Por: Juan Sebastián Peña Muette* / Bogotá
El lector, antes que lector, es un caminante. Desgajar la primera línea de un texto es iniciar un peregrinaje. La lectura será implacable: arrastrará al lector abismos insondables; lo elevará, después, a paraísos dulces. Lo hará desplomar sobre la tierra de nuevo. El caminante seguirá errante. Su alma estará perturbada, confusa, saltando imprevisiblemente de un estado de ánimo a otro.
Existen sentimientos que preceden este exilio voluntario. Entre...
[[ This is a content summary only. Visit my website for full links, other content, and more! ]]
[[ This is a content summary only. Visit my website for full links, other content, and more! ]]