Por: Carlos Castro/ Periodisnosinafan.com/ Bogotá. Carlos Castaño Martínez sabe lo que es esconderse, escapar, correr, marchar, pedir, exigir, lamentarse, perdonar, arrepentirse y enseñar. Un guardián de la memoria colombiana.
El último de estos verbos es el que este ex guerrillero del EPL enfatiza con la exposición de más de 700 fotografías que recogen la memoria que Colombia nunca debe olvidar, la de las cicatrices del conflicto y el desplazamiento.
Castaño Martínez añora esos días felices y tranquilos junto a su familia en "La parcela", que puede ser su casa campesina o el nombre del lugar que sin geografía menciona cuando habla de las razones que lo llevaron a cambiar los disparos de un fusil por el de su cámara fotográfica.
Las imágenes, impresas en papeles de varias clases, cuelgan de una cuerda como si se tratara de una sala de revelado o del patio de ropas de la mayoría de hogares colombianos
Para este hombre, de hablar campesino tolimense, sus pretensiones no van más allá de evitar que el olvido sepulte las tragedias de muchos colombianos afectados por la intolerancia extrema y la incomprensión desmedida, de uno y otro bando.
Sin embargo una moneda o un billete, que no empobrece a nadie, seguramente le ayudará a Carlos Castaño Martínez a continuar con su labor de difundir la historia reciente de miles y miles de nacionales afectados directa e indirectamente por el conflicto.
Bogotá es una de las ciudades por las que este guardián de memoria ha viajado para no permitir que el olvido se apodere de la historia, la carrera séptima entre calles 12 y 13 fue en donde lo encontramos y vimos su particular exposición que pende de una larga cuerda.
Masacres, promesas, torturas, desplazados, políticos, guerrilleros, paramilitares, soldados, policías, campesinos, mujeres, niños y hasta animales protagonizan la galería de Carlos Castaño Martínez en su exposición callejera.
