Tomado de La República/ Perú. “La entrevista” grafica el comportamiento de jóvenes que optan por esconderse en la apariencia, no enfrentan su realidad, ingresan al mundo de la mentira, reprimen sus emociones, o anteponen los deseos de los demás a los propios. La novela invita a reflexionar sobre los cambios significativos que pueden producir algunas experiencias en los adolescentes.
Alfaguara presenta la obra "La entrevista", una edición del Plan Lector Santillana de la reconocida escritora argentina Liliana Bodoc, que a través de los personajes de la obra pone en evidencia situaciones que entristecen y angustian a los jóvenes a pesar de su corta edad, y cómo estos sucesos pueden volcarse y convertirse en experiencias fortalecedoras si es que se cuenta con el apoyo de la familia y los amigos.
La trama inicia cuando la profesora de Lengua y Literatura, Inés Mavers, encarga a sus alumnos realizar una entrevista a una persona destacada de la comunidad. Uno de los diversos grupos de trabajo del aula está conformado por Manuel Reyes, Guadalupe Bauco, Gregorio Estevanez y Justina Grimaldi, quienes eligen como entrevistado a Pedro Montiel, un actor de teatro en bancarrota, quien se encargará dedevelar las personalidades de los adolescentes mediante personajes del teatro clásico. Desde ese instante, los cuatro estudiantes no serán los mismos.
Gregorio Estevanez siente la necesidad de tejer historias que se ha creado para vivir mejor. Sus mentiras han hecho que sus compañeros y aún su madre no lo tomen en serio. El mundo de mentira de Guadalupe Bauco es distinto al de Gregorio, en él no prima la fantasía sino la apariencia. “Todo adentro y nada afuera, como te ven te tratan”. Justina Grimalt es la adolescente tímida y condescendiente sobre la que “los fuertes” se sienten con derecho a ejercer dominio, ella nunca dice no. El cuarto personaje es Manuel, un muchacho atormentado por los celos, resultado de la ira que le produce la sospecha de la conducta deshonesta de su madre.
La puesta en escena de Montiel devela, ante los ojos de los muchachos, los personajes que vienen interpretando en sus propias vidas: Puck, el pícaro y mendaz duendecillo de Sueño de una noche de verano; Miranda, la hija fiel y atribulada de La tempestad; Cordelia, la triste y relegada hija de El rey Lear; y Otelo, el desgraciado y celoso protagonista de la obra del mismo nombre.
Los adolescentes llegan a reflexionar sobre la vulnerabilidad frente a la vida y a los hechos, que la identifiquen en sí mismos y que, finalmente, como consecuencia de este reconocimiento, aceptan su condición imperfecta, es decir, humana.
