Por: Marisol Conteras/ Bogotá. La Sinfonía No.5 de Mahler, es tal vez la más conocida por el público a nivel mundial, fue inmortalizada en el largometraje franco-italiano “Muerte en Venecia”, dirigida por Luchino Visconti. Sinfonía que acompaña toda la película y el adagietto corona el trágico y triste desenlace de la misma. El cuarto movimiento de esta sinfonía, es considerada una verdadera canción de amor.
Para el maestro Enrique Diemecke, director titular de la Orquesta Filarmónica de Bogotá, “en esta obra Mahler comienza a escribir con ideas musicales más dramáticas, aunque sin tener una historia real, nos lleva por los momentos más íntimos de los sentidos. La obra inicia con una procesión fúnebre que inmediatamente nos invita a dejar volar la imaginación. Esta es la marcha fúnebre del “héroe” que va a tener que luchar contra la muerte para regresar a la vida”.
La Quinta sinfonía, reúne la muerte, el amor y la vida, tres de las obsesiones de Mahler. La muerte esta al inicio, pero después el amor y la vida se hacen muy importantes. Está concebida en cinco movimientos, el primero es una marcha fúnebre que nos ubica en medio de un cortejo, el segundo movimiento se enfoca en la idea de la muerte. Posteriormente, viene el Scherzo, y los dos últimos movimientos son de un carácter distinto, el Adagietto y el Finale, muestran el amor y la vida de forma pura y lúdica, con inocencia y energía adolescentes.
