Bogotá. Lo inevitable era no hablar de la película. De los personajes, de la música, del trabajo de campo, de lo que encontró Víctor Gaviria. Pero el tema central era el guión cinematográfico, es decir, las letras y los diálogos que le dieron vida a “La vendedora de rosas”, aquella película de Víctor Gaviria, de 1998, y que tantos premios le significaron a este director antioqueño. Este texto, segundo de la colección de guiones cinematográficos del Fondo Editorial Universidad EAFIT -escrito por Víctor Gaviria, Carlos Henao y Diana Ospina-, se presentó el Sábado pasado en el Salón María Mercedes Carranza, en desarrollo de la Feria del Libro de Bogotá. El evento contó con la presencia de Víctor Gaviria, director de la película; así como de Lisandro Duque Naranjo y Pedro Adrián Zuluaga Duque, ambos críticos de cine. Y lo que ocurrió en la tarde sabatina fue un diálogo de cinéfilos, de conocedores del séptimo arte y, por supuesto, de personas cercanas a la obra de Víctor Gaviria, la de los actores naturales y el registro de la realidad desde una perspectiva descarnada.
De entrada, Gaviria recordó cómo la película se basó en el cuento “La vendedora de cerillas”, del escritor danés Hans Christian Andersen, y contó la manera en que la protagonista, tanto de una y otra narración, pasa sus últimas horas de vida en la noche de Navidad. De hecho, “La vendedora de rosas” transcurre durante las 36 horas que van de las 6:00 p.m. del 23 de Diciembre a las 6:00 a.m.