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Canon bibliotecas, al Tribunal Supremo

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Ni siquiera las entidades de gestión de derechos lo aprueban.

Tomado de Estandarte.com / España. El canon de las bibliotecas públicas llega al Tribunal Supremo, de la mano de las entidades de gestión de derechos CEDRO, VEGAP, DAMA y SGAE.

Así lo hemos podido leer en el BOE del 22 de diciembre de 2014:

Tribunal Supremo. Sala de lo Contencioso-Administrativo.

Por la Procuradora doña Silvia Vázquez Senín, en nombre y representación del Centro Español de Derechos Reprográficos (CEDRO), Visual Entidad de Gestión de Artistas Plásticos (VEGAP), Derechos de Autor de Medios Audiovisuales, Entidad de Gestión (DAMA) y Sociedad General de Autores y Editores (SGAE), se ha interpuesto ante la Sala Tercera, Sección Cuarta, del Tribunal Supremo, recurso contencioso-administrativo contra el Real Decreto 624/2014, de 18 de julio, por el que se desarrolla el derecho de remuneración a los autores por los préstamos de sus obras realizados en determinados establecimientos accesibles al público, y que figura registrado con el número 1/900/14. Lo que se hace público a los efectos de conceder un plazo de nueve días para la personación de quienes tengan interés legítimo en sostener la conformidad a Derecho de la disposición impugnada. 

Está claro que el canon que obliga a pagar por los libros de las bibliotecas públicas no contenta a nadie, ni siquiera a las entidades que recaudan ese dinero, las citadas CEDRO, VEGAP, DAMA y SGAE. Así expuso CEDRO su oposición al canon, por considerarlo insuficiente: “Con este Real Decreto, la cantidad que resulta de los cálculos no se ajustan a lo que establece la Directiva ni la jurisprudencia. Va a ser una cantidad simbólica, 400.000 euros a repartir entre 58 millones de préstamos, es decir, unos 50 o 60 euros”.

CEDRO y SGAE llevan al Supremo el canon a los libros de bibliotecas > http://t.co/3k6oBYrTWy¿En qué consiste? > http://t.co/XVv9xu0zw2#BOE

— Eva Belmonte (@evabelmonte) diciembre 22, 2014

El polémico canon se publicó en el BOE el pasado 1 de agosto (en plenas fechas vacaciones, algo que no sentó nada bien en el sector), como te contamos en su día, embargados por una mezcla de sentimientos: alegres por el reforzamiento de la figura del autor como receptor de beneficios por su obra, y cabreados por el deterioro de la situación de las bibliotecas.

El poco dinero del que disponen las bibliotecas, “gracias” a la crisis y sus recortes, se tendrá que destinar al pago de esta tasa, que acabará con cualquier posibilidad de comprar nuevos títulos, dinamizar el espacio e incluso mantener su personal, a no ser que prescindan de parte del catálogo de la biblioteca o cobren a los usuarios por el servicio.

Lo cierto es que nadie entiende nada respecto al dichoso canon. Las voces que interpretaron la medida como un compadreo con las entidades de gestión de derechos parecen quedar sin razón ante este recurso presentado por estas mismas al Tribunal Supremo. ¿No sería más eficaz apoyar a las bibliotecas en la compra de libros, en vez de castigarlas con un canon que acabará por reducir estas compras al mínimo?

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