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Entrevista, Carlos Fernando Álvarez

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Carlos Fernando Álvarez

destacado periodista quien se ha sumergido en este fascinante

mundo habla de su nuevo libro sobre la historia de la ´

época de Edorado.


El periodismo actual para por un momento de pena y de agache

Por: Jorge Consuegra (Libros y Letras)


- ¿Cómo fueron sus primeras manifestaciones en el periodismo?

- Fui más espectador de periodismo, y del bueno, que productor. Mi primer contacto con periodismo fue con las Aventuras de las Lecturas Dominicales, de El Tiempo, cuando iba con mi pa y mi abuelo a la barbería de Castillo, en los barrios Olaya y en Marsella. Y desde los 7 años veía el Noticiero 24 Horas, hasta que lo acabaron. Allí vi mundo y bien contado. Aunque las primeras manifestaciones fueron más literarias. Ya hacía cuentos en tercero de bachillerato u octavo que llaman. En 1985, la buena práctica extendida de los periódicos o emisoras escolares prácticamente no existía. Luego fue hasta la universidad y en la radio Minuto de Dios, donde hice los primeros pinos. 

- ¿Desde pequeño pensó en que podía ser periodista?

- Sí. De hecho en mis años de bachiller, antes del grado, el programa vocacional para elegir carrera era muy malo. Siempre mi primera opción fue el periodismo, así los compañeros y maestros de colegio me dijeran que “periodista podía ser cualquiera”. Y no se equivocaban. Pero ellos lo decían porque pensaban que era mamey. Y no es nada simple. Es una ciencia, y como tal debe tomarse, interpretarse, amarse y respetarse, como hacerla respetar.

- ¿Qué es lo que más le apasiona de este hermoso oficio?

- Descubrir vidas, historias, cuentos para contar. A medida que uno se zambulle en las investigaciones, como con los libros, no hay nada más sabroso que dar rienda suelta al ser narrador que llevamos por dentro, y con mucho trabajo, lograr hilvanar un texto, o un programa radial o nota televisiva que ilustre a los espectadores, que no se acuesten a dormir sin haber aprendido o conocido algo de nuestra historia particular o común. 

- ¿Cuál considera actualmente el mayor obstáculo que tiene nuestro periodismo?

- La ignorancia en cuanto a aplicar el sentido común y la corrupción que existe en algunos periodistas y áreas de cubrimiento del periodismo, pero es un tabú y se niega.

- ¿Cree que hubo una época de buen periodismo y ahora ha bajado un poco esa pasión por el mismo?

- Sí, totalmente de acuerdo. El momento actual es de pena y de agache. La tecnología vuelve cada vez más estúpidos a los seres humanos, pero en especial a los periodistas: si no tienen celular, o whats app, o internet no hacen periodismo. Cuando nada de esto existía, el periodista era el ser más recursivo que había. Hoy no es cuestión de formación, sino de algo básico que le decía a mis estudiantes: sin sentido común no se hace buen periodismo. Otro tema es el sobre que se les paga como sueldo por debajo de cuerda, especialmente los que cubren política. Eso es corrupción.

- ¿Te inclina más por el periodismo radial o el escrito?

- Por ahora por el escrito. Así mantengo la mano caliente. Pero la radio fue mi primer amor y cuando puedo me echo mi “canita al aire”.

- ¿Cómo marcha su página “El buque de papel”?

- Viento en popa. Creciendo, con más lectores cada día y sumando esfuerzos y apoyos. 

- ¿Por qué resolvió escribir un libro sobre fútbol?

- El fútbol fue el pretexto para poner en el papel triunfos y derrotas de esas generaciones que construyeron Eldorado del balón. Pero era darle rienda suelta a las obsesiones. El periodista debe hacerle caso a ellas, a las obsesiones. 

- Yo construí Eldorado...¿escrito para especialistas en fútbol?

- No. Para quienes quieran reconstruir un pedazo de nuestra historia deportiva y social a través del fútbol.

- ¿Cómo fue el proceso para escribir este libro?

- En investigación, reportería, entrevistas, redacción, tardé 4 años. En concebirlo, desde que tenía 4 años y mi viejo me regaló el primer balón de fútbol: uno de cuero cosido a mano, de parches hexagonales de colores naranja y negro y que murió de viejo, ovalado, con la bomba saliéndose por las costuras deshilachadas. Finalmente, en un partido en el patio de la casa de mis viejos, cayó justo sobre uno de los pedazos de vidrio que se les ponía a los muros de los patios, para evitar a los ladrones escaladores que subían desde los potreros vecinos.

- ¿A quiénes va dirigido?

- A los amantes del fútbol, a quienes entienden que es una gambeta y un cambio de frente, pero también para quienes les guste una historia que buscó ser bien contada y que reconstruye la memoria de nuestra ciudad y país de una época trágica y de asombro, como fueron los 40 y 50. 

- ¿Es un homenaje a las grandes glorias del fútbol colombiano? 

-

Pero para las glorias desconocidas, los colombianos y bogotanos que fueron al banco de suplentes cuando llegaron las súper estrellas argentinas, paraguayas, uruguayas, peruanas, brasileñas, de Eldorado. Es el homenaje a ellos y al fútbol amateur, el del potrero, el de los barrios que jugaron fútbol sin llegar a profesionales y que contribuyeron a construir esa época del mejor fútbol de clubes del mundo, que fue Eldorado. Es para ellos, incluyendo mi papá.


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