Dice Javier Darío Restrepo en la revista Esquire: “No hay que leer por obligación sino por gusto. Hay muchos libros que dejo sin terminar. Hace un tiempo abandoné a Pamuk, ¡Todo un Nobel!”.
“Mi tío “Lalo” fue el culpable de enseñarme el hábito de la lectura. Él trabajaba en un granero del mercado en donde todos los días recortaba del periódico las “Aventuras de Tarzán”, y cada mes me las llevaba en un cuadernito”…