Para tener en cuenta

El Che Paulino Stagnaro es bandoneonista y canta tangos. Hace muchos años se vino a Colombia, y en Colombia se quedó. Ha tenido negocios y se ha radicado por temporadas en Medellín y en Bogotá. Por cuenta de Norela, una colombiana que llegó a la Argentina y le llevó noticias de él a su hermano Carlos, éste se vino para Medellín y aquí se quedó. En parte por acompañar a su hermano Paulino, claro. Pero en parte porque se casó con Norela y allí donde se encuentra el amor el deber llama. De Argentina conservan los dos hermanos el acento, la partida de bautismo, y la mitad del corazón; pero de Colombia tienen la otra mitad y la partida de matrimonio. Colombia y Argentina están unidas en el corazón de los dos hermanos, y los dos hermanos tienen en los colombianos una acogida de hermanos. Es un matrimonio indisoluble. Acabo de recibir esta invitación que no dudo en replicar a mis amigos con la esperanza de que en esa noche nos veamos en la sede social del barrio Fátima sobre la carrera 65. Hay un cóver de $20.000 por persona, que es entendible porque estos espectáculos son costosos de montar y por lo menos hay que librar gastos, pero eso es mucho menos de lo que se gasta uno en una mala noche de las que se atraviesan por ahí. Al lado de los hermanos Stagnaro seguramente estará un buen elenco que no dudamos hará las delicias de los que nos sentimos tangueros, verdaderos tangueros, en este Medellín que por culpa de Gardel se ha hermanado con la ciudad de Buenos Aires (Orlando Ramírez C.).