Tomado de La Tercera/ Santiago/ Chile. Era su segundo libro. Con 19 años, Pablo Neruda alcanzaba la celebridad literaria: era la nueva estrella de la poesía chilena. Ganaba admiradoras e imitadores. “Dicen que los aplausos prematuros han engreído un poco a este poeta demasiado joven”, anotaba Alone en 1924, en el diario La Nación, tras la aparición de Veinte poemas de amor y una canción desesperada. El crítico agregaba que “un círculo de admiradores lo rodea” y, entre ellos, “uno desempeña el papel de secretario y los otros llevan corbata a la Neruda y hasta sombrero a la Neruda”.
El poeta aún no cumplía 17 años cuando llegó a Santiago, para estudiar francés en el Instituto Pedagógico de la Universidad de Chile. Había nacido en Parral el 12 de julio de 1904, como Ricardo Neftalí Reyes Basoalto.
El futuro premio Nobel viajó a la capital con su seudónimo definido tras ganar el primer premio en la Fiesta de la Primavera de Temuco. Su nombre se volvería universal y los Veinte poemas..., acaso el gran poemario del amor en Hispanoamérica, un bestseller internacional: ha vendido 20 millones de copias en el mundo. A 90 años de su publicación, un ejemplar en cuatro idiomas acaba de salir por editorial Pehuén. El volumen se une a otras ediciones que festejan a Neruda: el sábado cumpliría 110 años.
Instalado en Isla Negra en sus últimos años, el poeta tenía domicilio en Santiago en La Chascona. Mañana, Neruda volverá a la calle precisamente desde su casa en el barrio Bellavista. Con terno, corbata y su característica gorra de marinero, la imagen del vate recorrerá el sector en una intervención audiovisual llamada Neruda camina por Santiago, que comienza a las 18 horas.
El retrato de Neruda será proyectado desde un auto en movimiento, lo que permitirá que la figura, reflejada en murallas, puertas y ventanas, se desplace y mezcle con las personas que circulen a esa hora. Neruda recorrerá Bellavista, el Parque Forestal, bordeará el cerro Santa Lucía y llegará a la Alameda. En el archivo de la Universidad de Chile “se encontrará” con Darío Oses, director de la biblioteca de la Fundación Neruda, quien hablará del hallazgo de 20 poemas inéditos, el gran acontecimiento a 110 años de su natalicio. “Su afán era hacer un inventario poético del mundo, por eso Neruda no se agota”, dice Oses.
Viaje al corazón
El director de la biblioteca de la Fundación Neruda fue el responsable del descubrimiento de los poemas desconocidos. “Es el mayor hallazgo de las letras hispanas en los últimos años, un acontecimiento literario de importancia universal”, señalaba la prensa el 18 de junio, cuando se dio a conocer la noticia. El sello Seix Barral publicará a fin de año el volumen Poemas inéditos, el gran regalo para sus lectores en este aniversario.
Pero no es el único. A la edición conmemorativa de los Veinte poemas de amor... se suma también Viaje al corazón de Neruda, una edición del sello Amanuta, que recorre la vida del poeta fallecido en 1973 a través de ilustraciones y textos breves, especialmente pensada para pequeños lectores.
A su vez, en EUA aparece una monumental edición que recoge una de las composiciones poéticas preferidas de Neruda: las odas. All the odes reúne las 225 odas que publicó, en versión bilingüe. El libro estuvo al cuidado del crítico Ilan Stavans, quien convocó a 18 traductores para un volumen que supera las 800 páginas.
Nacido en Parral, a los dos años el poeta llegó con su padre a una casa de la calle Lautaro, de Temuco. Su madre había muerto al mes de su nacimiento. En la ciudad de La Frontera creció y se formó: estudió en el Liceo de Hombres y acompañaba a su padre, conductor de trenes, a la estación ferroviaria. Allí se inaugurará hoy la ruta patrimonial “Huellas de Pablo Neruda”, donde el Ministerio de Bienes Nacionales entregará un libro con los 18 hitos distribuidos por la ciudad que marcaron su infancia y adolescencia.
Las actividades conmemorativas, entre ellas música y recitales poéticos, se extenderán durante todo el mes en las tres casas del poeta: La Chascona, en Santiago; La Sebastiana, de Valparaíso, y su último hogar, en Isla Negra.
