Tomado de Notimez/ México. Porque a algunos hombres les podría gustar la portada de Las poseídas, y debido a que presenta el estereotipo de la Lolita o de la chica de colegio católico que el hombre va a pervertir, su novela tiene un punto de entrada para los lectores masculinos, aseguró hoy aquí Betina González. De visita en México donde promueve el texto que la convirtió en ganadora del VIII Premio Tusquets Editores de Novela, la autora añadió como justificación para que ser leída que “ellos, creen que hallarán a unas virgencitas que no saben nada del sexo, pero encuentran la sorpresa que esas chicas ni son tan inocentes ni son tan santas”. En entrevista con Notimex, Betina González (Buenos Aires, 1972), investigadora y profesora en la Universidad de Buenos Aires, donde trabaja en el área de Nuevos medios y literatura, agregó que “esas chicas no esperan que el hombre les enseñe algo, pues están en absoluta posesión de su sexualidad”. Profesora de Escritura creativa y Semiótica de los géneros contemporáneos; ganadora en 2006 del Premio Clarín de Novela con Arte menor, su primer libro, comentó que las alumnas de ese colegio religioso deciden cuándo y con quién tener sexo, lo que representa una desmitificación que fascina al hombre. Informó que a lo largo de la novela hay una escena de sexo, de pérdida de la virginidad, “que está contada con crudeza, como es la relación sexual en la realidad. No está pintada de color de rosa ni hay metáforas; todas las cosas se nombran por su nombre y eso, también le gusta al lector masculino”, subrayó. Escrita “con lenguaje hombre”, reiteró que se trata de una novela escrita con palabras crudas y reales. “No está pasado por el tamiz ni del romanticismo ni del erotismo” acotó la autora, quien informó que en México no se presentará de manera pública esta nueva novela; en su país sí se hizo. En la trama, una chica nueva, “Felisa Wilmer”, ingresa a un colegio religioso para niñas en la zona norte de Buenos Aires. Recién llegada de Londres, “Felisa” se convierte en el centro de atención por su actitud rebelde y su mal comportamiento, rodeada por el aura “poética” que le dan sus aficiones. Según se puede leer en la novela, así la ve “López”, la narradora, quien no tarda en hacerse amiga suya. Las dos chicas viven entre las leyendas más o menos escabrosas que se cuentan en voz baja sobre el pasado del colegio, y algunos de los “peligros” más reales que se encuentran en sus cercanías. Sin embargo y conforme avanzan las páginas poco a poco “López “descubre la verdadera historia de “Felisa”, quien vive con su abuela después de la muerte de su madre en un accidente, y las razones de su comportamiento excéntrico y suicida, como si estuviera “poseída” por personas de su entorno. En Las poseídas, ganadora del VIII Premio Tusquets Editores de Novela, el jurado tomó en cuenta “la destreza con que la autora teje una trama que combina géneros y elementos diversos, la recreación poco complaciente del despertar sexual de la adolescencia y su actitud ante la herencia de los adultos”.
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