, hice lo que haría cualquiera en mi posición: corrí en la dirección opuesta. Son meses de mucha lectura, de mucha investigación, y de planificar sin límites. Creo que mientras mantenga esta inconsciencia romántica, todo va a estar bien.

—Si es cierto que cada día debemos aprender algo, yo hoy aprendí qué es el “escandalio”. Decime, Miguel: cuando pienso en literatura japonesa recuerdo mis lecturas de Mishima, Oé, Kawabata… ¿A quiénes me estoy perdiendo?
Qué difícil. Sé que me voy a arrepentir de esta lista, me voy a sentir culpable de los que dejo afuera, pero ahí vamos: Dazai, Tanizaki, Edogawa Rampo, Hiromi Kawakami. No hay manera de elegir mal con ellos. Todo lo que escribieron depara momentos mágicos.

—Listo, ya están bien anotados entre mis lecturas pendientes. ¿Sabés qué fue lo primero que me llegó de literatura japonesa? “Sennin” de Akutagawa. Lo leí de pibe en la Antología de la literatura fantástica de Borges, Bioy y Silvina Ocampo. Qué puerta de entrada ese libro…
Esa antología nos marcó a todos, está plagada de tesoros. Me acuerdo de Enoch Soames, por ejemplo, de Villiersde L'Isle-Adam, de Jacobs y su pata de mono. ¿Habríamos llegado a ellos si no fuera por ese libro? ¿Qué habría sido de nuestra vida como lectores?

—Deberías ver mi ejemplar. Tuvo tanto uso que tiene la mitad de las hojas sueltas. Aprovechemos esta charla para recomendarle ese libro a quienes aún no lo leyeron.
Hace algunas semanas me invitaron a un espectáculo de narración oral de cuentos japoneses. Festival Kawabata, se llama. ¿Viste alguna vez un espectáculo de narración oral?

 —Nunca.
Son hermosos. Narraron los cuentos sin dar ninguna indicación del autor. Recién al final, con el cierre del evento, nombraron título y autor. Fue lindo reconocer “Sennin” apenas con las primeras palabras del cuento, con el comienzo de la historia. Akutagawa está más vigente que nunca, eso es lo que te quería contar. Narraron también cuentos míos en el festival. Me preguntabas antes qué cambió con la publicación de Hojas que caen sobre otras hojas. Felicidades así antes eran impensables.

—Uno de estos días nos encontramos a tomar una cerveza y a charlar más largo sobre literatura japonesa, que es bastante lo que me podés enseñar. Ahora sigamos. Pensaba hacerle esta pregunta al Miguel-escritor, pero aprovecharé tus nuevas circunstancias para hacérsela también al Miguel-editor: El otro día conversaba con una amiga que, pese a escribir muy bien, hace años que ni siquiera logra que un editor lea diez páginas de alguna de sus novelas. Las editoriales casi no responden mails (y cuando lo hacen dicen que tienen las publicaciones cerradas de acá a dos años), los concursos suelen ganarlos los amigos de la casa… En fin, el mundo del libro a veces pareciera un cumpleaños familiar. ¿Qué consejo le darías a mi amiga?
Bueno, es posible que mi respuesta suene un poco ingenua, pero estoy convencido de que si vale la pena, la obra siempre termina imponiéndose. Tengo a mi favor infinidad de ejemplos de la historia de la literatura. Eso es lo primero que le diría a tu amiga. Arrancaría por ahí, para entrar en confianza y hacerla bajar la guardia. Y enseguida, cuando no se lo espera, pondría en cuestión sus ideas, la pelearía un poco. Yo creo que hace un mal diagnóstico. Siento que cae en una inducción un tanto simplista. A partir de algunos casos particulares elabora una conclusión general, y baja el martillo contra los concursos, contra los editores, contra los cumpleaños. Lo terrible de tener esa mirada pesimista del mundo es que nadie puede sacarte de ahí. Tenés que salir solo. Es una posición cómoda además, ¿no? Es muy seductor pensar que el mundo no percibe lo geniales que somos. Por supuesto que no es tan fácil publicar al principio, ¿pero quién quiere que lo sea?

—Ya mismo le pasaré tu respuesta a mi amiga. A ver si tenemos suerte y nos la encontramos en algún próximo cumpleaños. Vamos a otro tema: me resulta muy interesante que seas un apasionado del ajedrez. Creo que hay infinidad de vínculos entre un ajedrecista y un escritor. Te nombro uno solo: el ejercicio de la paciencia. A fin de cuentas tanto el buen escritor como el buen ajedrecista están obligados a controlar la ansiedad y desarrollar la paciencia.
Muy cierto. La paciencia es la misma. Dicen que el arte de contar una buena historia es el arte de saber administrar la información. Sin embargo, descubrí algo muy curioso hace unos años, cuando el ajedrez tomó mi vida como no lo hacía desde la adolescencia: el ajedrez y la literatura son incompatibles. Durante ese tiempo que mi vida se llenó de ajedrez, empecé a tomar clases individuales con un Maestro Internacional, jugué algunos torneos abiertos, nos fuimos con unos amigos a Mar del Plata para jugar un torneo por equipos, me recibí de árbitro regional, arbitré un torneo oficial… hasta me involucré en la política de la Club Argentino de Ajedrez. En ese tiempo de ajedrez, que duró un año y medio o dos, me fue imposible escribir.
Ahora, que armé otra vez mi vida alrededor de la literatura y escribo todos los días, ya no consigo jugar al ajedrez.

—La escritura y el ajedrez no son amigos para pasar el rato.
Son amantes celosos, reclaman exclusividad. Exigen que les ofrendes la vida entera, sin medias tintas. Muchos escritores antes que yo sintieron esta pasión por el ajedrez, y le dedicaron varias páginas. Creo, sin embargo, que la gran novela argentina sobre el ajedrez aún espera ser escrita.

—¿Kasparov  o Karpov? Y no me digas el ataque del primero y la defensa del segundo. ¡Jugate, Miguel!
Kasparov, sin duda. ¡El Ogro de Bakú!

—Tenemos al mismo ídolo. Solo esperemos que no nos escuche Putin.
Aprovecho para recomendarte Cómo la vida imita al ajedrez, del 2007. Por favor, qué delicia de libro. Funciona en muchos planos ese libro, ni siquiera es necesario saber jugar al ajedrez.

—¡Librazo! Esperá, dejame ir a buscar ese libro que quiero leerte un pasaje que tengo subrayado que bien podríamos leérselo a mi amiga. Y de paso me lo recuerdo también a mí mismo, que no me va a venir mal. Acá está: “No basta con tener talento. No basta con trabajar duro y estudiar hasta altas horas de la noche. Hay que ser, además, profundamente consciente de los métodos que te llevan a la toma de decisiones.” Podríamos charlar por horas, Miguel. Pero no cansemos a los lectores y vamos con la última: te regalo la posibilidad de invitar a tomar un café a cualquier artista de cualquier época. Contame quién sería, a qué bar lo llevarías, y qué pregunta le harías.
Ah, esta la estaba esperando, Pablo. A mí me gustaría tomar un café con Oscar Wilde. Dicen que los mejores cuentos jamás los escribió, sino que prefirió contarlos en vivo y en directo, a auditorios embelesados. Me imagino compartir un café (o una copa de absenta) con Oscar, en el Club Albemarle, junto con toda esa gente que lo seguía y lo escuchaba en silencio. Estar ahí, como uno más de la banda. Lo escucharía fascinado, atento a sus palabras, pero también a sus modales, a sus formas, a su porte. Solo eso. No abriría la boca.

—Gracias, Miguel, la seguimos en cualquier momento. Y para los lectores que quieran indagar en la obra de Miguel Sardegna, acá van un par de libros de su autoría. No se los pierdan.
Horario de oficina (cuento; Buenos Aires, Exposición de la actual narrativa rioplatense, 2013)
Hojas que caen sobre otras hojas (cuento; Buenos Aires, Conejos, 2017) 



* Pablo Hernán Di Marco.

Desde Buenos Aires trabaja vía internet en la corrección de estilo de cuentos y novelas. Autor de las novelas Las horas derramadasTríptico del desamparo y Espiral. Colaborador de la editorial Ojo de Poeta y columnista de la revista cultural Libros & Letras. Leer más AQUÍ

Sígalo en Facebook: pablohernan.dimarco

El escritor Horacio Castellanos Moya es uno de los invitados de la FILBo 2018

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Horacio Castellanos Moya

Emociones como el miedo, la rabia y la locura han estado presentes en la carrera del escritor nacido en Tegucigalpa y galardonado con el Premio Iberoamericano de Narrativa Manuel Rojas en 2014. Castellanos es uno de los invitados principales de la 31a Feria Internacional del Libro de Bogotá, FILBo, evento organizado por Corferias y la Cámara Colombiana del Libro.


Con una carrera que incluye doce novelas, además de varios libros de relatos y ensayos, Horacio Castellanos Moya (Honduras, 1957) ha conocido los horrores de la guerra y los ha narrado con el dolor y crudeza inmersos en ella a través de emociones como el miedo y la rabia que producen aquellos escenarios en donde el ser humano se ve forzado a enfrentarse a sus peores temores para descubrir no solo los cimientos de su humanidad misma, sino la decadencia de una sociedad que ha sucumbido al sinsentido de la violencia y al crimen.

“La rabia es una energía que sólo sirve si no se le hace caso en el momento, si se le deja enfriar hasta que se convierte en una materia maleable, con la cual podemos construir nuestras obras”, afirma Castellanos.

Nacido en Honduras, pero criado en El Salvador desde los cuatro años, el autor de La sirvienta y el luchador (2011), El sueño del retorno (2013) y Moronga (2018), su novela más reciente, considera que el miedo es la emoción rectora de los actos del ser humano, y asegura que, pese a que se puede enmascarar tras cualquier pasión o apetito, “es el eje alrededor del cual gira la rueda de la vida”.

Asimismo, desde la experiencia con la violencia que vivió en su país adoptivo, subraya que, a raíz de ese dominio de los temores, la furia y los celos en la mente del ser humano, es la rabia el sentimiento que lo motiva a escribir desde los recuerdos de aquella hostilidad de esa violencia cicatrizante y el pesimismo frente a la imposibilidad de dejar atrás un dolor que, sin importar cuantos intentos se efectúen para olvidar, deja marca permanente.

Como un trotamundos que ha residido en países como México, Costa Rica, Guatemala, Canadá, España, Alemania, Japón y Estados Unidos, donde vive desde hace una década, Castellanos considera que esta costumbre contemporánea de recorrer el mundo se debe a una pérdida progresiva del sentido de la identidad, y al mismo tiempo, de una necesidad de escapar del dolor de la guerra al no poder olvidarlo ni borrar las cicatrices que deja a su paso.

Actividades de Horacio Castellanos Moya en la FILBo
La participación de Castellanos en la FILBo tendrá lugar el sábado 21 de abril con la charla "Un dolor tan cruento como la más cruenta violencia", en la que conversará con la directora del Centro para el fomento del Libro y La lectura en América Latina y el Caribe (Cerlalc), Marianne Ponsford.

El 22 de abril con el conversatorio "Barbarie pasional: Las emociones de los actos desesperados", en el que compartirá escenario con la escritora mexicana Fernanda Melchor y las escritoras colombianas Laura Restrepo y Marta Orrantia, quien oficiará como moderadora del encuentro.

Frases del autor para la FILBo

  • El amor es el agujero negro ubicado en el corazón de la Vía Láctea, con una masa 100.000 veces mayor que la del Sol.
  • El miedo es la emoción rectora de los actos del ser humano. Se puede enmascarar tras cualquier pasión o apetito, pero es el eje alrededor del cual gira la rueda de la vida.

Consulte la programación completa de la FILBo en https://feriadellibro.com

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Líneas y Letras, "Matemáticas", viñeta de humor gráfico de Júcalo (Juan Camilo Lopera Arroyave)

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Matemáticas por Juan Camilo Lopera Arroyave (Júcalo)

Líneas y Letras, "Matemáticas", viñeta de humor gráfico de Júcalo (Juan Camilo Lopera Arroyave)




Biografía


Juan Camilo Lopera Arroyave (Júcalo) Nacido el 5 de agosto de 1981 en la ciudad de Medellín Colombia, comenzó a hacer caricatura desde el año 2000, ha participado en salones de humor gráfico internacional y galardonado con:



HONORABLE MENTION-

- 2007 DICACO - Daejeon International Cartoon Contest (South Korea)


FIRST PLACE

-2008 INTERNATIONAL CARTOON FESTIVAL "Ricardo Rendon" (Colombia)



HONORARY MENTION

- 2008 DICACO - Daejeon International Cartoon Contest (South Korea)



SPECIAL PRIZE OF Nasreddin Hodja

- 2008 28th International Nasreddin Hodja Cartoon Contest (Turkey)



HONORARY MENTION

- 2009 DICACO - Daejeon International Cartoon Contest (South Korea)



DIPLOMA AWARDED

- 2010 11th International Festival of Aphorism and Caricature - Strumica (Macedonia)



PRIZE BEST CARTOON

- 2010 DICACO - Daejeon International Cartoon Contest (South Korea)



HONORARY MENTION

- 2011 18th International Cartoon Festival "Ricardo Rendon" (Eladio Velez) (Colombia)



HONORARY MENTION

- 2011 XVII HUMOR Gallarate (Italy)



FIRST PLACE

-2012 19th INTERNATIONAL CARTOON FESTIVAL "Ricardo Rendon" (Colombia)



CARTOON PRIZE

- 2012 DICACO - Daejeon International Cartoon Contest (South Korea)



HONORARY MENTION

- 2013 XIX HUMOR Gallarate (Italy)


JURY
- 2014 I INTERNATIONAL COMPETITION NOTICARTOON (Colombia)


JURY
- 2015 2 INTERNATIONAL COMPETITION NOTICARTOON (Colombia)



SUBDIRECTOR

CONCURSO INTERNACIONAL DE CARICATURA Y HUMOR GRÁFICO - NOTICARTUN COLOMBIA (Colombia)


Ubicación: Medellín (Colombia)

Datos de Contacto



Blog

Teléfono
301 695 02 08

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Un libro para la historia de Colombia

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El doctor Juan Camilo Rodríguez Gómez, conocedor como ninguno de esta etapa de nuestro sufrido y golpeado avance republicano, ha asumido el reto de escribir la historia de la Universidad Externado de Colombia que, precisamente, nace en estos años complejos pero vitales en la construcción de la nación. Muchas son las revelaciones que encontramos en La luz no se extingue, entre ellas el enconado odio con que una dirigencia, muy católica pero irresponsable, manejó los intereses del país.




Por: Luis Fernando García Núñez
lfgn@hotmail.com




La luz no se extingue. Historia del primer Externado. 1886-1895 es, sin duda, uno de los libros más importantes de los últimos tiempos. Sustancial porque aborda un espacio de la historia colombiana que no ha sido estudiado con criterio positivo, y porque las fuentes consultadas no habían sido suficientemente exploradas o, por lo menos, no con la responsabilidad que merecen. Esas últimas décadas del siglo XIX estuvieron señaladas por fuertes polémicas y debates que se centraron, en esencia, en el cómo y el qué enseñar para sostener un status quo defendido, con asombrosa vehemencia, por sectores y grupos políticos y eclesiásticos que no aceptaban que artesanos y liberales, o sus ideas, pudieran considerar una forma distinta de gobernar que la de los privilegios y, por ende, los privilegiados.

Por eso, sin duda, acabaron con los escasos y lúcidos años de los Estados Unidos de Colombia, y por lo mismo coartaron y condenaron todo aquello que les oliera a pecado. Sí, el pecado según sus mezquinos intereses. Esos pocos años de la Constitución de Rionegro fueron marcados por la insidia, el odio, la delación y la infamia de sus enemigos. Obstinados ellos que convirtieron los púlpitos y las sacristías del país en escenario de sus batallas, aprovechando la ignorancia y el fatalismo de un pueblo que escasamente sabía obedecer con humillada pasividad: todo era un grave desliz y satán estaba en todas partes. Seguro, sí, estaba en las sacristías y en los púlpitos.

La historia está por contarse y el libro de Juan Camilo Rodríguez Gómez ha empezado a contarla como debe ser, con objetividad, valido de las fuentes, numerosas e insoslayables, que van desentrañando lo que sucedió en estos largos años de crímenes en nombre de Dios y de la libertad    

La represión con que se combatió a quienes tuvieron la osadía de pensar distinto, fue sanguinaria. Cuántas guerras civiles y cuántos muertos. Y con la regeneración cuánto dolor y cuánta infamia, así sus promotores sean considerados hoy héroes nacionales o defensores de la democracia y la libertad. La historia está por contarse y el libro de Juan Camilo Rodríguez Gómez ha empezado a contarla como debe ser, con objetividad, valido de las fuentes, numerosas e insoslayables, que van desentrañando lo que sucedió en estos largos años de crímenes en nombre de Dios y de la libertad.

El doctor Rodríguez Gómez, conocedor como ninguno de esta etapa de nuestro sufrido y golpeado avance republicano, ha asumido el reto de escribir la historia de la Universidad Externado de Colombia que, precisamente, nace en estos años complejos pero vitales en la construcción de la nación. Muchas son las revelaciones que encontramos en La luz no se extingue  entre ellas el enconado odio con que una dirigencia, muy católica pero irresponsable, manejó los intereses del país.

El doctor Juan Carlos Henao, rector del Externado, lo dice lúcidamente en la Presentación: “El nacimiento de nuestra universidad en el año de 1886 es en extremo significativo. En cierta forma coincide con la llegada de Rafael Núñez al poder en 1885, para dar comienzo a su tercera administración, pero sobre todo con la proclamación de una nueva Constitución Política para el país, contraria a los ideales del Externado. En ese momento se agitó además la discusión respecto de los pilares ideológicos sobre los cuales se debía cimentar la educación nacional, discusión que ya había generado posiciones antagónicas entre Bolívar y Santander. Su punto máximo de expresión fue la llamada “polémica o querella benthamista”, originada por las diferentes posiciones adoptadas respecto del pensamiento del inglés Jeremy Bentham y de su filosofía del utilitarismo, con posteriores repercusiones en el debate acerca de la conveniencia del positivismo de Herbert Spencer y otros autores de vanguardia en la formación de los jóvenes colombianos”.

Esta bellísima edición está dividida en tres partes: Antecedentes: las disputas por la educación; 2. Nicolás Pinzón Warlosten antes del Externado; 3. El primer Externado: 1886-1895. La bibliografía nos demuestra cuánto está por hacerse, y por estudiarse, para entender no solo una época, sino esta demoledora tragedia que vivimos hoy.

¡Lectores queridos a leer La luz no se extingue!

*Luis Fernando García Núñez.


Periodista, profesor y escritor.


Reseña de La palabra muda, del poeta Antonio Enrique

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El último poemario de Antonio Enrique (Granada, 1953), La palabra muda, en una bellísima edición de El Gallo de Oro es, por definirlo en una sola palabra, estremecedor, verdaderamente de una conmoción inusitada, de principio a fin.




Por: José Antonio Santano




Después de tan huera poesía actual y tantos presuntuosos poetas como existen en este país uno se siente aliviado cuando alguien, desde adentro, en comunión perfecta con el alma o el espíritu, la emoción o la substancia, la esencia o los orígenes, el corazón y la inteligencia, es capaz de transformar todas las visiones posibles que del hombre se puedan tener con solo la palabra, La palabra muda que no es ni está, porque el poeta, abducido por la palabra trascendida “la palabra sin palabras” ha sido capaz de crear y recrear cuanto acontece y es no siendo, y viceversa, el ser humano, constructor de un verdadero universo de la conciencia , tan impropia en estos tiempos que corren.



No hay un solo poema, de los 22 que integran el libro, un solo verso que no nos haga pensar y emocionar hasta el punto de producir en nuestro interior un estertor, una convulsión tan exageradamente humana como poética

La mirada del poeta es tan amplia, tan abarcadora que no hay ser en el mundo que llegue donde llega él. Nadie que sienta como siente él la sangre y la piel del otro, los huesos y el dolor del otro, la muerte de todos los muertos de la tierra, los otros todos en su alma toda. Casi transfigurado, mudado de su yo y convertido en otredad, el poeta socava en la naturaleza humana. Detenido el tiempo, huérfano entre tanto desamor, la rutina de los días se propaga y nos apresa, sutil y silenciosa. Pero nunca el olvido, bien lo sabe el poeta que regresa una vez y otra a los recuerdos, a la memoria de un tiempo gris, desvaído.

El último poemario de Antonio Enrique (Granada, 1953), La palabra muda, en una bellísima edición de El Gallo de Oro es, por definirlo en una sola palabra, estremecedor, verdaderamente de una conmoción inusitada, de principio a fin. No hay un solo poema, de los 22 que integran el libro, un solo verso que no nos haga pensar y emocionar hasta el punto de producir en nuestro interior un estertor, una convulsión tan exageradamente humana como poética. Veintidós poemas como veintidós son las letras del abecedario hebreo y un epílogo componen este texto difícil de olvidar después de su lectura. Poesía en estado puro, casi dictada verso a verso en una suerte de éxtasis, de levitación interna. Visiones de un realismo tal que nos aproximan al verdadero ser del hecho poético, sin maquillaje alguno que distraiga de su esencia como tal, sin impostura. Aleph, la primera letra del abecedario hebreo, resume lo que podría o puede ser el final de todo, el holocausto, el horror:


«El horror es lo que no se cansa,

lo que nunca deseperaq ni se entretiene.

El ruido vayas donde vayas

y el zumbido que queda cuando cesa.

Los muros del mar recorriendo el mundo.

Un espejo que te mira

y te sigue mirando

cuando ya te has ido.

Lo que nunca muere pero mata.

Lo que mata sin que mueras».




En esa mirada a la Historia el poeta es todos los hombres del mundo, porque como dice el filósofo Emilio Lledó: «Más duro que la muerte es el olvido. Éste podría ser el lema que sobrevuela los orígenes de la cultura europea. […] Ser inmortal era parar el río de la vida, cuyo ser es, precisamente, fluir». Es precisamente la poesía lo que fluye por las páginas de La palabra muda, la voz de los que no fueron sino muerte en las aguas del Danubio a su paso por Budapest:



«Quedaron así, como los dejaron

cuantos hubieron de descalzarse:

de cualquier manera,

a la orilla del río de la muerte.

Quienes los calzaron ya no están.

Los obligaron a arrojarse.

Habitaron el horror».




El poeta se desnuda, se convierte en esqueleto, en sangre y piel, en despojo humano para sentirse humano y vivo ante la devastación y la muerte:



«Y la carbonilla cayendo del cielo,

la del tren no, la de los hornos […] Llueve sobre la luna carbonilla

de los calcinados.

Se posa sobre los hombros la ceniza

y se respira las almas que ya no vuelve».



Todo se ha convertido en vacío, la tierra toda grita después de silenciar el gas la humanidad entera:



«Grito como este no lo hay

desde el comienzo del mundo. Se abrazaron, no sabemos más; nadie hubo nunca que lo supiera. Que llovía gas. Que el agua lo era de muerte».




La guerra, el hambre y la usura, el poder enloquecido, alimaña que oscurece el día, la piel y los cabellos de las mujeres; el terror y el miedo, una escalera por posesión:



«No tengo yo padre ni madre.

Esa escalera es lo único que tengo,

ya sólo queda arrojarme al vacío».



Nadie como el poeta, el verdadero poeta que abrigan estos versos para hablar en nombre del amor, de ese que parece no cabe ya en la tierra:



«Lo que yo amo de ti

son tus huesos.

Es tu cuerpo y lo más interno

de tu cuerpo,

allí donde nace tu saliva,

tu sangre, la luz con que miras

el mundo, la vida y hasta mí mismo […] porque tú y yo vamos a morir,

pero tus huesos y los míos

seguirán amándose

y propagándose

más allá del humo y del mundo

y de la nada».




Y después del amor, más amarga la vida que acontece en el campo de exterminio:



«Los crematorios estaban allí… Un diluvio de lágrimas sin sal,

para que no chisporroteen.

Para extinguir tanto fuego

como asaba las almas».




El poeta ha querido dejar aquí su testimonio de un tiempo atroz para que nunca sea olvido, porque este es un canto del horror humano (recordando a Blas de Oteroque dejó escrito: “Esto es ser hombre: horror a manos llenas”) y en é la poesía es el vuelo necesario hacia la luz y el alma:



«Horror es la palabra muda

porque nada puede definirla.

Excede a lo que dice.

Pues lo que dice es el regreso

a la nada, el maldito descenso

a lo que es, sin que pueda serlo.

Horrores la palabra sin palabras».




Un gran poemario, La palabra muda, y un gran poeta, Antonio Enrique, que renueva la fe en la verdadera poesía, capaz de conmover y perturbar.





Título: La palabra muda
Autor: Antonio Enrique
Editorial: El Gallo de Oro (Bilbao, 2018)

Textos libres, el nuevo libro del poeta colombiano Antonio Acevedo Linares

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El escritor Antonio Acevedo Linares reúne en Textos libres su pensamiento y su poesía, cultivada durante su amplio recorrido por los mundos posibles que solamente el amor y el desamor pueden llegar a generar.




Por: Jimmy Fortuna (Docente y periodista)




Alimentar el cuerpo y el alma con poesía es uno de esos elíxires que siempre serán bienvenidos. Es por ello que es loable la labor que emprende a diario AcevedoLinares, poeta en todo el sentido de la palabra, que cumple a cabalidad lo que él mismo postula sobre su encuentro constante con las metáforas: “El poeta es un ser comprometido con la palabra y la realidad de su tiempo, pero su mayor compromiso es consigo mismo, al hacer de la palabra su instrumento de liberación e imaginación para revelar la belleza y la ternura de todas las cosas”.

Esto es, precisamente, lo que los lectores podrán hallar en Textos libres, su más reciente obra, que reúne lo más logrado de su producción escrita inédita hasta hoy. He ahí la importancia de este libro, pues quien se aproxime a él, en calidad de lector o espectador, podrá recorrer, reconocer y viajar por esos castillos enormes de poesía erótica y social donde el alma humana logra ser despojada de sus ropajes por este talentoso escritor nacido en 1957 en Barrancabermeja.

Textos libres es un compendio de escritos, evidencia contundente de su oficio como escritor, de esa lucha personal con la palabra. Por ello en su libro surgen nombres de seres que han dedicado más que su vida al mundo de las letras, como Friedrich Nietzsche, Gabriel García Márquez, Julio Cortázar, Augusto Monterroso, Pablo Neruda, Antonio Cisneros y Jorge Luis Borges, entre otros grandes de la literatura.

Versos como el siguiente llevan al lector a pernoctar en los alcances infinitos de su poesía:



Tu cuerpo es mi patria

que escribo y amo

y sueño en esta página, En la forma de tu cuerpo

yo me imagino el paraíso,

La poesía se escribe con la propia vida y “Yo amé las palabras como

a una mujer desnuda



También lo invitan a conocer su faceta como intelectual, a través de sus columnas de opinión, donde postula ideas como: “El poeta es el defensor de la palabra libertaria, la voz de las víctimas y los vencidos encuentran en la poesía la catarsis a su dolor y olvido. En el ejercicio de escribir uno escribe con todas sus lecturas a cuestas”.

Antonio Acevedo Linares, un escritor para quien la poesía siempre será su luz, aquella con la que abre caminos en medio de la oscuridad absoluta a la que la sociedad actual quisiera imponer. Para evitarlo, afortunadamente, está la magia inefable de la poesía que se encarga de resaltar la “belleza estética”.





Líneas y Letras, "Gabriel García Márquez", caricatura por Melissa Baena Puerta

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Gabriel García Márquez por Melissa Baena Puerta 

Melissa Baena Puerta

Arquitecta y artista; con obras construidas y en proceso. Expositora en eventos como Feria Internacional del Libro de Bogotá (FILBo), Calicomix en Cali, Cartoonrendon en Rionegro, Muestra de Cómic sin Fronteras y Museo Rayo en Roldanillo. Ilustradora de algunos libros infantiles y poemas. Dedicada a proyectos creativos en la zona cafetera y Bogotá.


Reconocimientos:


Mención Honorífica Concurso de Caricatura José Guadalupe Posada Mexico 2017
Mención Honorífica Cartoon Rendon 2017



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Se publica la novela “A las puertas de Europa”, finalista del Premio Nadal de Novela 2017

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Se publica la novela “A las puertas de Europa”, finalista del Premio Nadal de Novela 2017


Huso Editorial publica la obra con la que el escritor Álvarez Gil resultó finalista del Premio Nadal de Novela 2017. Se trata de la historia novelada de los refugiados que llegan a Europa huyendo de la guerra que arrasa su país, Siria.




A las puertas de Europa recrea el drama de los refugiados que llegan a estas tierras huyendo de la guerra en Siria. En las páginas de la novela se muestra la destrucción y el caos provocados por el conflicto bélico en el país árabe; pero también la paz y el bienestar reinantes en la mayor parte del viejo continente. El contraste entre estos mundos sirve de fondo a la relación amorosa que protagoniza una pareja de jóvenes en una bella y próspera comarca del norte de Italia.

Escrita con una prosa fluida y bien estructurada, la historia escudriña en la tragedia de cientos de miles de desplazados e indaga en la realidad a la que se ve abocada la cultura tradicional europea ante el cambiante tejido social y la llegada masiva de hombres y mujeres procedentes de las regiones más desfavorecidas del planeta.

El drama planteado en A las puertas de Europava más allá del romance entre una muchacha italiana y un joven refugiado sirio. De lo que se habla en realidad aquí es del conflicto humano que se desarrolla en el seno de la sociedad europea actual, un problema que los países del área deberán tarde o temprano resolver satisfactoriamente.

En el prólogo de A las puertas de Europa, el poeta y ensayista alicantino Josep Antoni Aznar dice que “A veces, las palabras fluyen como el agua de un río: libres, incesantes, sin pausa. A veces, también los pensamientos y las ideas fluyen de la misma manera. En ocasiones, incluso la escritura. Y cuando la escritura, los pensamientos y las palabras se funden en un mismo fin, entonces estamos consiguiendo algo diferente; entonces, quizás, podemos hablar de literatura con sólidos fundamentos.

Esto es lo que ocurre con las obras de Antonio Álvarez Gil, y en particular, amigo lector, con esta que está en tus manos y supongo que estás a punto de leer. Su título ya es sugerente: A las puertas de Europa, lo que nos hace intuir su rabiosa actualidad. Y es que hablar de Europa es hablar de nosotros mismos, de nuestra sociedad, de nuestro pasado, de nuestro presente y nuestro futuro”.

Uno de los grandes retos que enfrenta la novela es que a lo largo de la terrible historia que cuenta el lector siempre sentirá la necesidad de amor que se defiende del drama.

Madrid, España.


Se publica la novela “A las puertas de Europa”, finalista del Premio Nadal de Novela 2017

La “División” alegría. Leyendas del pop Ep. 26

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Por: Julián Franco Ocampo
leyendasdelpop@librosyletras.com


Se sabe que cuando en 1976 surge el subgénero del Punk, como una respuesta desafiante, tanto a la música, como a los lineamientos de la sociedad inglesa de la década de los años 70, este genero de por sí, ya estaba condenado a desaparecer muy pronto. No alcanzó incluso, a llegar a los años 80 con alguna nueva propuesta. Es por esto que cuando una banda originaria de Manchester, con el “peculiar” nombre de “Joy División”, hace aparición en 1979, su propuesta era novedosa.

En un programa anterior habíamos hecho referencia a los nuevo sonidos de los años 80, por parte de aquellos artistas llamados, “No músicos” que habían dado lugar a la “nueva ola” o “new wave”, en 1980, genero posterior a la llegada del Punk. Sin embargo, otros nuevos subgéneros habían resultado del Punk, como es el caso del “Post-Punk”.

Para el caso particular, Joy Division, retomaba algo del sonido Punk desde el punto de vista de unas guitarras con sonido “afilado” pero añadiendo un nuevo componente electrónico.

De todos modos este ensamble no habría sido posible, sin contar con un productor que tuviera esa capacidad de asimilar la importancia de seguir tomando ciertos elementos del punk, pero a la vez revistiéndolos con lo que el futuro traía: Los sintetizadores, y cajas de ritmos.

Según parece, el productor de Joy División, Martin Hannet, tenía una concepción sónica que pretendía modelar figuras en tres dimensiones: Es bastante curioso como, intentando respetar esa “simpleza” del sonido Punk, quería que el oyente mientras oía las canciones, pudiese imaginarlas dentro de un espacio determinado. Es definitivamente una tarea en doble sentido, puesto que no solamente hay que imaginar cómo será el sonido de cada instrumento, y su relación con los otros: Es necesario imaginar el sonido total dentro de un espacio determinado.

Uno de los temas, además de “Digital” o “Glass” contenidos en el primer y a la postre, único álbum que graba Joy Division, estando Ian Curtis vivo en 1979, recrea esa oscura, muy oscura atmósfera de la que el grupo era capaz, todo dentro de un sonido que sobresale a través de una marcada reverberación, una afilada guitarra muy metálica que tampoco deja de ser sombría, una batería que suena de forma aguda, dando un gran protagonismo al bajo. Todo para allanar el camino de una voz desesperada que perfectamente resume el sentimiento, o al menos, es hacia donde se quiere llevar al oyente, mientras todos los instrumentos, y el sentimiento de Curtis van subiendo de volumen. Recordemos “Shadowplay” tema contenido en el álbum debut de Joy División, Unknown Pleasures de 1979.

Se dice que este tema resultó a la postre una premonición, o una nota suicida de parte de sus compositor y cantante, puesto que casi un año después perdería la vida. De todos modos, es preferible ver Shadowplay como uno de aquellos temas que llegarían luego de la irrupción del Punk, y que de igual modo no perdía los ingredientes de un genero con el que comienza una década que nos llevaría a nuevas corrientes, tendencias, y por supuesto, nuevos generos musicales.

Leyendas del Pop es un programa que se compone de un video introductorio realizado por Julián Franco, que incluye un cover de la canción a tratar, un podcast, y un video con anotaciones sobre cómo se grabó el cover.






¿Cómo Julián grabó el cover de Joy División?


*JULIÁN FRANCO OCAMPO.

Comunicador Social y Periodista, amante de la música, músico por adopción. Ha trabajado como corrector de estilo, programador, editor de video, locutor y compositor de música corporativa, actualmente se desempeña también como docente de fotografía. Leer más AQUÍ
Sígalo en 
Twitter: @julianfranco_o Facebook: Julián Franco Ocampo Instagram: @julianfrancoocampo Soundcloud:/julianfrancomusic

Cinco libros de Calixta Editores recomendados para leer en la FILBo 2018

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Calixta Editores es una editorial independiente colombiana presente en la Feria Internacional del Libro de Bogota 2018 con una diversidad de libros y autores como Álvaro Vanegas, José Chehab Succar, Alejandra Pinzón Zubieta, Camila González Parra, Jerónimo García Riaño. 

Calixta Editores estará en la FILBo 2018 en el pabellón 3, stand 333.



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Virginia, de Álvaro Vanegas

Una monja con crisis de fe, en su búsqueda de respuestas, termina abriendo las puertas del infierno y desatando el apocalipsis en la Tierra. Ahora, encerrada en un templo junto a varios feligreses, compañeras del convento y Ernesto, el sacerdote del pueblo, debe encontrar la manera de detener el caos o morir en el intento.

Virginia es una novela corta en la que Vanegas no da tregua al lector y lo sumerge en un universo espeluznante, lleno de sangre y demonios de todo tipo que asesinan y destazan, mientras hace una sutil crítica a nuestro sistema de creencias. Una novela no apta para estómagos sensibles.



El Autor

Alvaro Vanegas. Literato, guionista y dramaturgo. La mayor parte de sus textos se enmarcan en el terror y el suspenso. Autor de tres novelas, (entre estas Mal paga el diablo y No todo lo que brilla es sangre) decenas de cuentos que han hecho parte de varias antologías, (su primera colección de cuentos, Despertares Atroces, será publicada próximamente por Calixta Editores). Actualmente trabaja en su quinta novela, varios cortometrajes, series web y el guion de dos largometrajes.

Virginia, de Álvaro Vanegas
Virginia, de Álvaro Vanegas




Deshojando a Margarita, de José Chehab Succar


Mila es una mujer tenaz y exitosa, acaba de dejar su país para cumplir su sueño, para florecer en su carrera, para crecer cada vez más mirando hacia el futuro. Sin embargo, ha llevado su pasado con ella y la consecución de sus metas la ha constreñido a negar su propia esencia. Mila tenía todo bajo control, hasta que los relatos de desamor de un desconocido llegan a sus manos, o mejor, a su corazón.


José Chehab Succar nació en Beirut, creció en Bogotá y vivió en París; tres razones suficientes para llevar al Líbano, a Colombia y a Francia no solo en sus papeles, sino en su cultura y en su corazón. Graduado del Liceo Francés Louis Pasteur, titulado de economía de la Universidad de los Andes de Bogotá y tiene un máster en mercadeo, publicidad y comunicación de la Escuela Superior de Comercio de París (ESCP Europe). Con una experiencia profesional en finanzas, mercadeo y marketing Online en Colombia y en Francia en los sectores público y privado y después de haber montado un restaurante, su vena artística lo alcanza e incursiona en las artes escénicas, asegurando que siempre ha sido actor en la medida en que la vida es una comedia. Acunado desde niño por las letras, nunca ha dejado de expresar su sensibilidad literaria por medio de poemas que aleatoriamente ha escrito en francés y en español. Entre 2016 y 2017, este andariego de la vida escribe “Deshojando a Margarita”, una novela íntima y poética donde expresa su tripa y su creatividad.

Deshojando a Margarita, de José Chehab Succar
Deshojando a Margarita, de José Chehab Succar



Cenizas, de Alejandra Pinzón Zubieta

Alejandra Pinzón Zubieta, nace en Bogotá en 1997. Su pasión por las letras y por los libros la llevó a estudiar filosofía de la Universidad de La Sabana. Desde pequeña ha sido una aficionada a los libros de ciencia ficción y fantasía, empezó sus pinitos como escritora a los 14, cuando comenzó a escribir lo que hoy en día se consolida como la primera entrega de la saga FUEGO. Le encanta leer, montar tabla, escuchar música, ir a teatro y el cine.

Cenizas es la segunda entrega de la saga de fantasía y ficción especulativa FUEGO que ha encantado a los jóvenes colombianos. Luego de una primera parte increíble, llena de acción, romance y desesperación, Cenizas llega con una Luna más madura, que luego de enterarse que Drake, su gran amor, hace parte del clan que ha jurado asesinar con un desenlace fatídico, se ve involucrada en una conspiración, sin darse cuenta. Cenizas es una evolución increíble de la historia, la narrativa y la fuerza que María Alejandra Pinzón transmite en sus letras. 

Cenizas, de Alejandra Pinzón Zubieta
Cenizas, de Alejandra Pinzón Zubieta
 


El día de los dos goles, de Jerónimo García Riaño

¿Dónde estabas el día de los dos goles? Este día en el que la Selección Colombia empató a Alemania en Italia 90 quedó grabado para siempre en la memoria de David, un joven de 12 años que en unas vacaciones conoce a su primer amor: Sara, una hermosa niña que llega a visitar a su tía. La historia se mueve entre el deseo de conquista de David y las desilusiones que se dan en el camino, al entender, que la humanidad no es tan pura y limpia como él cree que es.


Jerónimo García Riaño. Armenia, Quindío (1978). Ingeniero electrónico. Especialista en Filosofía de la Ciencia y Magister en Tecnologías aplicadas a la educación. Docente de la Pontificia Universidad Javeriana, la Universidad Central y tutor virtual en el Politécnico Gran Colombiano, en los programas de Comunicación Social y Periodismo y en la especialización de Comunicación y narrativas digitales. Egresado del Taller de Escritores de la Universidad Central, Bogotá, del Taller de escrituras creativas de la Universidad Nacional y del Taller de novela corta del Fondo de Cultura Económica. Algunos de sus cuentos han sido publicados en revistas literarias y periódicos de circulación nacional (El Tiempo, El Espectador, Magazín, suplemento literario de El Espectador; Revista Actual de Barranquilla, entre otros). Colaborador de las revistas como Puesto de Combate, Cronopio, Corónica, Anelecta Literaria de Argentina. Ganador del primer Concurso Nacional de Cuento Breve, Revista Avatares 2011, y finalista en los Premios Nacionales de Literatura, modalidad cuento, Universidad Central 2012, y del IV concurso de cuento corto Museo de la Palabra, en España. Autor del libro de cuentos Corazón de araña negra (Editorial Mango).

El día de los dos goles, de Gerónimo García Riaño
El día de los dos goles, de Jerónimo García Riaño



Alas de esclavitud, de Camila González Parra

Camila González Parra, egresada del pregrado en Creación Literaria de la Universidad Central. Es autora de cuatro novelas de fantasía publicadas bajo el sello de la editorial colombiana Calixta Editores y una novela de ciencia ficción publicada por medio del portal de autopublicación de Amazon. Ha trabajado en corrección de estilo y edición de obras literarias de autores colombianos. Ha participado en las Ferias del Libro de Bogotá y Medellín desde el año 2015 hasta el año 2017 presentando sus obras.

Una chica gana un concurso para participar en un nuevo proyecto en una ambiciosa compañía. Su trabajo consiste en probar el nuevo proyecto y reportar fallas. En un mundo distante, un ángel cautivo en el cielo está obligado a pagar una condena eterna mientras que la niña que estaba bajo su cuidado enfrenta sola los peligros que habitan en la Tierra. Mientras el ángel lucha por escapar y volver junto a la niña que, presiente ella, está en grave peligro, la chica empieza a descubrir algunas cosas turbias de la compañía para la que está trabajando.

Alas de esclavitud, de Camila González Parra
Alas de esclavitud, de Camila González Parra

Vargas Llosa y Cortázar: la verdadera luz americana

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Vargas Llosa y Cortázar: la verdadera luz americana

Por: Juan Camilo Rincón*


Creador de obras magistrales como La ciudad y los perros, La tía Julia y el escribidor y La casa verde, Mario Vargas Llosa lleva décadas encantándonos con sus letras. Desde la FILBo se sienten sus pasos de animal grande. Como un sencillo homenaje al único Premio Nobel latinoamericano que aún nos acompaña en vida, y siendo Argentina el país invitado de honor, Libros & Letras comparte este texto con algunas anécdotas sobre su relación con Julio Cortázar.


Mario Vargas Llosa y Julio Cortázar se conocieron en 1958 en París. Así lo recuerda el peruano: “Aquella noche me sentaron junto a un muchacho muy alto y delgado, de cabellos cortísimos, lampiño, de grandes manos que movía al hablar”(1). Así recapitula su amistad:


Durante los años sesenta, y, en especial, los siete que viví en París, fue uno de mis mejores amigos, y también algo así como mi modelo y mi mentor. A él di a leer el manuscrito de mi primera novela y esperé su veredicto con la ilusión de un catecúmeno (…) Creo que por mucho tiempo me acostumbré a escribir presuponiendo su vigilancia, sus ojos alentadores o críticos encima de mi hombro. Yo admiraba su vida, sus ritos, sus manías y sus costumbres tanto como la facilidad y la limpieza de su prosa y esa apariencia cotidiana, doméstica y risueña, que en sus cuentos y novelas adoptaban los temas fantásticos(2).


Vargas Llosa y Cortázar: la verdadera luz americana
© Agencia EFE Emilio Naranjo

La primera obra del Boom latinoamericano, La ciudad y los perros, vio la luz en París en 1963. Días antes de ser publicada, Vargas Llosa pidió su opinión a Cortázar. Tras leerla, este le respondió: “Querido Mario: Anoche acabé de leer tu novela, que me ha conmovido profundamente. Tengo que decirte sobre ella, y quisiera verte pronto para charlar”(3). Cuando el argentino supo sobre el Premio de Biblioteca Breve de Novela Seix Barral otorgado a la obra del peruano, le expresó: “Querido Mario: Julia acaba de darme la gran noticia. Te imaginas la alegría, yo que tanto admiré Los impostores(4). Oye, todavía hay justicia en este mundo”(5). El reconocimiento de la crítica a esta obra causó gran alegría a Julio:


… Alegría porque, pese a quien pese, estás ya reconocido internacionalmente como un magnifico novelista, y yo, que tuve el privilegio y el placer de leer Los impostores en el texto original, me siento un poco previo a todo eso, y casi, si me lo permites, como un profeta (…) de tu talento y de la belleza de tu libro(6).


Sobre La casa verde, reconocida con el premio Rómulo Gallegos, Cortázar diría:


He dejado pasar una semana después de la lectura de tu libro, porque no quería escribirte bajo el arrebato de entusiasmo que me provocó La casa verde. Y sin embargo, ahora que voy a decirte algunas cosas sin pensarlas demasiado, dejando que la máquina vuele casi a su gusto, siento que el entusiasmo no solamente no ha disminuido sino que se ha afirmado, se ha vuelto ya eso que todo novelista quiere para su obra: recuerdo, memoria segura y firme. (...) Has escrito una gran novela, un libro extraordinariamente difícil y arriesgado, y has salido adelante por todo lo alto (…) Vos sos América, la tuya es la verdadera luz americana, su verdadero drama, y también su esperanza en la medida en que es capaz de haberte hecho lo que sos(7).


Vargas Llosa y Cortázar: la verdadera luz americana

En 1966, Vargas Llosa le regala la primera edición de esta obra a su amigo, con una dedicatoria agradecida: “A Julio y Aurora, los primeros lectores de esta novela de caballerías”(8).

Años después, para conmemorar a Cortázar tras su muerte, el Nobel peruano escribió un sentido homenaje: “En Julio la literatura parecía disolverse en la experiencia cotidiana e impregnar toda la vida, animándola y enriqueciéndola con un fulgor particular sin privarla de savia, de instinto, de espontaneidad”(9).



1   García Márquez, G.“El argentino que se hizo querer por todos”. Revista Casa de las Américas, N° 145- 146. Julio – octubre 1984. Pp. 22.

2   Cortázar, J. (1992). Julio Cortázar. Cuentos Completos. Tomo I. “La trompeta de Deyá”. Prólogo de Mario Vargas Llosa. Bogotá: Alfaguara.

3   Bernárdez, A. (Editora). (2004). “Carta a Mario Varga Llosa”. París, 13 de junio de 1962. Julio Cortázar. Cartas 1937 – 1963. Tomo I. Buenos Aires: Alfaguara. Pp. 489.

4   Nombre original de La ciudad y los perros.

5   Bernárdez, A. (Editora). (2004). “Carta a Mario Varga Llosa”. París, 20 de diciembre de 1962. Julio Cortázar. Cartas 1937 – 1963. Tomo I. Buenos Aires: Alfaguara. Pp. 529.

6   Bernárdez, A. (Editora). (2004). “Carta a Mario Varga Llosa”. París, 23 de mayo de 1963. Julio Cortázar. Cartas 1937 – 1963. Tomo I. Buenos Aires: Alfaguara. Pp. 580.

7   Vilela, S. (Director Editorial). (2008). Carta de Julio Cortázar a Mario Vargas Llosa. Ginebra, 18 de agosto de 1965. En Mario Vargas Llosa. La libertad y la vida. Lima: Editorial Planeta Perú y Pontificia Universidad Católica del Perú. Pp. 144.

8   Centro Virtual Cervantes. “Los libros de Cortázar. Libros dedicados”. Tomado del sitio web del Centro Virtual Cervantes: http://cvc.cervantes.es/literatura/libros_cortazar/libros_dedicados02.htm

9   Ibíd




JUAN CAMILO RINCÓN

*JUAN CAMILO RINCÓN.

Periodista y escritor. Publicó Manuales, métodos y regresos (2007, Arango Editores). Ser colombiano es un acto de fe. Historias de Jorge Luis Borges y Colombia (2014, Libros & Letras), Viaje al corazón de Cortázar. El cronopio, sus amigos y otras pachangas espasmódicas (2015, Libros & Letras). Leer más AQUÍ
Sígalo en Twitter: @JuanCamiloRinc2 Facebook: JuanCamiloRinconBInstagram: cronopio49

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