No. 7421 Bogotá, Miércoles 25 de Mayo de 2016
Una tarde llego a la Farmacia Arrocha de Paitilla, compro un libro y en él encuentro una tarjeta que llené sobre las obras de mi interés y la envío a la Editorial Planeta de Colombia.A los pocos días para mi sorpresa me responde Jorge Consuegra, su gerente en ese momento. Se inició así, lo que Anais Nin expresó: la literatura es un sendero de maravillosos encuentros.
Una amistad epistolar sobre la pasión por la literatura. Llego a Bogotá y visito a Jorge, hacemos un recorrido por diferentes programas radiales sobre distintos temas. En cada uno, reciben a Jorge con entusiasmo, hablaban de deportes, hacen un alto y Jorge habla de libros, les lleva varios. En otra emisora las damas comentan de la moda y productos de belleza, suspenden su tertulia y se repite la misma escena, libros y libros.
Jorge, el incasable promotor de cultura, me lleva a su programa televisivo, me entrevista, me siento en otra galaxia. Publica mis reseñas literarias en diferentes periódicos de Colombia. Viene a Panamá a presentar mis libros La metáfora de los espejos y La calle del espanto.
El círculo de lectura de la USMA lo enamora, mis estudiantes se sienten estimulados por un crítico literario de relieve internacional. El catedrático comparte con sus estudiantes el boletín Huellas de la USMA. El promotor cultural le edita a Rosamaría Britton y Ramón Fonseca sus novelas Todas íbamos a ser reinas y La ventana abierta; comenta en Libros y Letras a los autores panameños. Ojitos de ángel de Ramón Fonseca la hace un éxito continental. Hace un año llega a Panamá a presentar con Humberto López CruzEl lunar eterno de Javier Riba, es su despedida de Panamá.
Jorge el periodista, escritor, catedrático, crítico literario y promotor cultural es el gran amigo de las letras panameñas. Orienta a Sofía Santim y la hace participar en un concurso literario en Italia, allí María Gilma Arrocha es galardonada. A Ramón Francisco Jurado lo alienta con su novela La mirada siniestra. Mis estudiantes de la USMA lo aprecian y admiran.
Jorge es un contestatario, un humanista en el desierto de la globalización del lucro. Cree en la Patria Grande de Bolívar, en una América criolla al estilo de la Edad Dorada del Quijote. Una sociedad con equidad y justicia social, de respeto a los derechos humanos.
El literato considera la cultura como el camino para hermanar a los pueblos de la América Latina, de conocernos en nuestros ideales y propósitos de vida. Cada vez que llegaba a nuestro país traía una maleta llena de libros con autores de todas las latitudes, nunca fue sectario, amaba la literatura.
Luis Eduardo Henao, mi amigo y editor de La metáfora de los espejos me comunicó la triste noticia de su fallecimiento, durante tres años luchó como Hércules contra la adversidad, le hicieron un trasplante y eso lo mejoró por un tiempo, así pudo venir a Panamá el año pasado. Nos llenó de alegría con su plática amable y sus sueños de una América unida. Cada palabra una esperanza, nos fortalecía el alma con su optimismo.
Jorge Consuegra ahora estás con Borges en el planeta Tlon en esas vivificantes tertulias literarias con los inmortales, eres feliz. Marguerite Yourcenar, Cervantes, Shakespeare, Saramago, Octavio Paz, García Márquez, Rogelio Sinán, Sartre y muchos otros te harán una dulce compañía, envidio a Sir Richard Brooks que en su Clavileño puede visitarte.
Un abrazo del alma para ti mi hermano.
“Mientras unos dan plomo, nosotros damos pluma”
Jorge Consuegra
Homenaje a Jorge Consuegra. Humanista del Siglo XXI
Por: Ricardo Arturo Ríos Torres / Panamá.
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| Jorge Consuegra |
Una tarde llego a la Farmacia Arrocha de Paitilla, compro un libro y en él encuentro una tarjeta que llené sobre las obras de mi interés y la envío a la Editorial Planeta de Colombia.A los pocos días para mi sorpresa me responde Jorge Consuegra, su gerente en ese momento. Se inició así, lo que Anais Nin expresó: la literatura es un sendero de maravillosos encuentros.
Una amistad epistolar sobre la pasión por la literatura. Llego a Bogotá y visito a Jorge, hacemos un recorrido por diferentes programas radiales sobre distintos temas. En cada uno, reciben a Jorge con entusiasmo, hablaban de deportes, hacen un alto y Jorge habla de libros, les lleva varios. En otra emisora las damas comentan de la moda y productos de belleza, suspenden su tertulia y se repite la misma escena, libros y libros.
Jorge, el incasable promotor de cultura, me lleva a su programa televisivo, me entrevista, me siento en otra galaxia. Publica mis reseñas literarias en diferentes periódicos de Colombia. Viene a Panamá a presentar mis libros La metáfora de los espejos y La calle del espanto.
El círculo de lectura de la USMA lo enamora, mis estudiantes se sienten estimulados por un crítico literario de relieve internacional. El catedrático comparte con sus estudiantes el boletín Huellas de la USMA. El promotor cultural le edita a Rosamaría Britton y Ramón Fonseca sus novelas Todas íbamos a ser reinas y La ventana abierta; comenta en Libros y Letras a los autores panameños. Ojitos de ángel de Ramón Fonseca la hace un éxito continental. Hace un año llega a Panamá a presentar con Humberto López CruzEl lunar eterno de Javier Riba, es su despedida de Panamá.
Jorge el periodista, escritor, catedrático, crítico literario y promotor cultural es el gran amigo de las letras panameñas. Orienta a Sofía Santim y la hace participar en un concurso literario en Italia, allí María Gilma Arrocha es galardonada. A Ramón Francisco Jurado lo alienta con su novela La mirada siniestra. Mis estudiantes de la USMA lo aprecian y admiran.
Jorge es un contestatario, un humanista en el desierto de la globalización del lucro. Cree en la Patria Grande de Bolívar, en una América criolla al estilo de la Edad Dorada del Quijote. Una sociedad con equidad y justicia social, de respeto a los derechos humanos.
El literato considera la cultura como el camino para hermanar a los pueblos de la América Latina, de conocernos en nuestros ideales y propósitos de vida. Cada vez que llegaba a nuestro país traía una maleta llena de libros con autores de todas las latitudes, nunca fue sectario, amaba la literatura.
Luis Eduardo Henao, mi amigo y editor de La metáfora de los espejos me comunicó la triste noticia de su fallecimiento, durante tres años luchó como Hércules contra la adversidad, le hicieron un trasplante y eso lo mejoró por un tiempo, así pudo venir a Panamá el año pasado. Nos llenó de alegría con su plática amable y sus sueños de una América unida. Cada palabra una esperanza, nos fortalecía el alma con su optimismo.
Jorge Consuegra ahora estás con Borges en el planeta Tlon en esas vivificantes tertulias literarias con los inmortales, eres feliz. Marguerite Yourcenar, Cervantes, Shakespeare, Saramago, Octavio Paz, García Márquez, Rogelio Sinán, Sartre y muchos otros te harán una dulce compañía, envidio a Sir Richard Brooks que en su Clavileño puede visitarte.
Un abrazo del alma para ti mi hermano.
