Camagüey.- La directora del Ballet Contemporáneo Endedans, Tania Vergara, afirmó en esta ciudad que la compañía se abre al mundo e intercambia con coreógrafos cubanos y extranjeros para el perfeccionamiento del lenguaje danzario, visual y estético de la agrupación. En declaraciones a Prensa Latina, la también licenciada en arte danzario añadió que se trabajó con coreógrafos cubanos que residen en el exterior, entre los que se incluye Maura Morales, quien vive en Alemania y participó en la composición de la danza 40 palillos por 10 pesos.
Abundó que impresionado por la labor del elenco de Camagüey, a unos 570 kilómetros al este de La Habana, también acudió a la isla Pedro Ruiz (Estados Unidos), quien fusiona la danza contemporánea con el ballet neo-clásico.
Reveló que en abril asistirá un coreógrafo danés con el objetivo de poder estrenar una nueva obra a finales de mayo, en el contexto del aniversario de la compañía, creada en 2002.
Endedans (única de su tipo en la isla), con un repertorio de más de 30 obras, posee algunas piezas para un público muy conceptual, selecto, intelectual y minoritario; y también para un público amplio y diverso, en este último resaltó Viva la vida, con música cubana en vivo y encargada para la ocasión.
Endedans (única de su tipo en la isla), con un repertorio de más de 30 obras, posee algunas piezas para un público muy conceptual, selecto, intelectual y minoritario; y también para un público amplio y diverso, en este último resaltó Viva la vida, con música cubana en vivo y encargada para la ocasión.
Reveló Vergara que para abril venidero estrenará Vivir, vivir, una obra que utiliza un lenguaje callejero y la fusión de varios géneros, entre ellos el rap, y lo clásico con lo folklórico.
Consideró que en esa obra la escenas se distinguen por la riqueza sonara y la posibilidad visual en los bailarines.
Apuntó que distingue por la fusión de la rumba cubana (donde se mueven las caderas, las pelvis y ejecutan pasos de guaguancó), con la música de Joan Sebastian(un barroco, recargado en movimiento con una fuga de Vals).
Rememoró que en los primeros años el ballet solo contaba con un elenco de 10 bailarines y se caracterizaba por la puesta en escena de obras de pequeño formato muy conceptuales.
La compañía llevaba a las tablas antes de 2010 piezas con una marcada belleza plástica, entre las que distinguen: Estuche (dos mujeres metidas en un vestido) y El otro habitad (una mujer frente al espejo o diálogo de una persona consigo misma).
La compañía llevaba a las tablas antes de 2010 piezas con una marcada belleza plástica, entre las que distinguen: Estuche (dos mujeres metidas en un vestido) y El otro habitad (una mujer frente al espejo o diálogo de una persona consigo misma).
Expuso que en ese muestrario también destacan: Alucinado (un dúo de una mujer y un hombre), Las manos que nunca me tocaron, mujeres delante de un telón; nunca se ven los hombres que las cargan, las bajan, las manipulan y las sostienen.
