La noche y dos
Amílcar Bernal Calderón
Van conversando.
Van diciéndose mundos de palabras oscuras
entre el frío sin luna de la noche del parque.
Mi ventana los mira
y atribuye a su paso, de siluetas difusas,
el humano destino de quien lleva una pena
que con otro comparte.
¿Qué vergüenza condena su vocablo al secreto?
¿Qué incumplida promesa
da al más alto el derecho de exigir recompensa
o al más necio el cuchillo que la deuda reclama?
¿Qué de honras violadas en pretéritos turbios
trajo a dos al instante de aclarar con sigilo
lo que fue grito herido cuando tuvo flagrancia?
¿Compartieron, traidores, un amor que esta tarde
malogrado se ha ido con terceros amores
que al siguiente traicionan?
¿Qué de pactos corruptos o sentencias venales
tiene implícito el rito de juntarse nocturnos
y partir en mitades la deshonra que alumbra
del ladrón su sendero?
¿Son amantes viajeros que se encuentran y toman
lo que brinda una noche que no llega a la aurora
porque antípodas vuelan sin retorno a otro lecho?
Son mentira, son sólo espejismos cual cuervos
que oscurecen la noche de la luz olvidada,
soy mentira, no cree la ventana en mis ojos
ni mis ojos en luces
ni la noche en el parque.