Richard Ford escribe para recordar que hay otros afuera, que la gente no está sola. Se reconoce como un animal doméstico: alguien que camina, observa, intuye. Con ese mandamiento a cuestas —perfilar la vida cotidiana estadounidense desde la posguerra—, construyó la trilogía El periodista deportivo (1986), El día de la independencia (1995) y Acción de gracias (2006), muy recordada en la reciente literatura norteamericana.
Junto a los Nobel de Literatura J. M. Coetzee (2003) y V. S. Naipaul...
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