Antes de estrenar en salas de cine del país, el próximo mes de enero, su más reciente producción, “La mujer del animal”, el director antioqueño será homenajeado con el Premio a toda una vida en los Premios Macondo 2016, máximo galardón otorgado en esta ceremonia organizada por la Academia Colombiana de Artes y Ciencias Cinematográficas.
Se dieron a conocer los nominados a los Premios Macondo 2016, galardones que distinguen lo mejor de la cinematografía colombiana y sus personajes más importantes, que son otorgados por la Academia Colombiana de Artes y Ciencias Cinematográficas –ACACC-. Además de los nominados, la noticia más importante de la noche fue el receptor del Premio a Toda una Vida quien para esta quinta edición será Víctor Gaviria, como reconocimiento a su invaluable labor por el cine colombiano.
La máxima distinción que se entregará la noche del 18 de noviembre irá para el director antioqueño quien, en 37 años de trayectoria y labores, ha cosechado innumerables reconocimientos para el cine nacional con sus producciones “Rodrigo D: no futuro” (1990), “La vendedora de rosas” (1998), únicas producciones en la historia de la cinematografía colombiana en participar de la Competición Oficial de Largometrajes del Festival de Cannes, el evento cinematográfico más importante del mundo; “Sumas y restas” (2004), y quien el próximo mes de enero estrena “La mujer del animal”.
Gaviria ya ha sido premiado en lugares como Bratislava, La Habana, Miami, México, Toulouse y Viña del Mar, y ahora es el momento para que su país de origen, representado en la ACACC, le rinda homenaje a su talento y genio creativo, cualidades con las que ha hecho un enorme aporte a una cinematografía que se encuentra en ascenso, gracias a pioneros como él. Previamente, el Premio a toda una vida de los Premios Macondo ha sido otorgado al actor Carlos "el gordo" Benjumea, la actriz Vicky Hernández y la documentalista Marta Rodríguez.
“La mujer del animal”
Tras ser descubierta disfrazándose de Virgen, Amparo huye por miedo a su padre del internado de monjas donde la acogían. Llega a un barrio marginado de Medellín a vivir de "arrimada" donde su hermana. Cuando su cuñado la introduce a la familia, el primo Libardo queda infatuado con ella, la rapta en un rito matrimonial para luego obligarla a vivir bajo su mismo techo; la familia del Animal, testigo de su cautiverio.
La comunidad, amedrentada por Libardo, no intercede en favor de Amparo quien es abandonada a la vigilancia permanente. Forzada a convertirse en la mujer del Animal, Amparo tiene sin poder evitarlo una niña. ¿Podrá, por medio del amor y la templanza, detener la repetición del ciclo del que también fue víctima su madre, sobrevivir y salvar a su hija?
Libardo se la lleva a vivir para un rancho robado, donde Amparo encuentra a otra mujer que éste tiene allí encerrada. Ella se descubre ya no como víctima sino como testigo, experiencia que se rehúsa a vivir como los demás, silenciosamente. Confrontada con su espejo vence su miedo liberándose del yugo del Animal.
