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Santiago Roncagliolo

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Santiago Roncagliolo: Al escribir libros para niños contribuyes a que la gente se forme leyendo

Tomado de La República/Perú/ Alfonso Rivadeneyra García.

Emitimos un fragmento de la entrevista.                                          

Ha escrito libros para niños, no ficción, misterio, sci-fi. Le gusta jugar FIFA 14 y, ahora que está en Lima, no usa celular. Es Santiago Roncagliolo (Lima, 1975), cuya novela más reciente, ‘El Gran Escape’, cuenta la historia de Hugo, canguro que ha vivido creyendo estar en una sabana, pero en realidad era un zoológico. Esta obra ganó la quinta edición de El Barco de Vapor, premio literario de la Fundación SM. Conversamos con él sobre esta nueva aventura.

-Hace poco has lanzado El Gran Escape ¿qué sientes después de este regreso a la literatura infantil?

He pasado un año muy familiar después de hacer muchos libros sobre todo muy políticos o muy periodísticos, este año tenía ganas de divertirme, de jugar más con la fantasía, de meterme menos en líos. Y este libro lo hice con mi hijo, él participó mucho, íbamos al zoológico, él contaba historias, entonces traerlo aquí al Perú (el libro) y traerlo a mi hijo que ha venido, para que vea de dónde viene y lo que hemos hecho juntos es especialmente emocionante.

-Antes habías sacado libros infantiles, como ‘Rugor, el dragón enamorado’, pero que tu hijo haya colaborado significa que ha cambiado el cómo escribes libros para niños desde que eres padre.

Por lo menos desde que tengo hijos ha cambiado que ya puedo hacer un grupo focal, ya les cuento a ellos los cuentos y entonces no escribo solo, realmente, ellos van diciéndome que les gusta, ellos van haciendo preguntas y voy escribiendo con ellos. Aparte de ser una experiencia distinta y muy rica de escribir, es una manera diferente de jugar con mi hijo y estar juntos, que es lo mismo para leer. También leo con él, comentamos lo que leemos, creo que leer cuando eres niño es algo que se hace en familia y eso es muy bonito.

-Eso es cuando tus padres leen, porque en muchos casos uno no tiene esa suerte.

Sí, no era mi caso. En mi familia siempre se leyó mucho. Lo que pasa es que muchos padres quieren que sus hijos lean pero no leen ellos, pero en mi casa no hubo que hacer fomento de la lectura porque ellos leían y lo disfrutaban y creo que si un niño ve que sus padres leen y lo disfrutan él también va a leer.

-Se convierte en un proceso natural.

Sí, no tienes por qué explicarle a nadie por qué tiene que gustarle el fútbol. Ve que la gente disfruta del fútbol y le va gustando y lo mismo pasa con la lectura.

-Hace poco leí un artículo en The Guardian, se menciona que escribir libros para niños puede ser más difícil que escribir para adultos, porque son un público exigente. ¿Eso te pasó con tus hijos?

Con mis hijos y con otros niños. Los niños son directos, si les gusta el cuento te quieren, te abrazan, se te pegan, te tratan con mucho cariño. Si no les gusta te dicen directamente  que les parece un libro muy aburrido y se van. Y eso te obliga a escribir cosas que no vayan a soltar, que no los aburran nunca, que sean desbordantes de imaginación, trepidantes, divertidas, llenas de color, luz y no puedes perder ningún detalle. En un adulto a lo mejor algo no está bien narrado, pero lo salva por la investigación histórica o por el retrato de la época o los personajes. Un niño no, él se entrega con pasión a la ficción y quiere la pura ficción. Eso es un gran reto.

-¿Qué cosas te has dado cuenta no funcionan, que has visto que los niños se aburran al toque, en este caso tus hijos?

No, por suerte conmigo los niños se la pasan muy bien, pero noto que a veces les leo otras cosas y si no les gustan, directamente te lo dicen.

-Leí el libro y con este león, el capitán Krupp, no noto lo que pasa en muchos libros de niños, donde los buenos son muy buenos y los malos muy malos, sino que él tiene maldad pero está bien justificada.

Yo quiero escribir libros para niños que también puedan leer los grandes, que no les aburra. Que un niño los lea, que sea ligero, divertido, se lo pase bien, pero que un grande también encuentre cosas que le interesan porque eso es lo que a mí me gusta por ejemplo de las películas de Pixar, de Disney. Llevo a mi hijo al cine y no quiero pasarme una hora y media viendo algo que le va a gustar a él pero que yo odio, quiero que la historia también me atrape. Si tú ves las historias de Disney y de las grandes productoras para niños también son historias que están concebidas para adultos y eso es lo que yo quería hacer.

-Claro, y en muchos casos tienen una lectura para niños y otra para los adultos.

Sí. Eso es lo que pasa con El Gran Escape, si eres un niño es una historia con animales, divertida, de fantasía. Si eres un adulto es sobre la amistad, la libertad, sobre los grandes proyectos de las pequeñas personas. Y eso es muy adulto también.

-Sobre los miedos, también.

Siempre. A mí me gustan los personajes que tienen que vencer sus miedos, eso es algo muy habitual en mis historias para niños y para grandes.

-En tu último artículo mencionas que si a los niños no se les confronta con cosas que pueden considerarse inapropiadas, luego no serán capaces de reconocer las malas ideas. Pero luego dices que se irán a los videojuegos violentos ¿No es esto algo prejuicioso con los videojuegos?

No, a mi me gustan los videojuegos. A lo que voy es que muchas veces queremos controlar lo que los niños leen y no lo que ven. Y yo no creo que hay que controlar lo que ven, creo que no hay que controlar nada, lo que hay que hacer es discutir, conversar, dejar que ellos lean cosas diferentes y conversar con ellos al respecto. Igual que los libros para grandes no se hacen para dar lecciones, se hacen para discutir, pensar e imaginar. Las historias clásicas de niños eran muy políticamente incorrectas y las de Robert Dahl como Matilde estaban llenas de cosas oscuras y terribles. En realidad yo no escribo así, yo soy bastante más políticamente correcto pero disfruto mucho que las historias no sean bobas, que no tratemos a los niños como tontos. Los niños normalmente son mucho más listos que los grandes, todavía no se han idiotizado. Nosotros los vamos idiotizando con el tiempo

-O como no han leído tanto están más abiertos a que les gusten más varias cosas.

De hecho, los niños están mucho más abiertos a la imaginación que los grandes, disfruto mucho escribir para ellos. Los grandes tendemos a buscar cosas realistas, nos cuesta más ver animales que hablan o al canguro tratando de escaparse del zoológico. El mundo del niño no tiene límites, su mundo puede llegar hasta donde su imaginación lo diga. Y por eso es muy bonito escribir para niños porque recuperas esa imaginación que tenías, te reencuentras con ella.

-En mi caso, el primer libro que leí porque quise leer fue La Vuelta al Mundo en 80 días. ¿Cuál fue ese libro que te marcó cuando eras niño?

Hubo muchos. Yo heredé los libros juveniles que tenía mi papá en su biblioteca y había muchos de Emilio Salgari, me acuerdo del Corsario Negro y de La Hija del Corsario Negro; porque Salgari era como una película de Schwarzenegger con seis, siete entregas. Me emocioné con Corazón, de Edmundo de Amicis, luego leí Mujercitas y Hombrecitos, leí todas esas novelas clásicas para adolescentes siendo muy niño y fueron mi primera introducción a la lectura, fueron las primeras historias de aventura y de ficción que leí.

Entrevista completa en: http://bit.ly/1cqO3ub


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