Quantcast
Channel: Libros y Letras
Viewing all articles
Browse latest Browse all 14717

La partería, un oficio encomendado a Dios

0
0

Por: Jaime Acuña Lezama / Bogotá.


Georgia Castro, de Nariño, y Juana Alberta Caicedo, de Buenaventura, han dedicado parte de su vida a este oficio que además de ayudarles a sobrevivir, les deja mucha gratitud y felicidad. Cuentan orgullosos que los recibió una partera.

Como el señor Georgia Castro y doña Juana Alberta Caicedo, fueron más de 80 personas las que participaron en el XI Encuentro Nacional de Parteras Tradicionales y el I Festival de Memoria Ancestral que se realizó en Buenaventura, Valle, entre el 6 y 7 de mayo. Estos dos eventos, apoyados por el Ministerio de Cultura a través de la Convocatoria Nacional de Concertación Cultural y la Dirección de Patrimonio, hacen parte de las grandes acciones pertenecientes al Plan Especial de Salvaguardia -PES- que se viene construyendo con gestores y representantes que se dedican a la partería.

Cabe destacar que la manifestación cultural ‘Saberes asociados a la Partería afro’, de Buenaventura, se encuentra en proceso de inscripción en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de Colombia. Actualmente se están realizando los ajustes del PES de esta manifestación con el fin de presentarlo ante el Consejo Nacional de Patrimonio a finales del primer semestre de este año.


“Mi partera se llamaba Ignacia”


El señor Georgia Castro, cuyo nombre surge por iniciativa de sus padres que lo leyeron en el almanaque Bristol, nació en el municipio de Olaya Herrera, Nariño, el 15 de febrero de 1935. Lleva más de 35 años “parteando” y estudió hasta cuarto grado de primaria.

-¿A usted lo recibió una partera?

-Claro que sí. En ese tiempo no se acostumbraba otra cosa. Ella se llamaba Ignacia, a quien le decía muy orgulloso mamá Ignacia. Yo nací, por ayuda de ella, en un corregimiento llamado Río Sanquianga, ahora municipio Olaya Herrera.

-¿Qué recuerda del primer bebé que usted recibió?

-Era una mujer y me fue muy bien. Le agradecí mucho a Dios. Desde ese momento, cada vez que acompaño a una mujer en el parto, lo primero que hago es encomendarme a Dios y a la Virgen.

-¿Qué representa ayudar a un ser humano llegar a la vida?

-Es una alegría, es una belleza, porque nace un infante, un ser humano lleno de vida. Lo mejor es imaginar que va a ser una gran persona, un gran padre o una gran madre. Ya son 35 personitas, entre niños y niñas que he traído al mundo.

-¿Sigue en contacto con las personas que ha ayudado en sus nacimientos?

-Con algunas personas sí, no con todos. En el campo los padres les dicen a sus hijos cuando van creciendo que le digan papá o mamá a los que nos dedicamos a esta tradición. Muchos de ellos me llaman todavía así, aunque esa costumbre ya se ha perdido.

-¿Sus hijos o nietos se dedican a este oficio?

-“No. Nadie quiere saber de este oficio y la verdad me desilusiona mucho. Además de partear, yo curo con hierbas medicinales la picadura de culebra, el mal de ojo, el espanto (depresión), quistes y miomas. Pensar que este conocimiento se perderá me da mucha tristeza”.

-¿Cuál es su secreto en el momento de curar una enfermedad?

-Nunca digo mis secretos, que en realidad no son secretos si no la forma en que yo trabajo. Lo único que le puedo decir es que yo curo una picadura de culebra con tres fósforos y algunas hierbas.

-“Las plantas tienen vida y nos dan vida”


-Doña Juana Alberta Caicedo lleva más de 50 años como partera. Inició a los 16 años y hoy, a sus 68 años, sigue ejerciendo esta bella profesión. Nació en Buenaventura y afirma orgullosa que la recibió una vecina. Su secreto está únicamente en los poderes de las plantas, por eso asegura que “Las plantas tienen vida y nos dan vida”.

-¿Esa botella que trae, qué es? (señalo con mi dedo una botella de ron que ella siempre lleva a todos lados)

-Es un cura’o con 25 plantas, varias de ellas alimenticias y medicinales. Sirven para el colon, para las parturientas, la próstata, para el dolor, para el espasmo y para el cáncer. Es la medicina que cargo a los lugares en donde me encuentre.

-¿Hay algún ritual?

-Únicamente oro porque soy cristiana, hace 18 años bautizada en el evangelio. Yo hablo con las plantas, les digo qué voy a hacer con cada una. Ellas también tienen vida y ojos como nosotros. Hay que pedirle permiso a Dios, a la madre tierra, a la lluvia y a ellas mismas.

-¿Qué plantas utiliza para la partería?

-Utilizo el cimarrón, la doncella, el poleo, la yerbabuena y el anamú. Hay que hervirlas y se le da a tomar a las mujeres embarazadas.

-¿Cuántas personas ha traído al mundo?

-En estos casi 52 años de experiencia he ayudado a nacer a 85 niños. Este oficio lo aprendí de mi mamá de crianza y ella también de su mamá. Mi familia en general se ha dedicado a este oficio.

-¿Cómo fueron sus primeros días cómo parteras?

-Fueron difíciles ya que yo era muy ‘asquienta’ y me daban náuseas. Esto me pasaba porque era muy joven. Rezándole a Dios todos los días aprendí a hacerlo muy bien. Mi padre era curandero y de él recibí también muchos consejos.

-¿Cuántos hijos tiene y quién le ayudó en sus partos?

-Tengo siete hijos y a todos los recibí yo solita. El papá de mis hijos se escondía porque yo en ese momento no quería ni verlo. Él lo entendió y llegaba después a conocer a sus hijos recién nacidos.

-¿Sus hijos o nietos saben el oficio de la partería?

-Solo mi hija Alexandra que tiene 48 años. Los nietos no quieren y eso es muy triste.

-¿Ha tenido alguna complicación con un parto?

-Nosotras las parteras tenemos la práctica y todos los años nos capacitamos en primeros auxilios. Cada vez que se presenta una complicación tenemos la obligación de llevar a la madre a un hospital o a un centro de salud. Además de atender el niño o la niña, debemos dejar a la madre sana y estable.

-¿Qué piensa de que los hombres también se dediquen al oficio de la partería?

-Estoy de acuerdo. Ojalá hubieran más hombres que lo hicieran pues su mujeres se sentirían más tranquilas. El trabajo es para todo el mundo, todos necesitamos. Lo mejor es que existan más manos para recibir vidas.


La partería busca ser patrimonio del país


La partería se postulará para la inclusión a la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial del país. La Asociación de Parteras del Pacífico -Asoparupa-, con el acompañamiento principal del Grupo de Patrimonio Inmaterial de la Dirección de Patrimonio del Ministerio de Cultura, ha venido trabajando en este proceso que incluye entre otros aspectos, la elaboración de un Plan Especial de Salvaguardia -PES-. A continuación se señalan algunas acciones:

• La manifestación cultural Saberes asociados a la Partería afro de Buenaventura, se encuentra en proceso de inscripción en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de Colombia. A finales del primer semestre de este año se presentarán ante el Consejo Nacional de Patrimonio.

• La práctica de la partería se renueva mediante la transmisión intergeneracional de los conocimientos, especialmente entre mujeres. Existen muy pocos hombres. Las portadoras de los conocimientos son personajes que han cumplido un papel esencial en la vida de las comunidades, sirviendo no solo como intermediarias de la vida, del alumbramiento, sino también como agentes de salud integrales, como curanderas y también como consejeras de salud y de familia.

• Desde 2012, la Dirección de Patrimonio del Ministerio de Cultura ha aportado más de $190 millones para procesos de investigación, fichas técnicas y elaboración del PES.


Viewing all articles
Browse latest Browse all 14717

Latest Images





Latest Images