Unidos por los bosques.
Los árboles son testigos de la historia y las culturas del mundo.
Fundación Natura Colombia/ Villa de Leyva. A través de la historia y la cultura mundiales, los árboles han estado emparejados al quehacer humano como benéficos ángeles guardianes, dispensadores de todo cuanto puede prodigar un cuerno de la abundancia: desde la más minúscula criatura que convive con gigantescas moles vegetales hasta enormes hojas, flores y frutos con cualidades muchas veces por descubrir.
Es que los árboles con una rica vida interior y en constante movimiento, los sucesos externos no les son indiferentes y los registran sin que nos demos cuenta de ello. Pero cuando los científicos quieren saber, por ejemplo, del clima y otra información ambiental que se lee en los anillos de crecimiento de sus troncos, allí están contándonos qué ha transcurrido durante cada año de su vida en cuanto a distintos fenómenos climáticos, medioambientales y geológicos.
Pero además del saber científico que puedan aportar los árboles también pueden hablar de qué pasaba en el ámbito geológico, sísmico, climático en tiempos remotos como los milenarios norteamericanos Pinus longaeva que tienen más de 5.000 años, o los viejos árboles españoles que si bien son escasos, pueden remontarse hasta el año 1050 cuando el Cid Campeador era un niño y todavía no formaba parte de la historia.
Pero su madera también habla. Ella establece la fecha exacta de su vida en las obras artísticas, arquitectónicas, de artefactos y barcos, vigas o restos arqueológicos. Su exactitud hace que se sepa de dónde vienen, dónde vivieron, corregir dataciones de carbono 14 o hasta esclarecer crímenes.
Defiende los bosques con la Fundación Natura en “Unidos por los Bosques”.
