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El escritor Juan Sebastián Lozano habla de La vida sin dioses, su primer libro

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El escritor Juan Sebastián Lozano habla de La vida sin dioses



En su primer libro, Juan Sebastián Lozano narra historias de adicciones y rehabilitaciones fallidas enmarcadas en el realismo sucio.


Por: Pablo Concha*


A raíz de la publicación del primer libro del periodista cultural Juan Sebastián Lozano (Bogotá, 1982), la colección de relatos La vida sin dioses de Calixta Editores, compuesta por catorce cuentos conectados entre sí que tratan principalmente sobre el uso de drogas y la infinidad de problemas y situaciones que conlleva esta adicción, que van de lo divertido a lo horroroso, tuvimos una conversación sobre el proceso de escritura del libro así como las influencias, preocupaciones e intereses del autor y los temas que atraviesan estos relatos.


—¿Cuánto tiempo le tomó escribir estos cuentos y cómo fue el proceso de organizarlos en un libro? ¿Hubo historias que se quedaron por fuera?

Estaba escribiendo una novela en primera persona, pero no le encontraba la forma… Vivencias personales que en un momento consideré intrascendentes y que tal vez ahora rescate. Participé en un Mundial de escritura donde pusieron algunos buenos ejercicios. Los cuentos salieron de allí; algunos son más cercanos a mi historia de vida, un poco turbulenta; otros son ejercicios de imaginación pura, por decirlo así. Entre estos últimos, algunos personajes están basados en gente que vi en la calle, otros llegaron a mi mente de alguna manera, en algún sueño diurno. Los cuentos los fui escribiendo uno a uno, en el orden en el que están en el libro. Como hay personajes que se repiten, hay otras historias que me imagino sobre ellos, por ejemplo, con los enanos de “Los cíclopes”; ahí están en el tintero. La idea es ir formando un universo, un Marvel bastante dañado y más perverso, mejor como un DC.


—¿De dónde viene el título del libro? No es el nombre de ninguno de los cuentos, como es usual en la mayoría de los casos…

El título me llegó mientras corregía los cuentos, al principio me pareció un poco académico, como para ensayo universitario, luego, honestamente, no se me ocurrió alguno que me gustara más. Creo que el título refleja lo que hay en el libro, no hay dioses griegos ni latinos ni moros que intervengan en los cuentos, bueno, sí hay, una multinacional por ahí, el poder político y económico que nos aplasta y sus ejércitos. Pero en los cuentos lo que hay es “selva”, lucha de voluntades, se salva el que puede.


—Hay conexiones entre los relatos de La vida sin dioses: un personaje secundario en uno se vuelve principal en otro, o se mencionan sucesos que han pasado en un cuento anterior, etc. ¿Esto fue algo fortuito o planificado?

Me gustan mucho los libros de cuentos que forman una novela extraña. Como Hijo de Jesús de Denis Johnson o Knockemstiff de Donald Ray Pollock. Me gusta el mestizaje de los géneros, que los cuentos tengan poesía y que puedan conectarse, y sí, en el libro hay una especie de novela fantasmática, pero como dije, bastante deforme, que sólo muestra unas caras. En esa novela podría haber más cuentos, novelas detrás. Algunos criticarán que algunos cuentos no son cuentos, y sí, hay unos que son redondos, circulares, y otros que son parásitos de anteriores o de posteriores; me gusta esa idea de lo extraño.


—¿Cuáles son esos libros de cuentos que sirvieron de inspiración para, o que usted considera que se encuentran en diálogo o comunión con La vida sin dioses?

Los cuentos de Flannery O'Connor; de ella me gusta que es bastante cruel con sus personajes, pero hay una intención moral detrás. Era católica, la genia. Adoro a John Cheever, los cuentos de Carver, los cuentistas norteamericanos en general; son fantásticas Lorrie Moore, Lucia Berlin. Por supuesto, me vuelven loco los libros de BorgesFicciones y El Aleph, y a pesar de que es tan criticado ahora, los cuentos de Cortázar. Y no podían faltar Poe, Lovecraft, Kafka; ojalá llegara a escribir como alguno de los nombrados algún día. Bueno, qué pena que me alargue tanto, pero no puedo ignorar a Roberto Bolaño y a Mariana Enríquez, es una dicha que sean nuestros contemporáneos.


El escritor Juan Sebastián Lozano habla de La vida sin dioses
La vida sin dioses, libro de Juan Sebastián Lozano 


Me gusta escribir sobre rock, también sobre algunas series que veo, y libros, claro. Para algunos la reseña como género periodístico ya no tiene mucho sentido porque ya todos pueden opinar en Internet y Spotify les dice qué escuchar. 



—¿Qué tanto de la vida de Juan Sebastián Lozano se encuentra en estas historias?

Algunas están basadas en vivencias, pero muy modificadas, transformadas, bastante retorcidas. Otras, como dije, son ejercicios de la imaginación. Creo que la vida personal no tiene mucha importancia, contar la vida es más o menos como hacer una lista del mercado; la vida debe transformarse en caricatura, en fábula, en mito, ojalá, para poder ser literatura. Para que tenga alguna trascendencia estética, por decirlo así.


—El uso de drogas y la rehabilitación, tanto el deseo como el fracaso de la misma, son los temas principales del libro. ¿Qué tan difícil fue escribir sobre esto?

Para mí es fácil, siempre he sido exhibicionista y me gusta joder la paciencia. Me gusta chocar, escandalizar a la “godarria” colombiana e internacional, pero, claro, esos ultraconservadores y camanduleros no van a leer mi libro, así que da igual; esperemos que lo lea alguien así. David Foster Wallace, creo que, citando a otro, dijo que la literatura era para tranquilizar a los perturbados y perturbar a los tranquilos, tal vez estoy parafraseando mal, seguramente, pero me gusta la idea.


—La música es muy importante en estos cuentos; los personajes constantemente mencionan artistas y géneros musicales. ¿Cuál sería la banda sonora ideal para escuchar mientras se lee La vida sin dioses?

Estamos en épocas de hipertexto. Me parece interesante que los lectores curiosos busquen a los músicos y artistas que se nombran, si no los conocen. Creo que esto amplía el espectro de los cuentos, sus significados, los subtextos. Yo te diría que la banda sonora sería el post punk y el rock noventero; aunque también algo de protopunk como MC5 o The Velvet Underground, mi banda favorita, la mejor de todos los tiempos. Bandas: The Smiths, The Cure, Pixies, Sonic Youth, The Smashing Pumpkins, entre otras. También están por ahí Diomedes Díaz, Wilfrido Vargas y el gran Tego Calderón, cómo no.


—Usted también escribe reseñas sobre libros y música en algunos medios culturales. ¿De qué manera ha ayudado esto a la ficción que escribe? ¿Cree que una cosa se puede alimentar de la otra?

Me gusta escribir sobre rock, también sobre algunas series que veo, y libros, claro. Para algunos la reseña como género periodístico ya no tiene mucho sentido porque ya todos pueden opinar en Internet y Spotify les dice qué escuchar. Yo no tengo Spotify, me quedé un poco en los noventas y me encantan las reseñas de genios del periodismo cultural (y excelentes escritores también) como Rodrigo Fresán, Mariana Enríquez, Laura Fernández y Kiko Amat. También, por supuesto, la tradición de la revista Rolling Stone y portales digitales como Jenesaispop, que recomiendo. Pero nos estamos quedando sin espacio, sobre todo en los que paguen, y estos artículos requieren trabajo, así que no sé si lo seguiré haciendo. Creo que me alargué y la pregunta no iba por ahí… en fin, como dije, el rock aparece en mis cuentos y en lo que escribo ahora y en lo inédito que he hecho; también lo audiovisual; pero en cuestiones estilísticas, en cuanto a la manera de escribir, no necesariamente hay correspondencias entre periodismo y ficción.


—¿Cuáles son los autores que más han influenciado la narrativa que quiere hacer?

Los ya mencionados, además de dos genios que todavía son depreciados por algunos idiotas: Charles Bukowski y Stephen King. Me encanta la literatura dura en general, los géneros negros y oscurísimos; aunque no los he leído tanto, me influencian también Bret Easton Ellis, Palahniuk, James Ellroy. Me gustan los Fante, John y Dan. Antes se me olvidó nombrar un libro que para mí fue importantísimo y que influenció La vida sin dioses: Última salida para Brooklyn de Hubert Selby Jr. También he sido lector regular de poesía, aunque en los últimos años, poco, y por supuesto el cine y lo audiovisual han sido tan importantes para mí como la literatura, aunque ahora lea más. David Lynch, Jim Jarmusch, Quentin Tarantino, los Coen, Wes Anderson, Harmony Korine, entre otros, son fundamentales en lo que hago y quiero hacer. Qué pena, se me olvidaba nombrar a algunos autores colombianos que me han influenciado: Andrés Caicedo y Rafael Chaparro Madiedo, por supuesto; también el genial Fernando Vallejo y Efraim Medina Reyes, injustamente despreciado por algunos. Me llaman la atención los despreciados por la academia y las buenas maneras, cómo no. Lo siento, no fui corto, esta entrevista demuestra que los escritores, incluso los novatos como yo, nos damos mucha importancia y que nos encanta el protagonismo.




Pablo Concha, escritor colombiano

*PABLO CONCHA.

Escritor colombiano. Autor de los libros de cuentos Otra Luz y La piel de las pesadillas. Periodista y colaborador literario de Libros & Letras, entre otros medios culturales. 
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