Por: León Gil. Estuve leyendo, del simpatiquísimo paisano de Franz Kafka, el novelista Bohumil Hrabal, Quién soy yo. Una suerte de collage. Allí dice; entre muchísimas otras cosas - más agradables de leer o escuchar que interesantes en sí mismas-, que es un ladrón, que le ha robado textos e ideas a Camus, a Celine, a Mallarme y no recuerdo a quiénes más, ni qué otras cosas más.
Y esta honrada confesión fue algo que pude comprobar unas cuantas páginas más adelante, cuando vi que se atribuía; como resultado exclusivo de su propia observación, el descubrimiento de las alteraciones y trastornos físicos y psíquicas que produce el Föhn, Viento de Brujas o Viento de Foen; cuando en realidad ha sido el resultado de intensos y prolongados estudios científicos a nivel físico, meteorológico, fisiológico, neurológico, etc., en centenares de individuos y en diversas regiones de Europa. Estudios que además fueron ampliamente divulgados en libros, periódicos y revistas especializadas.
Yo sería incapaz de robo tan ingenuo y evidente; pero sobre todo, tan poco literario.
