No. 7536 Bogotá, Sábado 17 de Septiembre de 2016
“Mientras unos dan plomo, nosotros damos pluma”
Jorge Consuegra
Cantata a una paz sin sepulcros
A los caídos en la guerra de todas las banderas.
Por: Armando Orozco Tovar
Bajaron a la ciudad
Llenos de lianas y palabras
Sus trajes cocidos por las balas
Tantos siglos circulando por sus venas.
Hoy son hilos rojos de paz
Sobre sus pechos
Que imitaron el cielo
Al águila el mar y el alarido
De las aves celestes
Vivas o muertas
Cantando sus cantatas victoriosas.
Llegaron alegres con himnos
Y cantos olvidados en los abismos
Escritos en las hojas
Y en cimas del corazón humano
Y en las otras simas del odio milenario.
Ahora andarán por calles
Y avenidas sin explosiones
Sobre la tierra repartida.
Vendrán a las grandes aldeas
Donde aún acecha la muerte
En cada puerta mortal
Como trampas traicioneras.
En cada enramada de automóviles
De ruedas gigantes
Estará
Una serpiente venenosa
Pudriendo el aire
Y los pulmones del mundo.
Han bajado del monte sin sus botas guerreras
Son un ejército vivo para la paz
Siguiendo los pasos de la esperanza
Y manzanas azules
Verdes amarillas rojas
De todos los colores.
En un planeta sin hambre
Ni alambradas de púas
Con justicia y sin prisiones.
Un mundo de hembras embarazadas
Por la ternura de los hombres.
Pariendo hijos de ojos enormes
Para ver el futuro y los caminos
Sin los recodos de los asesinos de siempre.
Esas manos nacientes
Moverán las turbinas del Amor con mayúscula
Porque la guerra terminó para la guerra
De todas las banderas.
Con su herencia de fosas
Fusiles y murallas.
La contienda pasó como un relámpago.
Un inmenso navío naufragado
En los corazones colombianos
Hechos de pan paz y ternura
Para todos los tiempos venideros.
Bogotá, Septiembre 2016.
