Suciedades. Sociedades, padres de las patrias
Eugenia Castaño B. (Colombia)
Hoy lloro, por ti, por mí, por los dos, por todos
Porque triunfó la mentira, la codicia, el irrespeto
Por el fracaso de los sueños, por la trampa que le gana a la virtud
Por la burla a la bondad, por la preferencia por los olores fétidos
Los placeres de la carne en inmundicia
y no los placeres de la carne con amor que son delicia.
Lloro por mi patria y por la tuya, por la de todos
Porque la condición humana se estriñe ante la bondad
La obra falsa se une para la patraña, para conspirar
Y no para construir tierras, familias, sueños, confianza.
Lloro porque le ganó la codicia al amor,
la bajeza consolidó una unión inquebrantable de sofismas,
aquellos que abogan por la verdad son silenciados por un yugo desigual
O por la mano implacable de cualquier déspota disfrazado de señor
Lloro por los sueños de mis niños, de tus niños, los de todos
¿Qué les enseñaremos? Que vale la celada para vivir bien,
Que la codicia y la traición son las mejores herramientas de crecer,
Que el amor no vale la pena y que forniquen desde pequeños
Perdiendo el derecho a la inocencia y a la fantasía de Peter Pan;
Que los jóvenes no anhelen un amor feliz,
Que sean un inconcluso Hugo buscando a la Maga.
Lloro por no saber cuál es el camino, porque nadie lo sabe
Porque nos cuentan historias platónicas, la realidad es dura y es otra.
Por la falta de esperanza mía, tuya, la de todos, pero más que eso…
Lloro por la falta de certidumbre, por los que dan su vida para encontrarla,
por los inocentes que luchan y creen en la buena condición humana,