Quantcast
Channel: Libros y Letras
Viewing all articles
Browse latest Browse all 14729

Sergio Ocampo habla de su nueva novela

$
0
0

No. 6.674, Bogotá, Martes 22 de Abril de 2014

Sergio Ocampo habla de su nueva novela

El periodismo fue mi camino personal para llegar a la literatura

Por: Jorge Consuegra

- ¿Primero el periodismo y luego la literatura?

- El periodismo fue mi camino personal para llegar a la literatura. Desde hace muchos años tenía claro que mi vocación era escribir, pero en realidad tenía muchos temores de hacerlo, de hacerlo como oficio y como proyecto de vida. Paradójicamente, el periodismo no me permitió escribir mucho pues casi desde mis inicios en El Tiempoasumí cargos de coordinación y de dirección de periodistas. Cada vez que pude, me volé a escribir crónicas y reportajes, pero no era cosa del día a día. En 2005 decidí que era el tiempo de dejar el periodismo atrás y montarme en el barco de la literatura. Yo no creo que se pueda ser periodista y escritor al tiempo; al menos, no periodista de un medio de comunicación porque ahí toda la energía, toda la dedicación, todo se va en el trabajo. En estos nueve años he producido tres libros, uno de cuentos y dos novelas.

- ¿Siempre estuvo rodeado de libros en su mundo infantil?

- Sí, los libros siempre fueron una referencia vital. Creo que fue clave haberme iniciado con una literatura hermosa, cautivante, de claves sencillas. Me inicié con Poe, con Dickens, con Twain, con Wilde, con Swift, con Dumas, con los cuentos populares rusos. Fue algo gradual que no me problematizó ni me hizo sentir bruto, algo que podría haber sucedido si esos primeros libros hubieran sido La montaña mágica, el Ulises o Finnegans Wake, de Joyce. A Swift lo volví a leer de grande y descubrí que Gulliver es un libro enorme que un niño no está en capacidad de dimensionar, y por eso algún editor lo redujo a los dos primeros viajes y lo redujo equivocadamente a un texto para niños.

- ¿De qué protagonista de novela (literatura) se enamoró cuando adolescente?

- De Felicity, la protagonista de Un corazón sencillo de Flaubert. Es uno de los personajes entrañables de toda la literatura que he leído porque es un ser humano muy básico con una capacidad gigantesca de amar y de concebir la vida con una sencillez apabullante. También, de Elizabeth Rousset,  la mujer de Bola de sebo de Maupassant, que se entrega a un hombre por salvar a los otros rehenes y al final termina despreciada.

- ¿Siempre fue "activista" en los Centro Culturales del colegio?

- No. No recuerdo como algo particularmente especial los centros literarios. En cambio, algo del colegio que es inolvidable son las clases de Educación Estética, del profesor Daniel Torres. Era algo alucinante la magia del tipo para hablar de arte, para involucrarlo a uno en la historia de Jason y Medea, en la observación de los detalles que contiene “El caballero de la mano en el pecho”, de El Greco, de las razones de la grandeza de los Beatles y las simbologías profundas del rock como fenómenos del siglo XX.

- ¿Cuáles fueron los temas de sus primeras notas periodísticas?

- Recuerdo mucho un trabajo que hice sobre superstición en Bogotá, sobre la creencia de la gente en los sahumerios, en los riegos y en la advocación a ciertos santos y oraciones. Recuerdo que compré una serie de objetos mágicos en la calle peatonal al lado de la iglesia de San Juan de Dios en la décima con once. Había un perfume que se llamaba “Ven a mí”; un baño para la buena suerte que se llamaba “Sacasal”; un polvo mágico que eliminaba la voluntad de quien lo ingiriese diluido en una bebida. Este último se llamaba “Amansaguapos”. Todo eso lo llevé a un químico que, con ayuda de un espectómetro, lo separó en sus componentes para descubrir que no solo no había nada mágico en ellos sino que algunos vendían promesas absurdas o podían ser dañinos. El “Sacasal”, por ejemplo, era yema de huevo con detergente Fab, o sea que bañarse con eso podía tumbar el pelo. El “Amansaguapos” era simplemente talco Mexsana, o sea que ni siguiera se podía disolver en agua o en algún líquido, como decía en la etiqueta. Esto salió en Lecturas dominicales de El Tiempo.

- ¿Qué lo hizo pensar en iniciar la carrera de periodista?

- Un poco de confusión vocacional. En mi casa querían un médico, y alcancé a estudiar un semestre y tres días de medicina. De ahí, la transición natural, en medio de mi confusión, fue empezar a estudiar psicología. Ahí me quedé y cuando estaba en cuarto semestre decidí que iba a estudiar periodismo también. Las estudié el mismo tiempo y me gradué en ambas. El periodismo, en realidad, me vino a gustar solo cuando empecé a ejercerlo en el 88. Ahí me quedé hasta el 2005.

- ¿Cuándo empezó a escribir sus primeros cuentos?

- Cuando salí de El Tiempo en 2005. Me demoré mucho en tomar la decisión de arrancar a escribir ficción pero a fines de 2004, con casi 40 años me dije que si no arrancaba ya, no lo iba a hacer nunca, o me iba a coger muy viejo la carrera literaria. Lo hice intuitivamente, sin saber que los tiempos y los ritmos en literatura son muy largos: uno se demora dos o tres años, o más, escribiendo algo y luego se puede tardar ese mismo tiempo tocando puertas en las editoriales. Escribí nueve relatos porque pensé que era más fácil hacer la transición del periodismo a la literatura escribiendo cuentos. Me gocé plenamente el ejercicio de escribirlos, aunque sobre la marcha descubrí que como género el cuento puede ser más exigente que la novela. Estuve de buenas porque en 2009, Norma decidió publicarlos bajo el título de A Larissa no le gustaban los escargots.

- ¿Es más complicado escribir cuentos que novelas de largo aliento?

- Yo me siento más cómodo escribiendo cuentos. Me encanta la estructura del cuento con la tensión que exige y la sorpresa y la contundencia que debe conseguir en un punto culminante. En el fondo, si acojo esas premisas, mis dos novelas (El hombre que murió la víspera y Limpieza de oficio) son dos largos, muy largos, cuentos.

- ¿Cómo surgió la idea de esta novela que ahora presenta?

- La semilla está en El hombre que murió la víspera, mi primera novela. Allí, Briuno Valenzuela, un antropólogo obsesionado intelectualmente con la muerte decide hacer una investigación sobre la violencia en las páginas de los periódicos. A lo largo de los meses hace un seguimiento a los homicidios de la sección judicial, y un día se encuentra con en extraño crimen de un payaso; luego son dos, luego tres, hasta que la cifra empieza a subir escandalosamente. Hay un asesino en serie que mata payasos, que odia la risa, que está empeñado en acallarla, como Jorge de Burgos, el bibliotecario de El nombre de la rosa. Son dos páginas de esa novela, pero tienen la fuerza suficiente como para haber dado origen a otra novela.

- ¿Cuál fue la mayor dificultad en el proceso de redacción de la novela?

- Siempre la mayor dificultad es el tiempo. El tiempo en todo sentido. Por una parte, yo soy escritor, pero también hago otras cosas pues vivir de las letras en el tercer mundo es imposible. Eso implica tener que abandonar el texto por periodos y retomarlo en los momentos en que te puedes dedicar exclusivamente a él. Pero lo otro con el tiempo es un cierto apuro, una cierta necesidad de no dejar pasar demasiados años sin publicar. Yo soy un escritor que llega a la literatura más tarde que la mayoría, aunque haya escrito casi toda la vida. Siendo así, creo que no voy a tener los años para escribir todas las novelas y cuentos que aspiro escribir. Hay que optimizar el tiempo y ponerse metas en cuanto a él, obviamente sin detrimento de la calidad de los textos ni del ejercicio mismo de crear.

- ¿Limpieza de Oficio viene con un tufillo de la reflexión sobre la vida?

- Todo lo que escribo tiene ese tufillo, pero eso de reflexión sobre la vida me suena un poco a entelequia, a abordar demasiado para no terminar abordando nada. Creo más bien que hay unas reflexiones sobre la crónica, sobre el periodismo, sobre la indolencia en estos países nuestros acerca de las muertes ajenas, sobre el enanismo de nuestra institucionalidad y la estupidez de nuestras autoridades. También sobre el ego y sobre esa oscura caverna que es la conducta humana.


Viewing all articles
Browse latest Browse all 14729

Latest Images

Trending Articles





Latest Images