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Veto a libro juvenil

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No. 7246 Bogotá, Sábado 14 de Noviembre del 2015



Veto a libro juvenil


Por: Felipe Ossa D. / Librero / Bogotá. 

No hablaremos hoy, de los numerosos libros que nos llegan cada día de todas las editoriales y de todos los temas, para felicidad de los lectores. Esta vez, vamos a poner en conocimiento de ustedes, un hecho grave que puede llegar a afectar la condición más valiosa de nuestra profesión, tanto la de los autores, editores, distribuidores y libreros, como también la de todos aquellos que han escogido la palabra, sea ésta escrita o hablada, e inclusive pintada, para expresar su pensamiento y su ideas. Y esta condición es: LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN y agreguemos: LA LIBRE CIRCULACIÓN DEL LIBRO, consagrada entre otras cosas, por la Unesco desde hace muchos años. Pilares, estas dos condiciones, de una verdadera democracia y de cualquier país que se considere civilizado. El caso es que hace pocos días, un libro juvenil, fue vetado por un grupo de padres de familia, inclusive demandando su restricción ante la superintendencia de industria y comercio, por considerar su lectura inconveniente para niños y jóvenes. Convengamos que el libro es de mal gusto, escrito en un lenguaje procaz e irreverente, no muy distinto de muchos otros también de carácter juvenil e inclusive escritos por jóvenes en el lenguaje que usualmente usan los jóvenes a través de las redes, y que están de moda desde hace varios años, como una tendencia de las muchas que surgen cada cierto tiempo.

Por supuesto, cualquier persona, cualquier grupo social, está en pleno derecho de criticar, o no estar de acuerdo con el tema de un libro, o con el lenguaje usado en un libro. De la misma manera se puede criticar una obra de arte, un cuadro, una película, una serie de televisión, una obra de teatro, un tipo de baile, una canción, un deporte. Pero este derecho no se puede extender a restringir, vetar, constreñir, cualquiera de estas manifestaciones culturales.

Pues puede ser que para otros, esas expresiones de cultura, sean estéticamente válidas y gratificantes. Lo grave en este caso, del libro juvenil en cuestión, es que la superintendencia acogiendo la demanda, ha ordenado a la editorial y a las librerías, que ese libro lleve un sticker que diga, que su venta está prohibida para niños y jóvenes; que no se puede exhibir en las secciones juveniles; que en la estantería donde se encuentre tiene que ir un letrero con las mismas restricciones ya mencionadas. Si esto no es censura y veto, entonces no sabemos que es censurar. No sé hasta qué punto la superintendencia, tiene ese derecho de considerar que libro es bueno o no, para los jóvenes lectores… O también de repente también, los libros que debemos leer, o que no debemos leer los adultos. En este orden de ideas, cientos de libros quedarían prohibidos o restringida su venta. Las librerías tendrían que tener una sección especial de libros con restricciones, (una sección que sería la más grande de la librería, una especie de corralito). 

Pensemos nada más, en los libros de Henry Miller, D.H.Lawrence, Charles Bukowki, Mishima, (las confesiones de una máscara), Octave Mirbau, (el jardín de los suplicios), los autores libertinos franceses del siglo xviii, el Decamerón de Boccacio, la poesía erótica desde el Cantar de los cantares, pasando por Baudelaire, hasta hoy. Y, ¡los cuentos infantiles clásicos! ¿o es que son muy edificantes, desde el punto de vista de la moral al uso, la historia de Barba Azul y sus siete mujeres asesinadas, o la de los niños abandonados por sus padres, en el bosque que caen en manos de una bruja que los enjaula para engordarlos y comérselos, o la historia de piratas traicioneros y sanguinarios que nos describe Stevenson en la Isla del tesoro? ¿cómo se restringe la entrada a los jóvenes a las librerías, y se les impide que libremente tomen un libro, lean un capítulo de un libro, de los cientos de libros que están a la mano en las estanterías, y que según esos grupos moralistas, no deben ser lectura para ellos?. ¿Qué diremos de los comics y las novelas gráficas, hoy tan en boga y que son fundamentalmente buscadas por chicos?

Vetados entonces, los grandes historietistas: Milo Manara, Crepax, y su sensual heroína Valentina, Robert Crumb, Corben, Horacio Altuna, Moebius. Es querer detener un tsunami con un saco de arena. Se prepara a nuestros hijos con valores, formando su carácter, inclusive enseñándoles a distinguir la belleza de la literatura, del arte. Haciéndolos fuertes para enfrentar el mundo y la vida. Que no siempre tiene una cara amable. Hay verdad y mentira, hay fealdad y belleza. No es ocultando las cosas, no es preservándolos en una urna de cristal, como van a crear los anticuerpos que los protegerán de las crudezas de la vida. Pero el punto crucial, que nos compete a todos, es defender la libertad de expresión. Sea esta de nuestro agrado, o esté o no, de acuerdo con nuestra manera de pensar, o nuestras creencias. 

Está latente el peligro de que esa libertad sea vulnerada. “Hoy vienen por mi vecino, mañana puedo ser yo”.

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