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Mauro Yakimiuk: “Un escritor debe estar en constante movimiento”

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Mauro Yakimiuk. Foto: Manuel Roveda Lastra

Un café en Buenos Aires con Mauro Yakimiuk

Por: Pablo Hernán Di Marco* / Argentina

Mauro Yakimiuk, más allá de ser dramaturgo y director de teatro, es uno de los periodistas culturales más activos de Argentina, al punto que su blog de entrevistas Entre Vidas ha crecido hasta volverse una referencia insoslayable. Sin embargo, allí no se agotan sus facetas creativas, pues Mauro por estos días también está abocado a la tarea de difundir su más reciente novela: El profeta

—La última vez que te entrevisté estabas a punto de presentar tu primera novela, Estos no son todos los vicios. Hoy, un año y medio después, estás lanzando El profeta. El mundo del libro es rico y cruel en partes iguales. ¿Qué aprendizajes y decepciones atravesaste de aquel primer libro a hoy?

MY: Lo que aprendí es que no hay que esperar nada de nadie, así uno evita decepciones. Me encontré con gente muy generosa como mi editora Francisca Mauas, siempre bien predispuesta y acompañando al autor en todo momento. Con el tiempo ya la considero una gran amiga, pero más allá de eso, es muy valiosa como ser humano que en definitiva es lo que más me importa. Como te decía antes, al no esperar nada de mucha gente, uno se hace menos problemas con algunas cosas. Ahora al tener un poco más de experiencia seguramente tomaré mejores decisiones que, entre otras cosas, tengan que ver con la difusión de mi novela El profeta.

—Lo que decís me lleva a un tema interesante. Hoy pareciera que no basta con que un autor escriba el mejor libro posible, también debe encargarse de buena parte de la difusión de su obra. Son muchos los editores que, a la hora de firmar contrato, le preguntan al autor si está dispuesto a comprometerse con la publicidad del libro.

MY:Francisca nunca me pidió que me comprometa con la promoción del libro, pero es algo que tendrían que hacer todos los escritores. Más allá de eso, cada editor, al momento de firmar el contrato lo tendría que dejar en claro. Siempre recuerdo la frase que decía el productor teatral Gustavo Schraier, “Nunca supongan nada”. Es fundamental que los autores y editores acompañen el camino de cada libro. 

—La escritura del segundo libro suele ser un desafío en la vida de un escritor. Sin embargo, el poco tiempo que pasó entre la publicación de tu primer libro y este me hace pensar que atravesaste esta etapa sin grandes complicaciones. ¿Me equivoco?

MY: Cada nuevo texto tiene sus desafíos y sus complicaciones, pero dar el puntapié inicial con Esos no son todos los vicios me saco algo de presión. Fue como el primer gol para un futbolista. Espero que con el correr del tiempo incorpore más herramientas para el oficio y seguir mejorando texto a texto. Siempre es largo el camino desde que uno escribe una historia hasta que esa historia se publica y llega a los lectores.

—¿En qué sentís que evolucionaste como escritor de Estos no son todos los vicios a El profeta?

MY: Me siento más seguro al momento de escribir. Sumé herramientas que fui aprendiendo en el tiempo posterior a la salida de mi primera novela. Sigo escribiendo nuevas historias y creo que eso es fundamental para seguir creciendo. Un escritor tiene que estar en constante movimiento. Leer mucho y escribir mucho. Leer clásicos, pero también autores contemporáneos. Una vez leí que Aira se conformaba con escribir una página por día como mínimo, y ese me parece un lindo ejercicio. Esos no son todos los vicios era una novela más visceral, y esta novela es todo lo contrario. Creo que también fui aprendiendo a no encasillarme con un estilo. A futuro tengo ganas de escribir algún texto infantil/juvenil, así que espero seguir aprendiendo. Actualmente estoy haciendo taller con Marcelo Rubio, y cada charla, corrección o sugerencia es como estar haciendo un posgrado. Es un escritor que sabe mucho y que te exige analizar cada situación para que todo sea verosímil, y me parece fundamental que así sea.
—Todos los buenos libros son hijos de infinidad de horas de trabajo. Sin embargo, la obsesión por escribir una novela suele provenir de un disparador. ¿Cuál fue esa primera chispa que te impulsó a volcarte a escribir El profeta

MY: Me interesaba contar la historia de un chico humilde llegando a ser profesional en un deporte tan elitista como el tenis. He leído y escuchado muchas historias de futbolistas saliendo de hogares humildes y consagrándose jugando a la pelota. Me pareció interesante que eso ocurriera en un deporte en el que ya de entrada tenés que invertir mucho dinero para poder competir. La primera imagen fue la de un jugador dando una entrevista en la que iba a hacer una denuncia importante. Ahí surgió mi interés en volcar la novela a una especie de policial y, de esa manera, aparece el tema de las apuestas ilegales en el tenis.

—El mundo del tenis (con sus luces y miserias) es protagonista de El profeta. Vos jugaste por muchos años a ese deporte; es más, no estuviste lejos de intentar ser tenista profesional. ¿Le volcaste mucha verdad a este libro? ¿O preferiste tomar pequeñas dosis de verdad para enriquecer la ficción?
MY: Una vez a un autor le escuché decir que parte de una historia autobiográfica y después desarrolla la mentira.

—Vargas Llosa se refiere a eso como “la verdad de las mentiras”.

MY: En este caso, es toda ficción, aunque leí algunas cosas referidas a los temas que se tocan en la novela. Respecto a mi historia personal, es verdad que jugué muchos años al tenis, estuve cerca de volcarme a ser tenista profesional, pero me decidí por seguir estudiando. Jugaba interclubes, estaba federado en la Asociación Argentina de Tenis, y disfrutaba mucho de competir. Recuerdo que un entrenador del club me dijo que era momento de empezar a jugar torneos profesionales, pero para eso necesitaba más horas de entrenamiento y, por ende, ir menos al colegio. En mi caso, no era compatible y elegí por seguir en el colegio que estaba, que tenía mucha carga horaria.



—Durante la lectura de algunos pasajes, pensé que esta novela podría llegar a generar alguna polémica dentro del mundo del tenis. ¿Es una locura de mi parte o se te cruzó la misma idea?

MY: No, la verdad que nunca me detuve a pensar en eso. Si bien también soy periodista, escribo ficción. Tampoco me basé en ningún tenista real para escribir la historia que cuento en El profeta. Por suerte, cuando le acerqué la historia a Francisca Mauas de Azul Francia Editorial, le gustó y nos pusimos a trabajar para que se pudiera publicar este año. Más allá del contexto difícil que está viviendo el mundo, estoy teniendo la oportunidad de publicar un libro que no es un dato menor.

—Hablemos un poco sobre eso. Tenés el raro privilegio de lanzar tu libro en plena pandemia. Obviamente debiste suspender la presentación. ¿Cómo intuís que se desarrollará la industria del libro una vez que termine la cuarentena y reabran las librerías?

MY: La industria del libro está muy golpeada por lo que está pasando, al igual que muchos otros sectores. Se cortó la cadena de pago, y la venta de libros, que ya venía disminuyendo, ahora es mucho peor. Se vienen tiempos difíciles. Espero que las cosas se vayan acomodando para que ningún trabajador pierda su empleo. Es un momento complicado para todos y que la gente compre libros no es algo sencillo cuando algunas personas ni siquiera están teniendo ingresos. En lo personal con mi libro, ojalá llegue a muchos lectores, recién sale a la venta y ya me llegan fotos de gente que ya lo tiene y eso es una alegría. Ya habrá tiempo de presentarlo y brindar con la familia y con los amigos.

—La escritura de este libro no te alejó de tu actividad como periodista. Contame qué novedades desarrollaste para tu canal Entre Vidas TV de Instagram.

MY: La principal novedad fue el Ping Pong literario de Entre Vidas TV en el que ya participaron más de cien personas, en su mayoría gente del ambiente literario. Estoy muy contento con las repercusiones que está teniendo la sección y la excelente predisposición de todos. Actualmente sigo sumando nuevas secciones para el canal, por ejemplo “Los tres libros de mi vida” en el que cada invitado elige tres libros que considera que son especiales en su vida, muestra los ejemplares y cuenta los motivos de dicha elección. También, sigo difundiendo lecturas de muchos escritores, desde consagrados hasta autores que están dando los primeros pasos en el ambiente literario.

—Vamos con la última pregunta de Un café en Buenos Aires, Mauro. La vez pasada, cuando te pregunté a qué artista invitarías a tomar un café me respondiste Bukowski. Imaginamos que ya lo tenés al viejo Charles acá con nosotros (vaso de vino en mano, por supuesto). ¿A quién otro quisieras sumar? 

MY: Como bien sabés, soy director de teatro, así que en esta oportunidad elegiría al maestro Mauricio Kartun, uno de los mejores dramaturgos que ha dado el país.  Para el que no lo conoce, le sugiero que vea en internet alguna de las entrevistas que dio, cada charlea deja infinidad de enseñanzas.

—¿Y a qué bar lo llevarías?

MY: A Cantina Palermo, una cantina bien de barrio que tiene unos platos excelentes. 

—Huy, ahí se come riquísimo. Será cuestión de acompañarlos, seguro que Bukowski nos invita un buen vino. 


El Profeta 
108 páginas
Azul Francia editorial, 

Se encuentra a la venta a través de Mercado Pago.

Pueden seguir a Mauro Yakimiuk por Instagram en @mauro_el10 y @entrevidastv.



*Pablo Hernán Di Marco.  Desde Buenos Aires trabaja vía internet en la corrección de estilo de cuentos y novelas. Autor, entre otras novelas Las horas derramadasTríptico del desamparo. Colaborador literario de la revista Libros & Letras 


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