Por: John Better/ Tomado de Latitud/ I Parte
“El mundo ha terminado resignado a la limitante del no tener que argumentar que les da usar los 140 caracteres de un tuit, entonces, ¿cómo voy a pretender que se lean una novela de 300 páginas?”
Su solo apellido nos lleva al mundo de la literatura. Es uno de los autores colombianos vivos más estudiados en las universidades del mundo. Cóndores no entierran todos los días, El bazar de los idiotas o El divino son de sus obras más conocidas. Después de una veintena de títulos, el autor de 68 años tiene nueva novela lista, La misa ha terminado lleva por título, un texto que se interna en los sacros interiores de la Iglesia católica.
El libro aún no sale y ya es motivo de controversias porque quien lo escribió, a lo largo de su vida ha dado mucho de que hablar, por los temas tratados en sus libros, por su abierta homosexualidad o por su fascinación por el poder y la vida exquisita.
Desde el piso 14 de un elegante edificio a las orillas de Bocagrande, en Cartagena, el escritor nacido en Tuluá y figura del programa radial La Luciérnaga , habló en primicia para El Heraldo, entre otras cosas, sobre su nuevo libro, la política, su rutina y la literatura actual.
No Asegura que no tiene ni idea de cuándo empezará a circular el libro porque su único interés era terminarlo. Asegura de paso que se lo dio a leer a profesores universitarios de distintas vertientes literarias “quienes han coincidido en que el libro es controvertido. Esperemos a ver si se puede publicar”.
-¿Qué evitaría que se publicara el libro?, ¿por qué dice que es un texto polémico?
En otras épocas lo único que hubiese evitado que el libro se publicara habría sido que no tuviera editor, hoy en día ya no tengo esa dificultad, porque simplemente puedo mandarlo a editar yo mismo, dejo de tomar champaña y comer algunas cosillas durante un mes y saco el libro. Ya los libros no son negocio, en estos momentos hacer una venta extraordinaria en Colombia puede significar vender diez mil ejemplares, y diez mil ejemplares de un libro que valga 42 mil pesos, significaría que el escritor se ganaría 42 millones de pesos, y con eso no se enriquece nadie.