A la amante…
Omar Monroy (Chile)
Sigilosamente
entré a tu ansiado cuarto.
La puerta estaba abierta.
Tú, desnuda sobre el lecho.
Sonreíste
porque llegué de corbata.
Es tarde, me dijiste.
Sólo levanté los hombros.
La noche jadeaba
cuando te di un beso
en tu fruta de soles y lunas.
Mis labios escalaron
las cumbres de tu estampa
y tu bendito árbol
se colmó de lirios y suspiros.
El desierto florido
brotó en tu cuerpo esa noche.
Luego, calladamente,
partí hacia el silencio.
Nota: envíe sus poemas a culturalibrosyletras@gmail.com- revistalibrosyletras@gmail.comy pedimos el favor que estos no sean tan extensos; máximo 30 versos.
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