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Nuestros muertos ilustres

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A propósito de "Las formas de las runias" de J. Gabriel Vásquez

Por: Fabio Martínez*


En su nuevo libro, Juan Gabriel Vásquez desentraña el mito alrededor de las muertes de Uribe Uribe y Jorge Eliécer Gaitán para descubrir la verdad.

Desde el intento de asesinato de Bolívar, en 1828, y donde el vicepresidente Santander fue hallado culpable, nuestra vida política ha sido una historia larga de atentados, crímenes y magnicidios que, por lo general, han quedado en la impunidad.

La lista es extensa: Rafael Uribe Uribe, Jorge Eliécer Gaitán, Luis Carlos Galán, Álvaro Gómez Hurtado, Bernardo Jaramillo y Carlos Pizarro, entre otros. Crímenes que nunca han sido resueltos, y que han ido creando en el imaginario del pueblo colombiano un mito lleno de leyendas y teorías de la conspiración, que no permiten vislumbrar la verdad de los hechos.

Esta historia de magnicidios es el tema de la última novela del escritor colombiano Juan Gabriel Vásquez, titulada 'La forma de las ruinas' (Alfaguara), que describe la situación de dos crímenes políticos en el país: Rafael Uribe Uribe (1914) y Jorge Eliécer Gaitán (1948).

Al mismo tiempo, en la novela hay una mención especial al magnicidio del presidente de los Estados Unidos, John Fitzgerald Kennedy, ocurrido en Dallas, Texas, 1963, para demostrar que el crimen político y la impunidad son una práctica generalizada en nuestras democracias contemporáneas.

La hipótesis de Vásquez es una: ¿cómo desentrañar el mito que se ha creado alrededor de Uribe Uribe y Gaitán para descubrir la verdad? ¿Cómo despojar el mito de las múltiples teorías de la conspiración que se han tejido, y que no han hecho otra cosa que obstaculizar la investigación judicial, generando un estado de impunidad absoluta?

Para Vásquez, que oficia en la novela como narrador y testigo de la historia, el “9 de abril es un vacío en la historia colombiana. Un acto solitario que mandó a todo un pueblo a una guerra sangrienta. Una neurosis colectiva que nos ha servido para desconfiar de nosotros mismos durante más de medio siglo”.

Para el autor bogotano es necesario que la literatura vuelva sobre la historia con el único fin de despojar el mito de tantas falacias y tantas verdades a medias. Necesitamos desenmascarar los mitos nacionales para así volver a recuperar el relato de la historia.

La novela es un fresco de más de quinientas páginas, que a través del robo del vestido de paño que llevaba puesto Gaitán, aquel mediodía del 9 de abril, y de la vértebra con la bala incrustada, que guarda celosamente en su casa, el médico forense Francisco Benavides, el escritor colombiano realiza una pesquisa histórica y policíaca, a través de estos dos muertos ilustres, y descubre que los dos crímenes son de Estado.

El paisaje de la novela es la Bogotá de 1914, 1948 y 2014. Por esto, el lector podrá apreciar algunos guiños y referencias a varias personas que han hecho parte de su historia: Santiago Pérez Triana, el fotógrafo Sady González, el periodista de crónicas rojas Felipe González Toledo, el nobel Gabriel García Márquez, el periodista Antonio Ibáñez del programa radial: 'Habitantes de la noche', el escritor Marco Tulio Anzola Samper, autor del libro 'Asesinato del general Rafael Uribe Uribe: ¿quiénes son?'; el jefe de policía José María Villarreal, y los escritores Arturo Alape, Miguel Torres, Hugo Chaparro y R. H. Moreno Durán; este último a quien Vásquez le dedica un merecido homenaje póstumo.

La forma de las ruinas es una extraordinaria novela latinoamericana, que nos invita a reflexionar sobre la historia a través de nuestros muertos ilustres. Es una obra literaria que incita a cuestionar el discurso de la impostura, para que por fin salga a la luz la verdad, y con esta, el perdón, la justicia y la reconciliación.



*Nota enviada por el autor.

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