Por: Esperanza Casas.
En el interior de las selvas chocoanas habitan los indígenas Wounaan o Noanamá. Son gente de agua y de monte que están asentados sobre las riveras del Bajo San Juan y habitan la cuenca hasta su desembocadura. En la cultura Wounaan, una de las primeras tareas que el maestro jaibaná o médico tradicional, asigna a sus aprendices, es tallar y teñir la madera de balso para dar forma a este barco ritual. Las figuras bajo la cubierta, conocidas como páchaidáma, representan personajes que protegen al dueño del barco y contienen los saberes del universo Wounaan.
En el navío mágico se embarcan hombres preparados para batallar, pájaros, loros, caimanes, rayas y armadillos. Estos tripulantes son los espíritus (o jais) que el maestro entrega al aprendiz como protección de las enfermedades y apoyo en su labor como jaibaná. Mientras tallan la madera, oficio característico del arte mágico y ritual de los Wounaan, los nuevos jaibanás dibujan con la jagua (color negro) y el achiote (color rojo) representaciones del bien y del mal.
