Bogotá. Residente desde hace varios años en el Reino Unido, la pianista brasileña Cristina Ortiz se ha destacado por más de 25 años como una de las solistas más populares y solicitadas de la escena internacional. La pasión y espontaneidad de sus interpretaciones le han permitido desarrollar un vínculo especial con el público y con músicos de la talla de Antonio Meneses, Truls Mørk, Kurt Nikkanen y Uto Ughi, con quienes colabora regularmente. Si bien su repertorio abarca obras de reconocidos compositores clásicos y románticos, tiene un compromiso particular con la música brasileña, lo cual se hace evidente en los discos que grabó para el sello Decca con los conciertos para piano de Heitor Villa-Lobos.
Tome nota:En Sincelejo, Cristina Ortiz se presentará el martes 8 de abril a las 7:00 p.m. en el Teatro Municipal. Entrada libre y en Bogotá, se presentará el miércoles 9 de abril a las 7:30 p.m. en la Sala de Conciertos de la Biblioteca Luis Ángel Arango.
Sobre el concierto
Se trata de un repertorio de altísima exigencia técnica: en la primera parte Cristina Ortiz interpretará los 24 preludios Op. 102 del compositor inglés York Bowen, considerado el más elegante y perfeccionista de los músicos ingleses del siglo XX. La segunda parte está dedicada a Johannes Brahms, uno de los mayores exponentes del romanticismo.
A propósito de estas obras, en una entrevista reciente, la propia Cristina afirmó: "Estoy grabando para Naxos los 24 Preludios de York Bowen, músico británico que descubrí hace un par de años. Es de un posromanticismo maravilloso, muy sutil, y con un lenguaje propio. Cuando los interpreto la gente queda con la boca abierta".
Los dos Intermezzi de Brahms que abren la segunda parte del concierto son obras de carácter primordialmente introvertido y melancólico. El Op. 117 fue definido por el propio compositor como “canciones de cuna para mis penas”, mientras que el Op. 118 es una obra que dedicó a Clara Schumann, quien fue su gran amor. El programa cierra con una obra absolutamente titánica tanto por su dificultad como por su complejidad técnica: la Sonata para piano, Op. 5 No. 3 en fa menor, en ella Brahms emplea movimientos que tienen una fuerte relación con la literatura. “Esta inclinación hacia la sinergia de géneros literarios y musicales es una característica bastante romántica que Brahms desarrolló notablemente”, explica Jaime Ramírez en las Notas al Programa del concierto.
