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Leszli Kálli Habla de su libro En las entrañas del poder

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No. 6.537, Bogotá, Martes 26 de Noviembre del 2013 

En muchas ocasiones la lectura de un libro ha hecho 
la fortuna de un hombre, decidiendo el curso de su vida. 

Emerson

Leszli Kálli
Habla de su libro En las entrañas del poder

Mi experiencia es que la misoginia no conoce género
Por: Jorge Consuegra (Libros y Letras)
Primero fue el secuestro, un hecho que, aunque han pasado los años, sigue allí como un tatuaje en el alma. Fueron muchos días de dolor, de angustia, de soledad y a veces casi desesperanza porque no se vía luz al otro lado del túnel. Pero, al fin, al cabo de los días, llegó la libertad, aunque se inició el otro drama: irse del país por las constantes amenazas. Resultó en Canadá en donde, para disipar la lejanía del país, resolvió seguir estudiando para sacar adelante su carrera como creativa. Ya luego fue regresar, sentir de nuevo el aroma del país, la alegría de su gente, el optimismo de todos a pesar de las continuas malas noticias con que abren los noticieros. Y, finalmente, golpear puertas para lograr trabajar en lo que ella siempre soñó: las comunicaciones. Pero toso se vino a pique ¡y de qué forma!
    Llegó el día en que, después de tantos rumores, chismes y presiones en el interior de la Alcaldía de Bogotá en donde fue contratada, dijo ¡No más! Y después de pensar dos y tres veces y con el impulso que le dio un reconocido periodista, Leszlie Kálli resolvió sentarse a escribir En las entrañas del poder que ya levantó polvaredas entre unos y otros…
- ¿Es la libertad el más preciado tesoro de los hombres?
- La libertad con salud (y si no es mucho pedir, con amor también).
- ¿Por qué decidió escribir Secuestrada? ¿Fue una especie de catarsis?
- Como cuento en el libro, Secuestrada se escribió en cautiverio: era mi diario personal y fue uno de mis grandes apoyos para sobrevivir el secuestro. Conozco de mi mano el poder catárquico de la escritura.
- ¿Pensó alguna vez que hubiera tantos y tantos lectores que quisieron leer sobre su experiencia?
- Nunca, de hecho no se me ocurrió publicarlo. Fueron los editores de Planeta los que me propusieron que publicara mi diario apenas se enteraron de que existía. Cuando lo publiqué me sentí enviando un mensaje dentro de una botella en el mar y nunca me imaginé que fuera a encontrar tantos lectores. Incluso hay tesis universitarias que lo mencionan tanto desde la perspectiva de la literatura de la violencia como de los escritos de género. Es además y sin querer, bueno o malo, el libro pionero de la literatura del secuestro.
- ¿Ha sido hasta ahora la experiencia más amarga de su vida?
- Una de las más amargas, sin duda. En estos momentos diría que mi paso por la Bogotá Humana le quita el puesto.
- ¿Abandonar el país fue algo doloroso? ¿Traumático?
- Fue muy duro. Mi segundo libro se abre con la narración de esa experiencia y la añoranza de Colombia, el sentirme "home sick" en Canadá, que fue la que me hizo anhelar mi regreso.
- ¿Por qué decidió acudir a la alcaldía de Bogotá a pedir trabajo y no otro lugar?
- También lo cuento en el libro: para respuestas detallas me complace invitar a leerlo. A grandes rasgos, porque creí en el proyecto de alcaldía de Gustavo Petro, en especial su discurso animalista. Ya en Secuestrada se puede leer mi amor por los animales y vi una oportunidad dorada para trabajar por ellos especialmente. Todavía creo que si me hubieran dejado, habría podido aportar mucho al respecto.
- ¿Cómo empezaron las presiones? ¿Fueron inicialmente veladas y luego abiertas?
- Ese es el gran misterio que señala el libro: todo empezó por un chisme malintencionado con el que me señalaban como "la moza del Alcalde" y fue Daniel Winograd quien me pidió que me mantuviera a metros de la Alcaldía.¿Quién se inventó ese chisme? A día de hoy no lo sé. Pero lo que viví a partir de ese momento es la historia de matoneo laboral descrita en el libro. Hubo de todo: me lanzaron como una papa caliente de Secretaría en Secretaría (pasé por 3) con la única justificación de mantenerme lejos del Alcalde para que su mujer no lo matara, llegué a estar en una oficina vacía sin siquiera un escritorio y menos un computador para hacer mi trabajo, sufrí acoso sexual por parte de un funcionario-colega, en Twitter se me calificó de víctima, infiltrada y traidora, se dieron y se dan referencias laborales negativas mías a la hora de conseguir otro trabajo, en fin.
- ¿Es peor la misoginia desde los hombres o desde las mujeres?
- Mi experiencia es que la misoginia no conoce género. Paradójicamente en mi caso, he recibido ataques muy fuertes de mujeres periodistas, pero a la vez, han sido otras periodistas las que más me han apoyado constantemente. Aún así, para mí el campeón es Daniel Winograd pero no por ello me volveré una feminista radical o una misándrica: fue pésima suerte encontrarme con él.
- ¿El libro es más una reflexión o una denuncia?
- Es mi testimonio sobre lo que sucedió. Narro los hechos tal como acontecieron y al final hay un capítulo dedicado a las consecuencias legales de todo lo que pasó, las denuncias que interpuse y que hay contra mí.
- ¿Qué fue lo más difícil en el proceso de redacción?
- El capítulo sobre "la noche oscura". Suena a pleonasmo pero es otra forma de llamar a la noche en que se me fueron todas las luces, hasta la que supuestamente debería verse al final del túnel. Esa noche me quebré y no di más. En Twitter el comité de aplausos de Petro me atacó por esa noche, diciendo que mi defensa airada estaba llena de odio y resentimiento y que fue por toda esa rabia en mi corazón que quise quitarme la vida. Me dieron un espejo en el cual yo no me reconocía: soy una persona optimista y con buen sentido del humor, así que decidí enfrentar los demonios que me atacaron esa noche y me sumergí de nuevo en esas aguas frías y profundas para decirme nunca más. Salí fortalecida y aquí sigo dando la batalla por mi buen nombre

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