Por: Catalina Roa / Bogotá
El libro inicia con una afirmación provocadora, aunque no menos polémica o discutible en diversos niveles de sentido: sostiene que el bienestar del alma fue una bella y efímera fantasía griega que echó raíces en nuestra cultura. El alma era una alegoría de la vida, natural, humana y cosmológica, y su cuidado consistía en cultivar un ideal ético y estético que hiciera de contrapunto simbólico en tierra a la armonía proyectada en el cosmos.
El autor asegura que en la actualidad, el cuidado del alma se lo disputan los gúrus de la autoayuda y los gestores de la calidad, describiéndolos como dos oficios solo en apariencia disímiles, porque los aúna el empeño por ocultar la pérdida del sentido y producir una retórica de la simulación.
Miguel Giusti, afirma que las señales del descuido del alma son hoy ostensibles y se propagan con la luminosidad de la cultura del espectáculo: a la persistencia de la injustica, del irracional crecimiento económico o del colapso del medio ambiente se suman ahora el incremento de la intolerancia, la parodia de un orden político mundial o la clamorosa expansión de la corrupción del mundo entero.
El libro Disfraces y extravíos. Sobre el descuido del alma, se divide en tres ensayos. En la primera parte Disfraces del alma, el autor recoge algunas reflexiones sobre la artificialidad de la cultura de la calidad y sobre el engañoso eco que parece tener la ética en la sociedad contemporánea.
Extravíos de humanidad, es el título de la segunda parte. Los ensayos escritos buscan mostrar las luces y las sombras de algún rumbo que va tomando la sociedad actual, en cuanto a temas de libertad, justicia, cultura, religión y civilizaciones.
El tercer grupo de ensayos tiene como título Marcas de amistad. “La amistad es una piedra preciosa en la vida y un alimento indispensable del alma, por el que se debe siempre agradecer”. En este grupo de ensayos el autor hace referencia a la trayectoria personal de grandes amigos que le han brindado lecciones en la vida en torno a la amistad.
Miguel Giusti, es Doctor en Filosofía por la Universidad de Tübingen. Realizó estudios de posdoctorado en la Universidad de Frankfurt bajo la dirección de Jürgen Habermas. Académico de la Pontificia Universidad Católica del Perú y Director del Centro de Estudios filosóficos de la misma universidad. Fue Presidente de la Sociedad Interamericana de Filosofía de 2004 a 2009.
