Entrevista. Yeiver Rivera Díaz presenta su libro “Ni una más ni una menos” en la FILBo 2018

-Siempre he sido uno convencido que el periodismo tiene la función social de servir, ayudar y enseñar. Cuando niño me inculcaron que lo que uno oía en la radio, veía en televisión o leía en los medios te debía dejar una enseñanza y esa se debía cimentar y construir con mucha más investigación... los tiempos han cambiado.

La mujer es el motor que mueve una sociedad y cuando presenté Viví en el Bronx, testimonios del horror, mi anterior libro, pensé en un nuevo tema que dejara una enseñanza, que ayudara a la sociedad a descubrir de manera directa y clara un nuevo fenómeno y el feminicidio es uno de ellos, el que cada año nos arranca un promedio de 66 mil mujeres en el mundo a causa de la violencia de género y quise llevar el mensaje de decir: basta, no más, no podemos seguir viendo este problema en las noticias y no hacer nada, debemos actuar ya, si las autoridades no lo hacen, yo sí lo haré, desde mi tribuna de prevención y empecé la investigación.


- ¿Cuáles son las alertas a tener en cuenta antes de un feminicidio?

-Por ejemplo, si hay amenazas que la va a matar así lo diga en broma. Hay unos factores importantes que inician con acumulación de tensión hacia la víctima, agresión, perdón o falso arrepentimiento y nueva agresión. Estos son algunos de los ciclos en las relaciones de pareja. Pero hay que tener en cuenta de dónde proviene la agresión ya que, en Colombia, el feminicidio no solamente es catalogado como el que comete su pareja o expareja. La violencia no debe ser únicamente física, la hay psicológica, patrimonial y esta es la más difícil de identificar.


- ¿Cuánto tiempo le tomóla investigación y cómo estructuró el libro?

-Más o menos un año duro toda la etapa investigativa y de redacción. El libro está estructurado con historia de las agresiones a mujeres, conceptos de perfiladores criminales, psicología forense, sociología, medicina forense, derecho penal, leyes y legislaciones sobre el tema alrededor del mundo, un trabajo de reportería con familias colombianas y mexicanas víctimas del feminicidio así como datos, cifras y estadísticas de más de una veintena de países del mundo donde ocurren este tipo de hechos, en algunos conocidos como femicidio y en otros, especialmente europeos, como violencia de género intentando mostrarle al lector qué, cómo y por qué ocurren y también por qué cada una de las legislaciones los mencionan o catalogan de esta manera.

Ni una más, ni una menos es un libro que va a confrontar a muchas hombres y mujeres en el mundo, pero que es necesario en este momento que estamos viviendo

- ¿Qué encontrarán los lectores en su libro?

-Además del corazón y el alma de un hombre que aborrece la violencia en todas y cada una de sus manifestaciones, hallarán la realidad del fenómeno con conceptos, situaciones y hechos para decir que no tenemos que ser indiferentes ante lo que está pasando y menos seguir siendo machistas, misóginos y pensando que como somos hombres podemos hacer lo que queramos. No, ¡basta ya!


- ¿Qué le generó mayor impactó de esta investigación?

-Principalmente las historias, las crudas, crueles y descarnadas historias de feminicidios en el mundo. Cómo asesinan a las mujeres con un odio, salvajismo y ensañamiento que uno jamás creería que fuera así, pero sobre todo me impactó la alta tasa de impunidad en el mundo. Un 98% de los asesinatos quedan en la impunidad y con ello pareciera que los Estados mandaran un mensaje en el que dijeran: háganlo, no les va a pasar nada.


- ¿Por qué cree que es importante visibilizar esta problemática a través de un libro como el suyo?

-Porque si no mostramos la realidad de lo que vivimos, seguirá pasando y a nadie o muy pocos les va a interesar. Las organizaciones feministas han venido haciendo un gran trabajo mostrando estos hechos, pero dónde quedan las instituciones encargadas de educar a nuestros niños con respeto por los demás, la sociedad que sigue siendo machista y viendo a la mujer como un objeto. Los mensajes que se envían donde tienen que desnudar a una mujer para vender una llanta o un perfume, las autoridades encargadas de velar por la seguridad.


-¿Cuál cree que es el mayor aporte que hace en Ni una más una menos?

-Realmente solo soy un periodista con deseos de contar historias que dejen un mensaje de prevención. El aporte creo que lo puede sacar cada uno de los lectores; los hombres por ejemplo, confrontarse en cada una de las líneas aquí escritas con sinceridad y pasión para saber qué está haciendo bien o mal, cuál ha sido su rol en la vida con las mujeres y no hablo solamente de las parejas, sino su madre, hermanas, hijas, amigas... y las mujeres que se descubran con situaciones reales, qué han permitido o permitirían en sus vidas o si es el momento de tomar una decisión que han aplazado por muchos años.


-¿Por qué cree que cada día se siguen presentando más feminicidios y pareciera no pasar nada?

-Realmente lo que hay es una crisis en el patriarcado y el hombre al sentir que la mujer ha empezado a igualar la brecha generacional en torno a educación, empleo, oportunidades y ya no es únicamente la ama de casa y la reproductora por naturaleza, sino que ha empezado a asumir el rol que debe tener en la sociedad, el de la igualdad, no ha encontrado otra forma de poder frenarla sino agrediéndola. Ahora, en los imaginarios colectivos nunca se juzga la hora que un hombre está en la calle, con quién está, cómo se viste, a dónde va, cómo habla; en las mujeres todos estos son causales para justificar su agresión.


-Además de denunciar, ¿a qué más le apunta su investigación?

-A generar conciencia en cómo nos estamos comportando en comunidad, con la familia, amigas, madre, esposa, hijas o cualquier persona del sexo femenino. Es un libro que va a confrontar a muchas hombres y mujeres en el mundo, pero que es necesario en este momento que estamos viviendo. También hay un capítulo sobre la violencia de género hacía los hombres.


-¿Qué lectura hace de la responsabilidad de los medios de comunicación sobre este tema?

-El cubrimiento que se hace desde los medios de comunicación está basado, en muchos casos, en el tema del sensacionalismo. Si bien es claro que no todos los homicidios de mujeres pueden ser catalogados como feminicidios según la ley, también se debe saber que la utilización de epítetos como crimen pasional, asesinato por celos, venganza amorosa, no existe o titulares que intentan ponerle un toque de humor al hecho, no ayuda a verdaderamente mostrar lo que ocurre. Como periodistas tenemos una responsabilidad social y moral con nuestros lectores, oyentes o televidentes en mostrar los hechos sin máscara pero con la claridad que debe tener. Primero que todo somos seres humanos, los títulos son simples arandelas.

Periodista de Universidad Central con experiencia en gestión cultural hace 13 años. Desde el año 1999 es parte del equipo de trabajo de la Fundación Cultural Libros y Letras, su revista, la Agencia de Noticias Culturales como de sus proyectos. Leer más: AQUÍ.