En 2015 llenemos las calles de imaginación, solidaridad y esperanza. ¡Sigamos juntos rompiendo el silencio! El Turbión.
El 2015 trae un nuevo sueño para el ejercicio docente que mantengo en Pajarito, Boyacá, Colombia. En muchas ocasiones escuché a la gente que la prensa escrita y radial poco mencionan a Pajarito. Aquí tenemos la dificultad de que no entran señales de radio ni existen emisoras. En mis vacaciones por Monguí gracias a la gentileza de los dueños de Monguí Stéreo nos abrirían un espacio. En mis primeros meses lo grabaríamos desde el pueblo y luego su iríamos a hacer radio en vivo. A los amigos gestores culturales les solicito un favor quien me envíe el programa para instalar Power Director o Switch o uno bueno para empezar a hacer este milagro radial. Comuníquense a través de mi celular 3153726164 o geortizc@unal.edu.co. Quedo agradecido por su atención lectora. Gustavo Enrique Ortiz.
Tome usted la historia de la risa de Wimpi, deshágase de las recetas emperifolladas y trate de averiguar cómo se cocina sin hervir: un buen momento. Suelte la corbata, ese invento croata que ahoga las posibles ironías con el acompañamiento solaz de carcajadas. Afloje los cordones y desate sin sutilezas esa A que le nace del ventrículo derecho. Sostenga el sonido de la vocal para que los que escuchan puedan entender el secreto del placer.
No suprima la respiración, exhale.
Juguetee con los ojos y haga que giren hacia lados opuestos (esto llamará la atención de los que lo miren a usted).
Ahora despliegue sus dotes de entretenedor anónimo de si mismo.
Mírese. De frente y también de perfil.
Bailotee con sus hombros.
Afloje la boca y deje que se abra. Sienta en el labio inferior la fuerza de gravedad, pero no babee.
Sonrójese.
Estimule sus mejillas y elévelas, (verá que la sonrisa se muestra rápida y fugaz. Le permitirá entretener el pensamiento y enseñar que el hoy estará siempre adelante).
Sea contagioso. Ría.
Wimpi, seguro lo está escuchando.
Elizabeth Carpi, Argentina.
