Quantcast
Channel: Libros y Letras
Viewing all articles
Browse latest Browse all 14717

Introducción a una poética

0
0


Por: Antonio Acevedo Linares / Bucaramanga / Colombia.


La poesía debe ser fundamentalmente una exploración del lenguaje y no hay porque quedarse forzosamente en las formas clásicas y tradicionales de escribir poesía. La poesía es una seducción de las palabras donde hay que hacer estallar el lenguaje y arriesgar una metáfora para crear un universo.

La poesía moderna se ensambla con los materiales, las formas y expresiones menos poéticas o propias de la poesía. Es un híbrido que se nutre de otras expresiones del lenguaje donde hay textos que son el resultado del ensamble entre el poema y el ensayo, entre la narrativa y el poema. Las fronteras que separaban los géneros de la creación literaria se han borrado desde hace mucho tiempo. Los muros de Berlín de la poesía también han sido derribados. Las vanguardias poéticas crearon textos de la más absoluta belleza e imaginación bajo el postulado de estos experimentos estéticos.

El poeta contemporáneo no puede ser ajeno a estas prácticas poéticas. Los temas de la poesía, desde los juglares medievales hasta nuestros días, han sido siempre los mismos: el amor, la vida, la muerte pero en cada época, bajo una sensibilidad nueva de escribirlos, los hace distintos. La poesía tiene que purificar el lenguaje de las formas anacrónicas, los lugares comunes, las frases hechas, la obviedad, el sentimentalismo agrario, la retórica, la oratoria, la imagen sin trasfondo humano o estético, la metáfora simplista. La poesía se escribe bajo las múltiples coordenadas del lenguaje que tiene muchas aristas, desde una poesía coloquial, conversacional, narrativa hasta una poesía de atmósferas creada con el poder de las palabras en imágenes audaces. Ninguna puede considerarse ni mejor o peor en detrimento de otra. La poesía tiene muchos caminos para llegar el cielo o al infierno. En la búsqueda por adquirir una voz propia la exploración del lenguaje debe ser un principio estético y ético que oriente el poeta porque es necesario que la poesía acceda a la modernidad (la poesía que no acceda a la modernidad está pérdida) y sea el canto propicio en este tiempo también de los asesinos.

La poesía en Santander (Colombia) ha alcanzado en las últimas generaciones un alto grado de desarrollo del lenguaje, que ya bordea los límites de la modernidad. Los jóvenes poetas de la generación de fin de siglo que han surgido en las últimas décadas tienen en sus textos una atmósfera poética creada por un lenguaje limpio, diáfano, despojado en un tono asordinado de una poesía que se escribe sin estridencias. La poesía erótica, amorosa, social o lírica bajo una atmósfera filosófica o existencial o urbana es una constante en la actual poesía en Santander. Se explora en el lenguaje con textos que trascienden los géneros y hay una búsqueda por alcanzar la plenitud de la palabra en una escritura que hace un diálogo por el interior de sí mismo, se intenta desflorar la metáfora en imágenes oníricas y se arriesga un verso para crear un mundo. Son textos o poemas que están en la corriente de la poesía moderna y son la memoria viva de la existencia del poeta.

Autorretrato con girasoles de Julio César Correa, Viajeros de Pablo Montoya, Evocación del espacio de Claudio Anaya Lizarazo, Los girasoles de Van Gogh de Antonio Acevedo Linares, Ijares de la noche de Carlos Augusto Pereira, Los laberintos de silencio de José Ortega Moreno, el Libro del aprecio de Augusto Pinilla etc son parte de las obras poéticas modernas que figuran en el panorama de la poesía en Santander. Allí están representadas las nuevas y anteriores generaciones de poetas que en su poética tienen el fervor de una poesía que se escribe como si estuviera creando el mundo o amando a una mujer sobre la hierba. Una poesía escrita con un ojo en la frente, lúcida como un aforismo griego.

Entre otras voces de poetas santandereanos figuran igualmente, Hernán Vargascarreño con su libro, País íntimo, Yirama Castaño con su Jardín de sombras, Luz Elena Cordero con su libro Cielo ausente, y muchos otros jóvenes que emergen con mucha imaginación y audacia con una obra en proceso. Es significativo señalar que en la última década se ha originado en la ciudad una prolífica actividad poética y un auge por la actividad literaria en general donde se asiste a talleres de poesía y cuento principalmente, sin descartar la novela. Los novísimos escritores se están formando alrededor de estos círculos literarios en el Instituto Municipal de Cultura y en la Universidad Industrial de Santander.

La poesía en Santander ha tenido una larga tradición, no obstante, el rescate y valoración del patrimonio literario de la región está por realizarse por parte de las entidades y organismos culturales y académicos. Los poetas contemporáneos somos también herederos de una poesía escrita en la región aunque a veces no se reconozca porque nos creemos muy universales y pensamos que en la aldea no puede surgir la modernidad. En este epigrama exorcizo esa idea.

Epigrama


Los universos que la poesía no
los busques por el mundo
en un mar de trasatlánticos
vuelve a la tierra de los orígenes
donde caminas por los patios
olorosos de la flor bebida
por los colibríes y las muchachas
el mundo es una aldea donde
un crecen los girasoles de Van Gogh.


En la ciudad también contamos con poetas que aunque no nacidos en el departamento viven desde hace muchos años en estas tierras en donde ya han echado raíces y cosechado una obra poética moderna. Figuran Zaira Isabel Benavides con su libro Infiel, premio metropolitano de poesía, concedido por el Instituto Municipal de Cultura, Enrique Chaparro, con su libro Las islas Migrantes y Carlos Arias Mendoza, con su libro Morada Urbana, tercer premio poesía ciudad de Chiquinquirá. La poesía más allá de la imaginación y de la inteligencia es una cuestión de lucidez. Rimbaud dirá que es una cuestión de ser vidente. El poeta es un visionario que ve más allá de las cosas que ve el resto de los mortales y los sismógrafos, como diría Huidobro, registran su paso por el mundo.



Sociedad de los poetas*


Sociedad de los poetas, es una pequeña muestra de la poesía escrita por los jóvenes santandereanos nacidos en la década de los años cincuenta y sesenta que han asumido la poesía como un ejercicio de la lucidez, ternura y amor por la palabra. Una poesía que bordea los límites de la modernidad escrita con magia y belleza y, que se enmarca dentro de las diversas tendencias, coordenadas y exploraciones de la poesía latinoamericana contemporánea. El poeta escribe desde las múltiples corrientes de exploración del lenguaje y obtiene como resultado una poesía decantada en una atmósfera de depurada plasticidad estética y, en esa actividad del espíritu y el intelecto que es la poesía, el poeta camina con un ojo en la frente.

La poesía es la instalación del ser en la palabra, escribió Heidegger. Holderlin escribió que la poesía es el oficio más inocente del hombre y el más peligroso. Novalis manifestó que escribir es engendrar y que la poesía es lo real absoluto. Rimbaud escribió que el poeta se hace vidente por un largo, inmenso y razonado desarreglo de todos los sentidos. Baudelaire escribió que la imaginación es la más científica de las facultades. Luís Cardoza y Aragón escribió que la poesía es la única prueba concreta de la existencia del hombre. Andrè Bretón escribió que la poesía se hace en el lecho como el amor. El poeta crea fuera del mundo que existe, el que debería existir, escribió Huidobro. Sea esto y todo la poesía, que es el oficio más hermoso del mundo. La función social del poeta es escribir para recobrar el sentido humano y hermoso de las cosas. La poesía descubre los elementos originarios, invisibles y esenciales de las cosas y, le da un sentido más humano y hermoso a la existencia. El poeta es el alquimista del verbo/transforma las palabras en poesía/ como el alquimista soñó/ en transformar los metales en oro. (Epigrama).

En Julio Cesar Correa hay una poesía de atmósferas facturada con un manejo no racional del lenguaje en una suerte de desfloración de la metáfora, como lo denomina su autor. En Adolfo Cifuentes hay una búsqueda por adquirir una voz propia negando los símbolos de la escritura clásica. En Antonio Acevedo Linares la vida quiere ser convertida en literatura a través de la poesía autobiográfica. En Carlos Arias Mendoza una neblina urbana cubre sus palabras. Los poetas aquí reunidos tienen en común el fervor y la pasión con la que han asumido su oficio. Sea esta una oportunidad para apreciarlos y leerlos en conjunto.

El don de la lengua


(Por Julio Cesar Correa)

Supón un caballo flotando en
el mar de tus aposentos.
Tu garganta como una puerta
donde se agolpan los líquenes y las algas.
Supón que tu lengua es una mandrágora
y que tu voz es líquida
y que tus palabras humedecen
las cosas al nombrarlas.
Permitirás a tu lengua el don
de la caricia sobre
el pubis de las muchachas?


La muerte de un pasajero


(Por Adolfo Cifuentes)

La noche de los celos (Antología poética)
El cuerpo de Cristo (Libro de oraciones)
Cincuenta peniques
Un astrolabio y un par de tirantes
Una revista Playboy (sin página central)
Un solo zapato (izquierdo, negro)
Media corbata y treinta y dos dientes
Un alfiler y una Biblia
Algunos granos de tabaco
Un libro no leído
Catorce francos (suizos)
Un barrilete de pólvora (mojada)
Una libretita negra (en blanco)
Un pequeño estuche de madera labrada
que dice contener un mechón de cabello (rubio)
Una carta perfumada (Channel, sin dirección ni remite)
Una lista de palabras (en hebreo)

Tal es el inventario de pertenencias del viajero, los testigos aseguran que las ordeno cuidadosamente en la maleta de cuero, depositándola nuevamente en el asiento. Luego, sin mayor preámbulo se lanzó por la ventanilla del tren en movimiento hacia el abismo. No gritó, no dejó nota alguna. No se halló boleto, pasaporte o carta de identidad en sus bolsillos. Sus vecinos en el vagón no recuerdan exactamente en qué estación abordo el tren y aseguran que no dijo palabra alguna durante el recorrido. Si Ud cree reconocer en la lista de objetos algún indicio que nos ayude a esclarecer la identidad del viajero, le rogamos acercarse a la estación de policía más cercana, cualquier información puede sernos útil.


Llovizna


(Por Antonio Acevedo Linares)

Llovizna en la noche
como entre
tus blancos y espesos muslos
abiertos como esa
ventana bajo la ternura
de tu pelo a la intemperie
y eterna en la noche
es una llovizna inerme y tenaz
que como en tus ojos
es un dulce sollozo
como a veces esa triste sonrisa
tuya del verano que se
deshoja al viento como los
lucidos y públicos árboles del otoño
y el rumor de la llovizna
de tu cuerpo en la noche
se confunde con el ruido
de la llovizna sobre el tejado.


Se llamaba Magdalena


(Por Carlos Arias Mendoza)

y había perdido su vida
entre la piel de los hombres
y creía que iban a redimirla
de esa vacuidad que arrastraba
con los fondos de las botellas
de brandy consumidas unas
tras otras casi sin darse cuenta.
Se llamaba Magdalena
y una que otra vez estuvimos
acostados juntos contándonos
historias perdidas a sabiendas
de que la nuestra
tendría el mismo final.


Referencias:


*Sociedad de los poetas. Cuarto de Máquinas Editores, página 55.

 *ANTONIO ACEVEDO LINARES.

Poeta, ensayista y profesor universitario. Ha publicado: Arte Erótica, 1988. Seis Plegables de poesía. Los girasoles de Van Gogh, 1999, Antología Poética (1980-1999) Vol 1. Atlántica, 2004, Antología Poética, (1980-2004) Vol 2. CD de Poesía de viva voz, 2004. En el país de las mariposas, 2007, Antología Poética, (1980-2007) Vol 3. Por la reivindicación del cuerpo y la palabra, (Reseñas criticas) 2008. La pasión de escribir, 2013. La poesía está en otra parte, 2016. 


Viewing all articles
Browse latest Browse all 14717

Latest Images

Trending Articles





Latest Images