- Carmen Balcells ha deseado y conseguido poder, dinero, prestigio, pero no es una pequeña ambiciosa, porque ambiciona también todo lo demás (quizás le gustaría incluso ser irrespetuosa, de hecho lo es y me parece una de sus muchas cualidades, pero no le gustaría ser una vieja dama indigna, claro). Su poder se transforma en arbitrariedad y la arbitrariedad se parece al ámbito reservado a los dioses. Le encanta ser hacedora de prodigios (Esther Tusquets).
Curiosidades bibliográficas
↧
↧