Por: Luis Condori / Tomado de La República / Perú. La novela saldrá a la venta con el sello de Seix Barral en marzo del próximo año en España y en México.
Decía Gabriel Albiac que lo único que hace el paso del tiempo es matarnos. Pero en ese paso del tiempo nos queda la memoria, esa memoria que nos lleva a revisar los archivos del recuerdo. Ese tiempo del que habla Albiac no es más que una cinta de varios fotogramas que se quedan en la retina. "Nuevos juguetes de la Guerra Fría", del escritor Juan Manuel Robles, cumple ese papel del recuerdo, de lo que fuimos y de lo que somos ahora. Un libro extenso que quieres que continúe cuando ya estás en el umbral del punto final.
Quería empezar por hablar de la tapa del libro. ¿Por qué Superman y no He-Man?
Como las portadas son decisiones más editoriales... Quiero decir, son decisiones más editoriales en el sentido de que yo no me tomé el trabajo de tomar una decisión. A mí siempre me ha gustado, y siempre es algo que recuerdo de mis acercamientos hacia la literatura, que las portadas de los libros sean más simbólicas que literales. En ese sentido, pues esto fue para hacer algo más universal, que pudiera englobar la experiencia con un referente pop, pero mucho más conocido. Me enteré hace poco que esa portada se debe a que una de las diseñadoras tenía este muñeco en su casa. Y curiosamente la chica es la hija de Pedro Francke, que es un economista de izquierda. Fue afortunado porque creo que conectó directamente con una sensibilidad. Eso me parece fundamental. Cuando me enteré, yo dije "quiero ver el muñeco". Se ha optado por eso y no por una literalidad. Hablo de unos muñecos muy específicos, de referentes pop muy específicos.
Con Iván Morante, como te lo dije antes de la entrevista, uno puede identificar al autor rápidamente. Definitivamente, tu materia prima ha sido la memoria.
Sí. La materia prima ha sido la memoria.
Y en el proceso de recordar, ¿tuviste que desempolvar ciertos objetos?
Es un proceso interesante porque soy periodista. Podríamos decir que como cualquier periodista estoy altamente calificado en conseguir información, documentar. No es un problema para mí. No lo es para algún periodista que haya hecho investigación. Llegué a la conclusión hace algún tiempo de que si bien es cierto eso te sirve en la literatura, prefiero no agotar el trabajo, como probablemente sí lo hago en el periodismo. Creo que en la literatura también la investigación conviene que tenga este componente inesperado, que a veces te da ganas de buscar algo específico, pero a veces no. A veces incluso no vas al documento puntual porque no quieres quebrar ese efecto de distancia, de distorsión de la memoria que te parece puede generar un efecto interesante. Hice una combinación de ambos. Por un lado hice una investigación periodística grande, como para reconstruir una serie de cosas, pero sobre todo para reconstruir una textura. La textura de los tiempos, la textura de la niñez. El cine nos ha hecho creer que vemos las cosas, que hay una cámara que retrocede y mira. Y en realidad la literatura nos da la oportunidad que en eso intervengan otros sentidos. Y bueno, la buena crónica a mí también me gusta. Observas no solamente con los ojos, también con otros sentidos. Para eso también te sirve encontrar una fotografía vieja. No solamente para el contenido, sino para la cáscara..
