Por: Yeiver Rivera Díaz/ Bogotá. Dos de los más grandes exponentes de la actuación en Colombia se unen para darle vida a una obra de teatro que desnuda de manera plena el mundo de la actuación y lo que se vive en las audiciones o casting, el precio que deben pagar quienes quieren llegar a representar o darle vida a un personaje de ficción en el teatro, el cine o la televisión.
Alfonso Ortiz y Germán Quintero, juntan sus fuerzas creativas en Audición, un atentando escénico, la obra que está en temporada en el Teatro Nacional Fanny Mikey y que irá hasta el 10 de agosto, escrita por Antonio Morales. De la obra también hacen parte de manera alterna las actrices Jenny Osorio y Emma Cruz.
Ortiz y Quintero, se encuentran por casualidad en el casting para hacer parte de un nuevo seriado de televisión. Mientras llega el momento de presentar la audición dialogan y recuerdan que nunca han trabajado juntos y de esa forma empiezan a lanzarse puyas, sueñan, meditan, especulan y se hacen una autocrítica del trabajo que han realizado hasta el momento y que en sus manos está que la espera a ser llamados sea menos tortuosa.
Una buena dosis de humor negro se puede encontrar en la obra la que hace un paseo por todas Shakespeare, Chejov, situaciones y momentos de incertidumbre que se viven frente al casting.
Godofredo Cínico Caspa
“Soy Godofredo Cínico Caspa, jurisconsulto y atanor donde se purifica la gleba concupiscente, erradicador de los muladares subversivos. ¿Qué es el teatro? Nada más ni nada menos que un frente guerrillero de palabra y obra, una cuadrilla de bandoleros que conspiran contra el orden, contra Dios, contra el Supremo Uribe. ¡De pie, carajo!”.
En la obra, vuelve a tomar forma el personaje de Jaime Garzón, cuyo espíritu ha mantenido vivo Antonio Morales en sus columnas de opinión.
Godofredo hace parte de la obra y se puede apreciar en el cuerpo de Alfonso Ortiz y defiende a toda costa las audiciones para los actores porque sirven –según Godofredo– para “dar de baja laboral a todos los atarvanes y terroristas que vienen del teatro, indios enchichados”.
La obra también es un homenaje a Jaime Garzón, dijo Antonio Morales , creador de Godofredo.
Hay silencios y pausas, pero la obra hace reverencia a lo textual porque soy un enamorado de la palabra. No pretendo que sea una obra de la literatura, es un ejercicio semiliviano, semiprofundo sobre la condición humana de dos actores maduros”, dice Morales.
